Hace algún tiempo los
camaradas del PCR de Canadá publicaron un documento “SOBRE EL MAOÍSMO EN SÍ”
lanzando una severa y subjetiva crítica al Partido Comunista de Brasil Fracción
Roja y a otros partidos a los que vagamente tilda de ser sus “satélites”.
En primera instancia pensamos
que el documento por su contenido, sustentación y objetivo, no merecía ser
refutado porque poco o nada aporta en términos objetivos a la ideología; sin
embargo, con la idea de que los pronunciamientos no “queden en el aire” y generen
confusión, con cierto descompás en el tiempo nos permitimos emitir una
respuesta para tratar de clarificar algunos yerros y desencuentros de los
camaradas.
Es importante señalar
(autocríticamente) que es muy poco lo que conocemos de los camaradas del PCR de
Canadá; por lo tanto, no contamos con los elementos y arsenal político
necesario para poder analizar su devenir, trabajo, brega; más sí centrarnos en
su documento y con base en él, tratar de argumentar -sin pretensiones académicas
presurosas y aventureras- algunas respuestas y observaciones desde una posición
unilateral del Partido Comunista del Ecuador Sol-Rojo.
Los camaradas del PCR de
Canadá hicieron público un documento titulado: EL MAOÍSMO COMO EN SÍ: CONTRA EL
IDEALISMO DE LA CORRIENTE “PRINCIPALMENTE MAOÍSTA” y no deja de preocupar el
virulento ataque al PCB-FR y demás partidos que sostenemos la tesis del marxismo-leninismo-maoísmo,
principalmente maoísmo, y que
reconocemos los aportes universales del Pensamiento Gonzalo.
Algo que llama la atención de
ese extenso, disperso, subjetivo y ecléctico documento es la contundencia con
la que aseveran cierta información:
“Actualmente, un pequeño grupo de organizaciones activas en unos pocos
países”; “algunos grupos satélites en
América Latina”; “puñado de
organizaciones constituye una fracción muy pequeña, incluso insignificante,
cuya práctica real es limitada”; “el PCB (FR) y sus partidarios”, y así una
serie de términos que además de mostrar cierto desprecio por este colectivo,
cae en el peligroso error de subestimarnos; expresiones que se repiten reiterativamente
a lo largo del texto y que dan cuenta de la poca o ninguna seriedad de estos
camaradas producto ya sea del serio desconocimiento que tienen de los partidos
en proceso de construcción o reconstitución que conforman una importante corriente
al interior del MCI, como también del extraño y equívoco manejo de la teoría
revolucionaria del proletariado.
Si el PCR parten de un
análisis cuantitativo, sería bueno preguntar ¿cuánto representa para los
camaradas canadienses el aupamiento ideológico de partidos comunistas de
Brasil, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, México, EEUU, Alemania,
Austria, Francia, Irlanda y otros que se van incorporando a esta línea roja con
importante incidencia en el MCI?, al parecer poco o nada, sin considerar que
Latinoamérica se ha convertido en tierra de tempestades, de lucha, y que en
Europa el despertar de la clase y de las masas es trascendental en los
propósitos últimos del proletariado internacional: el comunismo.
Pero veamos, si al aspecto cuantitativo
le añadimos una valoración cualitativa del quehacer y lucha de la “órbita”
PCB-FR en el MCI, ¿qué representa para los camaradas de Canadá el hecho de que
este colectivo fortalece la brega del proletariado internacional por aplastar
de manera decidida al revisionismo, oportunismo y centrismo?; ¿Qué representa
para el PCR de Canadá que este colectivo haya tenido como eje trasversal el apoyar
y defender las guerras populares que adelanta el proletariado internacional en
varios países del mundo; apoyar desde la perspectiva del internacionalismo
proletario a las organizaciones, partidos ya sea constituidos o en procesos de
reconstitución; sostener y desarrollar la lucha de dos líneas, además de aplicar,
desarrollar y defender el pensamiento Gonzalo como un salto dialéctico del MLM,
a la teoría y práctica revolucionaria del proletariado internacional? Es obvio que nada, y es más, despotrica al
galope, no aplica lucha de dos líneas sino que suelta su extraña fijación en
los camaradas de Brasil y en alguna medida en el resto de pequeños, precarios y
disfuncionales partidos que lo secundan.
Los camaradas desconocen las
condiciones en las que se generó esta línea roja al interior del MCI. Con sus
precipitaciones e infundios atentan contra
un proceso que solo ha podido ser levantado después de una fuerte lucha
ideológica como corresponde a la tradición histórica de aquellos que creemos
que la unidad en la ideología se fragua en la crítica-autocrítica-unidad;
refrendada en un sinnúmero de encuentros realizados en varios países, aun
desafiando el asecho de la reacción; eventos históricos en los que también han participado
delegaciones de partidos y organizaciones con las cuales se ha tenido serios
desencuentros en el marco de la necesaria e insoslayable lucha de dos líneas.
No nos ha sido ajena la lucha
ideológica con los camaradas de la UOC o de GCR de Colombia (punta de lanza del
avakianismo en la región); en determinados momentos con los camaradas de
Italia, Francia, España, Panamá o Afganistán; de hecho, al interior del
colectivo también hemos tenido muchos y profundos desencuentros donde ha
prevalecido el criterio de unidad sin que esto refiera haber soslayado las
contradicciones ideológicas y políticas presentadas entre nosotros y hayamos
terminado manejando posiciones eclécticas o devenir en una desvergonzada
sumisión política e ideológica.
Es importante señalar que si
bien es cierto los comunistas de América Latina reconocemos los alcances que ha
tenido el PCB(FR) en los niveles de organización de cara a asumir la
responsabilidad de emprender con la revolución de Nueva Democracia en Brasil al
servicio del proletariado internacional; el importante impulso que le ha dado a
bregar por imponer la línea roja al interior del MCI, jamás hemos establecido
una relación con los camaradas bajo la
figura del “partido padre”; de hecho, durante todo este andar es importante
recordar que fue a partir de la declaración conjunta entre el Frente
Revolucionario del Pueblo de Bolivia, MLM y el Partido Comunista del
Ecuador-Sol Rojo emitida el 26 de diciembre del 2008, donde se alertaba sobre
la inexistencia de una correcta dirección al interior del MCI ante la
bancarrota del MRI; la traición de Prachanda a la guerra popular en Nepal o la
necesidad de combatir al nuevo azote de los pueblos, sobre todo en América
Latina del llamado socialismo del siglo XXI; declaración que estableció, -en
alguna medida-, el punto de partida que coincidió
con los esfuerzos que desarrollaba el PCB-FR en la lucha ideológica en la arena
internacional, para generar el colectivo de discusión ideológica y política
sobre los problemas que aquejan al MCI, la Revolución Proletaria Mundial y la
bregas por una nueva y superior internacional comunista.
Camaradas, “no hay peor ciego
que aquel que no quiere ver”, en ese sentido no podemos negarnos a reconocer los
esfuerzos que hace el PCB-FR, su correcta jefatura, dirección y militancia por
sostener la lucha ideológica y la unidad del proletariado internacional; la
dura brega que hacen los camaradas del Perú por reorganizar su dirección en
medio de la guerra popular confrontando no solo al enemigo armado, sino a la
LOD y a los ganapanes del imperialismo que permanentemente niegan su desarrollo
en la actualidad. Los importantísimos saltos que han dado los camaradas de Chile
en la reconstitución de su Partido comunista o esos gigantes esfuerzos de los
camaradas de Colombia que reconstituyen su partido en medio de muchísimas
dificultades, entre otras, una sociedad plagada de revisionismo armado.
Imposible no saludar y aproximarse a la lucha que emprenden los comunistas en
México en dónde proponer la revolución es de por sí ya un hecho sumamente
valeroso y estoico. Jamás desestimar la lucha de los camaradas de Alemania por
sembrar partido donde no existía en términos objetivos; no diferentes en
Austria, Irlanda, en las entrañas del imperialismo yanqui, donde los camaradas
de EEUU, particularmente en Dustin, han puesto en tensión sus niveles de lucha
y organización; y así, otros más que al parecer no quieren ser vistos por ustedes.
Imposible no reconocer la
constitución y reconstitución de partidos comunistas de nuevo tipo que emergen
por todo el mundo en medio de la lucha de2 líneas que es lo único que al final
del camino nos permitirá fortalecer el MCI y crear las condiciones para una
nueva internacional que inexorablemente será MARISTA-LENINISTA-MAOÍSTA.
Pero no hartos en su miopía y
desconocimiento, los camaradas de Canadá nos tildan de organizaciones
“insignificantes”. Para ellos no representa nada nuestros complejos proceso de
construcción de los instrumentos para la revolución que ha tenido que
confrontar y sortear muchas vicisitudes; de hecho, hasta nuestros errores de interpretación
y aplicación de la línea ideológica correcta, debilidad que nos llevaron a
vivir la derrota que sin ser definitiva, nos costó un alto precio en vidas y
desde luego, político. Construcción que además, fieles a nuestra línea y
concepción por aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo a la
particularidad del país, se ha dado movilizando a las masas, y no necesariamente
de manera pacífica, sino rebelde, beligerante, combativa, aplicando y
desarrollando violencia revolucionaria.
Y es que en el Ecuador, el proceso
de construcción de los instrumentos para la revolución no lo hemos emprendido “acumulando
fuerzas en frío”, como sugiere el PCR; en silencio, de espaldas a los
requerimientos de la clase y del pueblo o del proletariado internacional. Lo
hemos hecho en el curso de una práctica militante activa, combativa,
movilizando masas y aun realizando acciones de violencia no solo en el marco de
manjar las contradicciones existentes en el país, sino también en respaldo a
las guerras populares que se adelantan en el mundo y demás luchas del
proletariado internacional. Lo hemos hecho no solo militarizando el Partido
sino todas sus instancias organizativas a nivel de organismos generados, compenetrándonos
y aproximándonos decididamente a desatar la guerra popular. Obvio, la respuesta
del enemigo ha sido correlativa a nuestra propuesta armada de deslindar todos
los campos con él y el viejo Estado: presos, secuestrados, torturados, muertos,
aspectos que no son ajenos a lo que también han tenido que vivir los camaradas
de Brasil donde aún tirita la sangre del camarada Cleomar Rodríguez y otros
tantos más; o de México, donde aún la mañana espera el regreso del Dr. Serna o
el vacío que dejó la prematura muerte de Luis Armando Fuentes por parte del
enemigo; la persecución a la que son sometidos los camaradas de Alemania o
Austin, EEUU. Pero no, para los camaradas de Canadá somos insignificantes y con práctica limitada al igual que el
resto de partidos que “orbitan” en el PCB-FR y que tienen historias similares. En
todo caso, es importante señalar que los maoístas del Ecuador y su Partido no
somos seguidores del PCB(FR) ni de ningún otra organización; mas sí seguidores
de la línea ideológica correcta, aquella comprometida por barrer el
oportunismo, el revisionismo y el centrismo en filas del proletariado
internacional.
Contrario a lo que ha
evidenciado el PCR a lo largo de su extenso documento, el estilo de trabajo del
PCE-SR se ajusta plenamente a lo que señalara oportunamente el presidente Mao:
“los comunistas tienen que preguntar el
porqué de todas las cosas y valerse de su propio juicio para examinar
cuidadosamente si corresponden a la realidad y si están bien fundadas; no deben
en absoluto seguir ciegamente a otros ni preconizar la obediencia servil”.
De hecho, camaradas, llevar adelante esta práctica, no solo por nosotros sino
por todos quienes han apuntalado esta “orbita” ha llevado a que organizaciones
como el FRP-MLM de Bolivia (co-gestoras de la creación de este colectivo) años
después desdeñen de algunos aspectos que consolidaban esta unidad en la
ideología (MLMPG) y haya dado un paso al costado a sostener tesis que variaron
en el tiempo y que, al igual que ustedes, niegan el pensamiento Gonzalo y la
existencia de guerra popular en el Perú, aspecto que refleja la madurez
política y seriedad con la que se ha venido manejando la lucha ideológica. Por
cierto, esa decisión de los camaradas de Bolivia tampoco quiere decir que los
pongamos del lado del enemigo, de aquellos que reniegan del MLM, de la guerra
popular, de la revolución de Nueva Democracia en los países semifeudales y
semicoloniales, puesto que de todas maneras por ahora la base de unidad en la
ideología del proletariado internacional es el marxismo-leninismo-maoísmo!!
Hay que recordar que en un determinado
momento firmamos declaraciones conjuntas con otras organizaciones que nada
tienen que ver con la “orbita idealista” del PCB-FR. Sin haber pretendido
avalar posiciones que por concepción tienen la UOC, de Colombia, un sector de camaradas
de Francia, Panamá y otros; quizá
pecando de pragmáticos, nos adherimos a aquella que hizo un llamado a ¡LA
UNIDAD INTERNACIONAL DE LOS COMUNISTAS EXIGE LA DERROTA DEL REVISIONISMO Y DEL
CENTRISMO!; y que por cierto nos trajo serias contradicciones con algunas
organizaciones y partidos de Europa, sobre todo con los camaradas de Italia y
España, evidenciando, de esta manera, nuestra soberana capacidad de toma de
decisiones. Y lo hicimos porque consideramos oportuno, correcto; porque el
documento planteado por los camaradas de Colombia expresaba la necesidad de
lucha del proletariado internacional contra del revisionismo, el oportunismo,
pero también en contra otro enemigo del proletariado internacional, el
centrismo, que se mantiene vivo a la sombra de las contradicciones existentes
en el Nepal. Basta decir que en ninguna circunstancia podríamos plegar por
documento alguno que venga cargado de la tinta y contenido de cualquier
expresión que se aproxime al prachandismo, menos aún, del avakianismo o que
reniegue del MLM y/o las guerras populares en Perú, Turquía, India y Filipinas.
(…)Los camaradas de Canadá
también se refieren a un supuesto “ataque desvergonzado” que realizamos los
“seguidores” del PCB-FR en contra de las organizaciones maoístas más activas y
avanzadas en el mundo: Partido Comunista de India (Maoísta) y el Partido
Al respecto y para el
ejercicio, en el caso muy puntual de los camaradas de Filipinas, vamos a
exponer algunos argumentos desde nuestra experiencia.
Hace algunas décadas los
maoístas del Ecuador estuvimos prestos a desarrollar guerra popular, y lo
hicimos en condiciones difíciles donde primaba una línea oportunista de izquierda.
Es la verdad, y esos errores nos costaron mucho. Fuimos débiles, no estábamos
bien pertrechados del MLM, tampoco del pensamiento Gonzalo y por lo tanto le
entregamos la iniciativa a la reacción en circunstancias muy difíciles.
A manera de síntesis comprendimos de mejor forma
cuánto pierde la revolución de Nueva Democracia en el país y en el mundo (o
revolución socialista donde corresponde) cuando los comunistas le cedemos un
pequeño espacio al enemigo para establecer tratativas, conversaciones, acuerdos,
treguas, etc.; y con base a nuestra magra experiencia sostenemos con vehemencia
y determinación; no hay razón o
condición alguna para establecer
acuerdos, pactos o tratativas con el enemigo salvo para definir su derrota
final o su capitulación.
Si les ofrecemos tregua (bilateral o unilateral) al enemigo, la
clase y el pueblo pierde. En Colombia, el revisionismo armado es campeón en ese
tipo de comportamientos. Tregua por navidad, por Semana Santa, por invierno,
por el día nacional de Colombia o porque se ven cercados por la tropa enemiga.
De hecho, camaradas, a propósito, los camaradas de Filipinas hicieron tregua
unilateral por la pandemia del Covid-19. El enemigo aprovechó la tregua para infligir
duros golpes a los camaradas.
Es en ese contexto en el que particularmente nosotros nos hemos
atrevido a criticar a los camaradas de Filipinas y sus recurrentes llamados a
“negociar” treguas/cese al fuego con el enemigo, porque aún, salvando las
distancias a favor de los camaradas de Filipinas en el desarrollo de la guerra,
nosotros entendimos que eso es atroz para los intereses de la clase y de la revolución,
y no solo eso, sino también para el proletariado internacional, por lo tanto no
está demás alertar del peligro en el que están incurriendo.
A estas alturas es difícil saberlo, pero si los camaradas de Nepal hubiesen
considerado y asumido la oportuna alerta y crítica en este sentido,
probablemente Prachanda estaría donde debe estar: bajo tierra, y la guerra
popular: próxima a la victoria.
Pero sin ir más allá de eso, hay otro aspecto que es importante
resaltar. La tremenda incidencia que tiene ciertos comportamientos erróneos de
los camaradas de Filipinas en su línea de trabajo internacional, sobre todo en
el Ecuador.
Uno de los partidos más recalcitrantemente revisionistas,
oportunistas y nocivos que existe en el país es el PCMLE (Unidad Popular); que
de Hoxistas, han devenido en bolivarianos; quizá uno de los principales
escollos a destruir para que se desarrolle la guerra popular en el Ecuador.
Hace algunos años en una acción conjunta entre elementos armados de
este Partido(PCMLE) y la policía nacional, capturaron a militantes del partido
que armados básicamente de brochas y pintura realizaban una campaña de pintas
de apoyo a la guerra popular en el Perú, India, Turquía y Filipinas en una
universidad pública de la capital (Universidad Central); además de los camaradas
detenidos, la tortura de estos y su posterior encarcelamiento, tuvimos que
confrontar la pérdida de un importantísimo arsenal y la escalada represiva de
todos los aparatos armados del estado en contra del Partido que tuvo su clímax
con el cerco de un populoso barrio de Guayaquil (48 y la K) donde con 1500
militares, tanquetas, lanchas y helicópteros concentraron a la población,
allanaron casa por casa hasta fusilar frente de sus familiares (literalmente) a
4 personas, 3 de ellas miembros del Partido. Desde luego, nuestra respuesta contra
el revisionismo fue cruenta para hacerles entender que bajo ninguna
circunstancia íbamos a tolerar o permitir ese y otro tipo de ataques.
Esta misma organización participa en todos los procesos electorales,
inclusive en alianza con los sectores más recalcitrantes de la política
nacional (llamaron a votar por el banquero Guillermo Lasso- burguesía compradora
y hoy, de cara a las elecciones del 2021 apoyan al reformismo indigenista) y reiteradamente
trafican con la lucha y el dolor de nuestro pueblo. Enemigos acérrimos del
maoísmo.
El PCMLE todos los años organiza el Seminario Internacional de los
Problemas de la Revolución en América latina a la que en algunas ocasiones ha
asistido, de manera curiosa e inexplicable, los camaradas de Filipina quienes,
después de eso conciliábulo terminan definiendo “estrategias” para la llamada
revolución en América Latina con organizaciones como: Círculo Jaques Roumcin de
Montreal – Canadá, organización a la que con toda seguridad ustedes conocen; el
PCR de Argentina, de Bolivia; Unidad Popular por el Socialismo de Brasil, Partido
Comunista Revolucionario de Brasil; Partido Estadounidense del Trabajo de EEUU,
George Grunental, Ediciones Estrella Roja – Estados Unidos; Partido Socialista
Revolucionario del Perú y obviamente el Frente Democrático Nacional de
Filipinas y otras organizaciones.
Esas son las alianzas de los camaradas filipinos en el Ecuador.
Cuestionable, más en la medida que por diferentes vías hemos emitido misivas a
los camaradas alertando de su error.
Por lo expuesto, es obvio que este tipo de decisiones políticas de
los camaradas de Filipinas en nada aporta a la unidad en la ideología del
proletariado internacional y a la necesidad de reconstituir la Internacional
Comunista; empero, son incontables las campañas de apoyo que nuestro partido ha
desarrollado a favor de la guerra popular en Filipinas, el valor histórico que
le hemos entregado a sus mártires, entre ellos al camarada Ka Parago, porque no
dejamos que esta correcta crítica nos haga perder la perspectiva y soslayemos el
aspecto fundamental de los camaradas filipinos. Entonces, para los camaradas de Canadá, ¿acaso
es mejor guardar silencio?, ¿en honor a la unidad del proletariado pegada con
babas y no en la ideología, es mejor mirar a un lado cada vez que los camaradas
pactan treguas con el enemigo de la clase, del campesinado pobres y demás masas
explotadas de Filipinas poniendo en riesgo el esfuerzo vital por la revolución
en su país?; ¿ acaso los comunistas del Ecuador debemos mirar complacientes
como los camaradas de Filipinas se sientan a la mesa a trazar estrategias
“revolucionarias” con el sector más revisionista del Ecuador y que en muchas
ocasiones, de manera abierta, ha criticado destructivamente la guerra popular
en el Perú, ridiculizado al presidente Gonzalo y sin tapujos declararse anti
maoístas?
Camaradas. Como lo señalábamos inicialmente, nosotros años atrás nos
equivocamos, caímos al barranco, fuimos golpeados por el enemigo, y muchas
organizaciones y partidos maoístas fueron duros en la crítica con nosotros, y la
asumimos; no la tomamos como dardos venenosos que buscaban aniquilarnos,
tampoco (al puro estilo Modavef) cambiamos de rumbo estratégico, por el
contrario, en el camino nos hemos ido reconstituyendo mejor pertrechados de
ideología. Aprendimos a autocriticarnos, porque utilizamos este método como una
forma de catarsis partidaria y, dada la trayectoria histórica de lucha que
tienen los camaradas de Filipinas, consideramos que sabrán asumir las críticas
en ese orden, como lucha de dos líneas, como “medicina para salvar al enfermo”.
(…) En verdad camaradas, ustedes han perdido toda la objetividad
para aseverar que nos “oponemos a las guerras populares” que se están
desarrollando en el mundo. Los camaradas se extravían, lanzan cualquier infamia
a galope de mula. Sin desmerecer las importantes campañas realizadas por los
comunistas del mundo en apoyo a las guerras populares que se desatan en Filiadas,
India, Turquí y el Perú, ha sido precisamente las organizaciones que esgrimimos
el MLM, principalmente el maoísmo y reconocemos el aporte universal del
pensamiento Gonzalo quienes hemos realizado las campañas más firmes y decisivas
en favor de estas guerras. Basta ver el fabuloso e internacionalista trabajo
desplegado por los camaradas de Dem Volke Dienen; el Comité de Bandera
Roja en Tjen Folket en Noruega, Nuevo Perú de Alemania; el resto de
organizaciones y partidos de quienes basta ver que desde las formas, las
consignas, y la actividad prácticas, han desplegado miles de acciones internacionalistas
respaldado estas guerras populares, es más, en determinados momentos haciendo
uso de acciones de sabotaje como las realizadas en el Ecuador en favor de la guerra
popular en el Perú.
Lean camaradas, investiguen, absolutamente todos los
pronunciamientos, declaraciones y publicaciones de estos Partidos, ya sea de
manera individual o colectiva vivificamos las guerras populares las mismas que
aún en el marco de los reveses, recodos y demás han tenido el respaldo
militante e internacionalistas de nuestros partidos; muy por el contrario a
ustedes, que al primer golpe de viento salen a negar la guerra popular en el
Perú. Al parecer sus acusaciones no pasan de ser sino una proyección de lo que
sienten, de lo que piensan en este y otros temas abordados en su documento y seguramente
en su práctica.
(…) Continuando con el documento, los camaradas de Canadá vuelven
sobre lo que se ha convertido en una verdadera diatriba: que apoyamos a una “guerra
imaginaria” en el Perú. Los camaradas, al igual que otras organizaciones que
pregonan la misma falacia terminan siendo serviles y funcionales para la
estrategia contrarrevolucionaria de la CIA. Igualmente, se meten en el coro de la reacción
peruana; se agarran de la cola de Modavef y desde ese muladar gritan,
sostienen: ¡no hay guerra popular en el Perú porque ya fue derrotada!
Al respecto debemos decirlo, negar la existencia de la guerra
popular en el Perú se ha convertido en un acto contrarrevolucionario. Los
camaradas de Canadá no quieren entender cómo se desarrollan en la actualidad las
guerras justas en contraposición a las guerras injustas; cómo la reacción en el
Perú de la mano de la estrategia imperialista consideró, de acuerdo a sus
planes por neutralizar y derrotar la guerra popular, que no era suficiente con
asesinar a los prisioneros de guerra, desatar el “terror blanco” masacrando
comunidades enteras, soporte de las bases de apoyo en el campo; tenían claro
que debían atacar directamente al presidente Gonzalo, cortar su línea de mando;
dinamitar la dirección, pero también resultaba perentorio ir por la ideología,
y ahí echaron mano de Movadef para desvirtuar los fundamentos básicos del
pensamiento Gonzalo y la Nueva Democracia; es decir, salir al paso de que la guerra
fue derrotada, y no solo eso, sino que ya no hay semifeudalidad, que la guerra
resolvió esa contradicción; que en ese trayecto o etapa, Perú devino de
semifeudal a capitalista dependiente, consiguientemente la revolución debe ser socialista.
Claro, lo que se busca es quitarle en el curso de la Nueva Democracia al proletariado
su aliado estratégico: el campesinado pobre, y por esa vía desmontar la guerra
popular. Pero no camaradas, ustedes, el imperialismo, la reacción y la LOD
tienen sueños de perro flaco si creen que la guerra popular fue derrotada;
obviamente, vive un recodo que ya está siendo superado; no es fácil en el curso
de la guerra reconstituir la dirección, pero de igual forma, el Ejército
Popular de Liberación, a pesar de las dificultades combate, genera nuevo Poder;
recupera espacios estratégicos, mantiene al enemigo a raya demostrando la
fortaleza del marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo.
Carentes de conocimiento los camaradas de Canadá disparan sus tiros
al aire con pólvora mojada, quieren hacer olas tirando un puñado de lentejas al
río. Eso es lo que quieren, no puede ser de otra manera, se ponen rabiosos y
desde su más abyecta ignorancia, o peor, desde su rol desmovilizador lo quieren
negar todo. En verdad, los camaradas deberían acercarse más a Latinoamérica,
conocer a su pueblo, a los partidos comunistas, sobre todo tratar de conocer de
mejor manera qué pasa en el Perú y en qué condiciones se desarrolla la guerra
popular.
(…) En su documento los camaradas de Canadá también señalan que no
tenemos respeto por la guerra popular en el Nepal.
Los camaradas recrean sombras. Desconocen el apoyo que se le dio a
eso proceso en Latinoamérica; lo que no se hizo es apoyar a aquellos como Kiran
y otros que involucrados en contradicciones con Prachanda por la repartija del
poder, que quisieron ser mostrados al mundo como la línea roja en Nepal y fueron
combatidos oportunamente no solo por aquellos a los que los camaradas de Canadá
tildan como “línea idealista”, sino por otras organizaciones con las que ahora
firman comunicados conjuntos. De hecho, camaradas, son innumerables las
campañas de pintas y de movilización de masas que hemos emprendido en apoyo a
la reorganización de la guerra popular en el Nepal. A propósito, en una carta
remitida a los camaradas de Dazibao Rojo el 8 de septiembre de 2012 señalábamos
sobre la importancia de apoyar el restablecimiento de la guerra popular en el
Nepal y el por qué nos oponíamos abiertamente al apoyo que se le daba a Kirán.
Y la historia, tanto a nosotros, como a otras organizaciones maoístas,
lamentablemente nos dio la razón; y decimos lamentablemente porque consideramos
que tanto ustedes, algunos camaradas de España que cayeron en el entrampamiento
de Kiran, y nosotros, hubiésemos querido que el impulso sea diferente, que en
verdad Kirán y otros hayan tenido los arrestos ideológicos para corregir y retomar
la guerra popular hasta el triunfo y el sostenimiento del Nuevo Poder en Nepal.
(…) Y sí, los cámaras de
Canadá no solo van agarrados de la cola de la LOD, también lo hacen de los revisionistas
y demás oportunistas que a su tiempo criticaban y tildaban de revisionistas y
oportunistas a los camaradas chinos cuando sostenías en el VII Congreso del
PCCH (1945) que el pensamiento guía del partido es el Pensamiento Mao Tse-tung
y que era específicamente –para entonces- la aplicación del marxismo-leninismo
a la realidad de China. Hoy replican, hoy son los Jruschov del MCI que berrean
y se oponen al pensamiento Gonzalo. Y quiérase o no, el pensamiento Mao
Tse-tung a pesar de tener varios detractores que se agarraban de las manos del
perro Deng Xiaoping, Jruchov, Hoxa y otros, también hubo algunos partidos y
organizaciones que empezaron a valorar los aportes del presidente Mao por
considerar que tenían validez mundial. En Colombia, el EPL ML Pensamiento Mao
Tse-tung; en Brasil, Chile, Argentina, España y otros partidos y organizaciones
del mundo pasaron a llamarse ML Pensamiento Mao Tse-tung y a proponer la Nueva
Democracia y demás. Claro, la evidencia histórica nos dice que a ninguna de
estas organizaciones y/o Partidos se les ocurrió definir al Pensamiento Mao Tse-tung
como maoísmo, ¿por qué?, porque esa definición tenía que estar sujeta de
ciertos condicionamientos históricos que permitieron profundizar su estudio y
aplicación.
Los camaradas del PCR, Consideran
que hasta antes de la guerra popular en el Perú ya hubo un reconocimiento
universal del maoísmo sin ser maoísmo (¿) sin embargo, los camaradas se niegan
a reconocer que el maoísmo, como tal, fue
definido, reconocido, esgrimido y defendido como tal, como tercera y superior
etapa del Marxismo-Leninismo con el inicio y desarrollo de la guerra popular en
el Perú.
Los camaradas en una clara
manifestación idealista, se niegan a entender cómo y en qué condiciones se
generó el Pensamiento Mao Tse-tung y la manera cómo pasa a definirse como maoísmo;
inicialmente en el marco de la revolución en un país como China con
características diferentes a las que existían en Rusia antes de la revolución
bolchevique; sobre la base de las contradicciones interimperialistas (USA_URSS)
; guerras mundiales, revolución
cultural; movimiento proletario internacional, movimiento de liberación
nacional, lucha entre marxismo y revisionismo y posteriormente el desarrollo de la GP en el Perú.
El PCR señala que: ¿Antes de
la guerra popular en el Perú, el Pensamiento Mao Tse-tung ya tenía el mismo
peso y significado a lo que hoy conocemos como maoísmo? No camaradas; después
de la Revolución Cultural el Jruschov Chino, Deng Xiaoping y su camarilla se esmeraron
por desvirtuarlo, además de atacarlo, siempre trató de mostrarlo como inviable;
tampoco fue puesto en tensión en Vietnam ni en otro lugar del planeta como en
verdad sí se lo hizo en el Perú en el proceso de reconstitución del Partido y demás
instrumentos para la revolución; donde el Presidente Gonzalo, el pensamiento Gonzalo
y el Partido tuvieron una comprensión más profunda del Pensamiento Mao Tse-tung
iniciando y desarrollando guerra popular, de otra forma hubiese sido imposible
que esto suceda y con ello el reconocimiento de lo que hoy esgrimimos los
comunistas del mundo, el MARXISMO-LENINISMO MAOÍSMO.
Y no camaradas, cuando el PCP
y particularmente el presidente Gonzalo sistematiza el pensamiento Mao
Tse-tung, no lo hace “en el vacío” independientemente de la práctica -como ustedes lo señalan-, lo hace ciertamente
analizando la experiencia de la revolución China y más aún, en el curso de preparar,
iniciar y desarrollar la guerra popular en el Perú, es decir, validando la
teoría en la práctica, en los hechos, desde luego, sin desestimar la importante
lucha de dos líneas que se generó en el entonces MRI.
Para medio argumentar su
ponencia, el PCR señala que Stalin “no sistematizó el leninismo. Él defendió el
leninismo”. Sí, cierto es, Stalin lo defendió, pero soslayan un hecho
fundamental, que antes de eso lo definió como tal, como leninismo y lo
aplicó en un nuevo contexto, en el de la Guerra fría, en la contraofensiva del
Imperialismo yanqui con el apoyo de las potencias imperialistas y capitalistas
de Europa en y después de la II Guerra Mundial, y no olvidar camaradas que fue
precisamente Stalin en 1924 quién afirmaba que “no se podía ser marxista si no
se era marxista-leninista”, tal y cual nosotros, particularmente los comunistas
del Ecuador lo decimos con fuerza, determinación y sin ambages, en la
actualidad no se puede ser marxista-leninista sin ser maoísta y de manera en
particular, ser maoísta hoy en día es
reconocer los aportes de validez universal del pensamiento Gonzalo, de tal
forma que nos planteamos el
¡marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo! por considerar que esa
es la línea ideológica correcta para desarrollar la guerra popular en nuestro
país y ponerla al servicio de la Revolución Proletaria Mundial.
(…) Los camaradas de Canadá
tienen un desencuentro inexplicable con el más elemental análisis marxista,
materialista histórico, dialéctico; de hecho, nos recuerda con facilidad a las
vanidosas pretensiones de Avakián. No camaradas, no se puede comparar los
aportes que hizo Lenin al marxismo, o el presidente Mao al marxismo-leninismo;
no estamos para eso, si bien es cierto es un todo, como ustedes bien señalan, también
son una secuencia dialéctica que deviene en una síntesis, si bien es cierto
inicia con Marx y Engels, no podemos pensar que va a terminar con el presidente
Mao y el maoísmo. Eso es idealismo camaradas, mecanicismo del más burdo; el
marxismo-leninismo-maoísmo está llamado por la historia a desarrollarse con el
aporte que inicialmente nace en el seno de las particularidades como la guerra
popular en el Perú con el presidente Gonzalo y será posteriormente con el aporte
de la guerra popular en el Brasil, México que hagan otros camaradas, Partidos
que logren desarrollar la teoría desde el ejercicio práctico, en el quehacer de
la revolución y que tengan validez universal, lo que nos pondrá de frente a un
nuevo “ismo” tantas y cuantas veces sean necesarias hasta la conquista del
comunismo.
Nos parece hasta grosero
camaradas cuando señalan que “¿cómo es posible que el Partido Comunista de
China, varias décadas antes del surgimiento del “pensamiento Gonzalo”, logró no
solo liderar una guerra popular sino conducirla a la victoria? ¿Cómo es que los
comunistas vietnamitas, varios años antes de la llamada “síntesis” del maoísmo
lograron hacer lo mismo?” con relación a lo sostenido en una de las
declaraciones en la que señalamos sobre la imposibilidad de una guerra popular
sin haber asimilado las contribuciones con validez universal del pensamiento
Gonzalo.
Quieren comparar y oponer la
guerra popular en el Perú con otros procesos históricos. Vuelven a tirar un
puñado de lentejas al río pretendiendo esta vez un tsunami: “incluso las guerras de resistencia
vietnamita contra el imperialismo francés y estadounidense (…) tuvieron una
influencia mucho mayor que la guerra popular en Perú en el mundo y que a
diferencia de esto último, resultó en victoria” ¡Vaya análisis!; ¡vaya
comparación! Camaradas, analicen el contexto; las características de la guerra
en Vietnam fueron de liberación nacional, no consideraron la posibilidad de
desarrollar una revolución de Nueva Democracia; es más, ya en 1967 optaron por
seguir al socialimperialismo soviético dirigido por Jruschov e implementar en
Vietnam una dictadura burocrática sobre su pueblo, ajena a la dirección del
proletariado. Sin embargo, y sin inmutarse, los camaradas en innumerable
cantidad de veces nos acusan a los camaradas del PCB-FR y a “sus satélites” de
ser idealistas, pequeñoburgueses, de desconocer el materialismo histórico. (¿)
(…) Guerra Popular hasta el
comunismo
Los camaradas de Canadá
también se dan modos de apuntar sus fusiles sobre la consigna: ¡Guerra Popular
hasta el Comunismo!
Igual, la califican de
errónea; como una “disminución de lo que
significa guerra popular”, consideran que la guerra popular es una “forma de acción revolucionaria y una
estrategia para desmontar las fuerzas militares del enemigo de clase y toma de
poder” (…) “que una vez que el poder
sea conquistado en todo el país y las fuerzas armadas enemigas han sido
aplastadas, la confrontación militar termina por la simple razón de que ya no
hay un adversario militarmente organizado para enfrentar”.
Camaradas. La toma del poder por
sí sola no representa nada; la destrucción del aparato militar tampoco garantiza
que el enemigo haya sido liquidado totalmente. De hecho, en alguna medida
recobra bríos porque el imperialismo lo va a apoyar de mayor y mejor manera. El poder se expresa no solo en la detención de
los medios de producción; el poder ya no solo se expresa en el aparato militar,
también se muestra sólidamente en el campo de la conciencia y en otro aspecto
que en la actualidad ha cobrado mucha fuerza: la militarización de las sociedades.
El imperialismo del hoy no
es, obviamente, el imperialismo del siglo pasado; despliega nuevas estrategias,
las han venido recreando desde hace décadas en Colombia para combatir al
revisionismo armado utilizando aparatos alternos, grupos paramilitares o
contraponer masas contra masas. Lo han hecho en el Perú, donde el imperialismo puso
su mayor esfuerzo. Veamos lo que sucede en Siria, siguen con esa línea de balcanización;
instrumentalizan a las masas de los mismos países para debilitar o derrocar
gobiernos o Estados. Camaradas, no basta con derrotar al viejo aparato militar,
es importante desarrollar guerra popular para defender el nuevo poder. Es lo fundamental,
y esa defensa hace ya mucho tiempo que dejó de ser responsabilidad básicamente
del nuevo aparato, del nuevo ejército, le corresponde al mar armado de masas
hacerlo; como lo decía Marx y Engels, sin ese “mar armado” de masas, no hay
posibilidad de defender el Poder y llevarlo hasta el comunismo. Insistimos en
la necesidad de reconocer y rescatar la experiencia del proletariado
internacional en la Comuna de París, o de la URSS dónde la falta de
militarización del partido y de armar a las masas coadyuvó en que los aparatos
de dirección del partido y del ejército profesional sean fácilmente asaltados
por el revisionismo restaurador.
Camaradas, la guerra popular
es mucho más que un ejército compuesto de guerrilleros organizados en fuerzas
locales, fuerzas principales y las milicias armadas destruyendo las fuerzas
vivas del enemigo hasta la toma del Poder, y logrado este propósito, irse a
encerrar en los cuarteles. La guerra que el proletariado y el campesinado pobre
plantea es una guerra integral, sistémica, dialéctica, donde se destruye todo
vestigio del viejo Poder, esto es, su viejo aparato armado, su vieja estructura
productiva, sus viejas relaciones de producción, su vieja cultural y las masas,
bajo dirección proletaria, tienen esa tarea, pero sobre la misma premisa y con
la misma vehemencia, debe defender el nuevo Poder que tratará de ser minado y
destruido por los remanentes burgueses y terratenientes con el apoyo del
imperialismo en los mismos ámbitos.
El presidente Mao señala
sobre la importancia de armar las masas aún después de alcanzada la victoria: “Como los imperialistas cometen tantos
atropellos contra nosotros, tenemos que tratarlos con toda seriedad. No
solamente debemos poseer un poderoso ejército regular, sino también organizar
contingentes de milicia popular en todas partes, de modo que los imperialistas
en caso de agredirnos, difícilmente puedan moverse en un solo punto en el
país”. “Si el imperialismo se atreve a desencadenar una guerra de agresión
contra nuestro país; la milicia popular operará en coordinación con el Ejército
popular de Liberación y lo reforzará en todo momento para derrotar a los
opresores”. Y no solo eso camaradas, sino que el Presidente Mao consideró que
las milicias y las fuerzas armadas como un instrumento de la dictadura del
proletariado.
Hoy, al no existir el campo socialista
(desde 1976), la superpotencia imperialista yanqui es mucho más atrevida,
violenta, se siente dueño del mundo a pesar del contrapeso que trata de aplicar
el imperialismo chino y ruso. Lo demuestra en Afganistán, Siria, Yemen.
Precisamente en estos últimos tiempos no cesa en su amenaza de invadir
Venezuela, posicionarse de manera más sólida con su contingente armado en
Colombia y otros países donde tiene títeres, lacayos, todos armados, igual de
violentos, porque el imperialismo y la reacción en general sabe que el Poder se
defiende con violencia. ¿Acaso los comunistas debemos inventarnos otra forma de
defender el Poder por fuera de la violencia que necesariamente debe expresarse
como guerra popular?
Es que seguro los camaradas
del PCR piensan que los comunistas, con el Poder en las manos, devenimos en
almas humanitarias, que debemos tratar a los remanentes burgueses con guante
blanco, con pusilanimidad (¿). ¡No, ese error no lo vamos a volver a cometer! El
problema del Poder también radica en cómo defenderlo. Bien sabemos que a él se
accede con guerra y se lo defiende la guerra cuyos límites solo podrán ser
establecidos por la capacidad que tenga esta de aniquilar o neutralizar
decidida y definitivamente a su enemigo, que el problema en última instancia se
define por quien “emplee la fuerza sin
miramientos, sin economía de sangre”. Clausewitz sostenía esto y además alertaba de
aquello que ustedes dibujan respecto de cómo manejar los remanentes burgueses en
el socialismo; “los errores que se
cometen por benignidad son precisamente los más perjudiciales”; y si
esgrimir la defensa del Nuevo poder con guerra popular es querer mostrar una
visión radicalizada de esta, pues bien, estamos por eso.
No camaradas, no pueden, de
hecho, no tienen el derecho e equivocarse de esa manera; en las actuales circunstancias
en el mundo hay cierta tendencia a una mayor fascistización y reaccionarización
de los viejos estados; hacer la guerra para destruir el viejo poder se vuelve
un ejercicio estratégico mucho más cruento, duro, complejo, que no se ajusta
necesariamente a dogmas o fórmulas que deben ser replicados mecánicamente, no
camaradas, las condiciones son diferentes; hoy es necesario militarizar los
partidos comunistas, militarizar a las masas para defender con guerra popular
el nuevo poder, entender que guerra popular es “perspectiva estratégica para garantizar la
dictadura del proletariado” como lo señala el presidente Gonzalo.
Bien dice el presidente Mao:
“el proletariado aspira a transformar el
universo según su concepción del mundo, y la burguesía según la suya”. Si
bien es cierto el proletariado y sus aliados destruye el viejo poder
burgués-terrateniente (en las semicolonial), ¿acaso la vieja burguesía y los
grandes terratenientes no van a organizar la recuperación del poder por la vía
armada o violenta?; ¿acaso derrotado su aparato militar van a acudir a medios
“democráticos” para destruir el nuevo poder? Tanto en la Nueva Democracia como
en el socialismo perviven las clases antagónicas y mientras las sociedades
estén compuestas por clases antagónicas, ¡la guerra es a muerte!
El sostenimiento de la guerra
popular hasta el comunismo establece, como base, el predominio absoluto del marxismo-leninismo-maoísmo-principalmente
maoísmo hasta que un nuevo pensamiento emerja y se consolide mundialmente como
el desarrollo del MLM.
Uno de las brillantes
contribuciones que hizo el presidente Mao al marxismo y que se establecería
como uno de los puntos de partida que marcarían el surgimiento del pensamiento
Mao Tse-tung fue el estudio sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo. De hecho, en el seno del pueblo habrá contradicciones
que deben ser dirimidas en este orden, de la lucha de dos líneas, como la que planteamos
se desarrolle con ustedes en la medida que no devengan en antagónicas; no
obstante, con el revisionismo elevado directamente a estrategia restauradora o que
impida que la revolución se desate, debe ser lucha a muerte; contra los remanentes
burgueses-feudales debe ser manejada a muerte, y no porque se quiera mostrar
una versión de la dictadura del proletariado como una nueva versión “radical”,
como ustedes señalan, sino porque la historia de la lucha de clases nos ha
enseñado que debe ser de esa manera. Si el enemigo hace todo lo que considera
hacer para poder detentar el viejo Poder, ¿por qué el proletariado no debe
hacer eso, y más por detentar su dictadura?
Camaradas, básicamente los
pregoneros de una línea militar burguesa pueden pensar de esa manera, centrarse
en la idea que el ejército popular como una estructura armada vertical, única, burocrática,
profesional, divorciada de las masas; es pensar igual que Jruschov, Peng De-juai y Luo Rui-ching que fomentaron
la idea de un ejército profesional, separado del pueblo, de las masas. ¿Por qué
pensaban y obraban de esa manera?, porque de esa forma se podía asaltar con
facilidad la dirección del ejército y convertirlo en un instrumento para
usurpar la dirección del partido. La historia nos dejó ver que esta línea es
oportunista, rabiosamente anti dictadura del proletariado. De hecho, en alguna
medida también pasó en el Perú, donde Feliciano y Alipio desde la comandancia
del Ejército petardearon la dirección del Partido para querer neutralizar el
desarrollo de la guerra popular.
Lenin lo alertó al señalar “que la burguesía permanecía más fuerte que
el proletariado incluso después de que este último había tomado el Poder, y que
siempre intentará realizar un retorno al Poder”. Stalin fue débil en ese
sentido; he ahí uno de sus errores, no reconocer plenamente y en su verdadera
dimensión la existencia de clases antagónicas en el socialismo y la forma cómo
dirimir estas contradicciones irreconciliables.
Camaradas, la lucha de clases es una lucha por
el Poder y lo fundamental del maoísmo es eso, el Poder, el Poder para el
proletariado. Lo fundamental del Pensamiento Gonzalo es el Poder, pero también cómo
sostener el Poder en el marco de nuevas contradicciones donde pervive un
superpotencia imperialista como EEUU; potencias imperialistas que entran en la
repartición del mundo, pero también, en un escenario donde el reformismo
pequeño burgués nos pone nuevos escenarios y donde de manera palmaria ha
despuntado un neorevisionismo que se ha dado modos de plantear batalla a la
línea ideológica correcta del proletariado internacional.
(…) Los camaradas de Canadá
también consideran que quienes sostenemos la tesis del
marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo le damos una valoración
equívoca de lo que representó la revolución cultural.
No camaradas. Partimos de una
premisa fundamental que al parecer los camaradas no la comprenden de manera
correcta. La revolución cultural es ante todo LUCHA DE CLASES.
En la China del presidente
Mao, después de la toma del Poder, la transformación estructural no se dio de
manera mecánica y en medio de una sacrosanta paz. Es decir, se desarrollaron
las fuerzas productivas, se suprimió la propiedad privada sobre los medios de producción
y se eliminaron las relaciones de producción explotadoras. No camaradas, fue
necesario también una revolución ideológica porque era necesario destruir de
raíz las concepciones que ataban a las masas al feudalismo, a la vieja
estructura, a las concepciones burguesas que perviven y de las cuales los
restauradores se aprovechan para minar el nuevo poder. Esos saltos se dieron en medio de
confrontaciones, unas, antagónicas, a muerte; otras, en el seno del pueblo, una,
línea roja, del presidente Mao, la otra, la otra, el Jruschov chino, Teng
Xiaoping y su camarilla, que en última instancia servía al socialimperialismo y
al camino restaurador.
La revolución cultural no
respondió a operar básicamente en el campo de la conciencia, como ustedes
sugieren; a través de esa revolución se incidió de manera notable la
consolidación del poder proletario. Es importante recrear lo que el presidente
Mao señalaba al respecto: “el ser social
del hombre determina su pensamiento. Las ideas correctas características de la
clase avanzada, una vez dominadas por las masas, se convierten en una fuerza
material que transforman la sociedad, el mundo”. Sin revolución cultural no
hubiese sido evidente las enseñanzas de Marx y Engels de que la emancipación de
los trabajadores sea obra de los propios trabajadores; consolidar la dictadura
del proletariado, fortalecer su conciencia de clase y avanzar en la producción.
No hay que olvidar camaradas
que el presidente Mao no vio la revolución aislada del problema central que se
presentaba en la estructura, sino que lo vio de una manera sistémica,
relacionada, hacer la revolución cultural era un problema de la lucha de clases
que estaba ligado a las tareas de también luchar por la producción y la
experimentación científica. De hecho, el Presidente Mao consideraba que "encontramos a menudo incomprensibles
fenómenos de salto en la vida cotidiana en que la materia puede convertirse en
conciencia y la conciencia en materia”, entonces no se puede ser banal y no
considerar esta relación dialéctica que se expresa como contradicción.
Camaradas, si de alguna
manera nosotros, los comunistas del Ecuador, los nadies, los pequeñitos, los
ínfimos satélites del PCB-FR podríamos definir la revolución cultural lo
haríamos sosteniendo que esta fue, ante todo, lucha de clases; arma para la
consolidación de la dictadura del proletariado, pero sobre todo la manera cómo se estableció el predominio absoluto
del pensamiento Mao Tse-tung en China.
(…) Camaradas; nosotros creemos que hoy ser comunista es ser
marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta, porque vivimos un punto de
inflexión determinado por las condiciones en las que se desarrollan las
contradicciones interimperialistas en las que ya no existe un campo socialista;
donde la nueva repartija del mundo se da entre la superpotencia imperialista
yanqui y las demás potencias imperialistas que buscan establecer cierto
contrapeso al imperio yanqui; donde el desarrollo del imperialismo chino, que
ajeno a la dictadura del proletariado le disputa mercados a los EEUU; donde el
MCI está disperso por la presencia del neorevisionismo expuesto por corrientes
como la de Avakián; las migajas que ha dejado regada en algunos lugares
Prachanda; por la permanente confrontación o lucha ideológica y las dificultades
que atraviesan las guerras populares que nos empuja a analizar la realidad es
de otra óptica.
Somos principalmente maoístas
porque consideramos que estamos entrando en una etapa de inflexión y salto, donde
en los países, particularmente del tercer mundo, el peso que tiene el
pensamiento Gonzalo va dejando de ser incidental para convertirse en
determinante en la política y en la ideología.
Recordemos lo sucedido en China
que se constituyó en el centro del proletariado mundial después de la
revolución de octubre; que el pensamiento Mao-Tse-tung fue piedra de toque para
el revisionismo de Jruoshov, Teng Xiaoping; contra el reformismo e inclusive de
aquellos partidos y organizaciones que le entregan la responsabilidad de emprender
las luchas de liberación nacional a la burguesía nacional o a la pequeña
burguesía. Se constituyó en el centro del marxismo-leninismo hasta antes de la
Guerra Popular en el Perú y que a partir de ahí, deviniendo en maoísmo, abrió
brechas para la gesta de un nuevo impulso, de un nuevo salto, el pensamiento
Gonzalo, hoy constituido en la piedra de toque más eficaz para distinguir a los
revolucionarios de los contrarrevolucionarios; en el mayor obstáculo para todos
los revisionistas que conspiran contra la Revolución Proletaria Mundial.
(…) Y sí camaradas, sin
pretender ser pragmáticos y eclécticos, también podemos coincidir con ustedes
en la necesidad de luchar en contra de los partidos y organizaciones comunistas
que han tergiversado la lucha de clases, que han cambiado el derrotero a seguir
con relación a crear las condiciones subjetivas para la guerra popular y la
revolución empantanándose en luchas “postmodernistas” que nada aportan a la
revolución y que por el contrario distraen al proletariado de sus luchas
fundamentales. De todas maneras hay que entender que el postmodernismo no solo deviene
en el manejo subjetivo de las luchas de las masas y la distorsión de la lucha
de clases, también se revela en las nuevas formas de lucha que pretenden
imprimir en el seno de las masas.
En el Ecuador ha bastado que
un dinámico grupo que parapetado en una reivindicación maoísta “La rebelión se
justifica” y sostener un discurso ecléctico, ha desarrollado, y en alguna
medida contaminado las formas de lucha de la clase y de las masas. Tambores,
mimos, payasos, silbatos, danzantes, son los actores y métodos de lucha que
pretenden reemplazar la acción decidida y combativa del proletariado,
campesinado y demás masas explotadas.
Camaradas, con lo expuesto no
hacemos alusión al hecho de que coincidamos con ustedes en señalar que esa es
la línea de lucha aplicada por los camaradas de EEUU a quienes nosotros
respetamos y valoramos sobre manera y que ustedes atacan con tanta vehemencia,
sino porque evidentemente, muchos Partidos comunistas que se definen así mismo
como maoístas han caído en ese juego de la dispersión pasando a convertirse en
verdaderos obstáculos para la revolución.
Camaradas del PCR de Canadá,
un llamado internacionalista a salir de ese pequeño mundo al que son
aherrojados por una visión subjetiva de la realidad, de las contradicciones que
se presentan en el seno del proletariado internacional. No nos corresponde,
como comunistas, apoyarnos en un materialismo viciado de idealismo o fusionar
la dialéctica con la metafísica para despotricar con aquellos que, aun con
yerros propios de aquellos que lo intentamos incansablemente una y otra vez por
desatar la guerra popular por la conquista y defensa del Poder para la clase en
ese inevitable camino hasta alcanzar el comunismo.
Hay que salir de esa cueva
platónica que solo deja ver sombras y falsas realidades. Con ideología y su
correcta aplicación hay que explorar, interpretar y trasformar la realidad
objetiva; urge asumir la crítica de manera constructiva, como “medicina para el
paciente” y soslayar o desechar esas falsas pretensiones académicas que no
aportan a la lucha de dos líneas y que termina por ser instrumentalizadas por
el imperialismo y demás enemigos de la clase y del pueblo para conjurar la
revolución.
Camaradas, si no luchamos en
contra del revisionismo, nada habremos hecho.
¡VIVA EL
MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO, PRINCIPALMENTE MAOÍSMO!
¡VIVA EL
MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO PENSAMIENTO GONZALO!
¡SI NO LUCHAMOS EN CONTRA DEL
REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO!
¡POR LA UNIDAD EN LA
IDEOLOGÍA DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL!
¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN EL
PERÚ, INDIA, FILIPINAS Y TURQUÍA!
¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA
DEL BRASIL FRACCIÓN ROJA Y DEMÁS PARTIDOS COMUNISTAS COMPROMETIDOS CON LA
REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL!
¡SALVO EL PODER, TODO ES
ILUSIÓN!
A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE
LA LIBERACIÓN: ¡EL COMUNISMO!