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sábado, 16 de febrero de 2019

Declaración Conjunta contra la agresión imperialista en Venezuela de organizaciones y partidos maoístas.

"Proletarios de todos los países, uníos!


RECHAZAMOS CON PROFUNDO ODIO DE CLASE LA INTERVENCIÓN DIRECTA Y DESCARADA DEL IMPERIALISMO YANQUI CONTRA EL PUEBLO DE VENEZUELA

Nos dirigimos a nuestra clase, el proletariado internacional, y a los pueblos del mundo para condenar, aplastar, marcar a fuego y rechazar con profundo odio de clase la intervención directa y descarada del imperialismo yanqui, superpotencia hegemónica única, gran gendarme contrarrevolucionario mundial y enemigo principal de lo pueblos del mundo, contra la nación, contra el pueblo de Venezuela.

En esta nueva agresión directa, el imperialismo yanqui aplica un golpe de estado para  imponer un gobierno títere en Venezuela. Es un plan del imperialismo yanqui, que es puesto en escena con la autoproclamación como presidente interino de su marioneta, el presidente de la suspendida Asamblea Legislativa, Juan Guaidó, que fue inmediatamente reconocido por el gobierno archirreaccionario y genocida de Trump-Pence como el  “legítimo” presidente del país, y dando un ultimátum al gobierno en funciones de Nicolás Maduro, para que entregue el mando al  gobierno títere; intimidándolo, que en caso de no seguir el dictado imperialista, empleará todo el poder y violencia de la superpotencia, estableciendo como “causas belium” la capitulación del actual gobierno de Maduro a favor de su títere. Es decir, o la capitulación de la nación oprimida o la guerra imperialista de agresión, cualquiera sea la forma que adopte la intervención militar.

Esta agresión directa del imperialismo yanqui, encabezado por Trump-Pence, para cambiar el  gobierno de Venezuela por uno de las marionetas yanquis, implicaría el cambio de la situación semicolonial de Venezuela por la colonial. Estos imperialistas, en nombre de la lucha contra "la dictadura" y por "la democracia y libertad", pretenden someter al pueblo venezolano a la esclavitud colonial. Constituye la más descarada intimidación, interferencia, control y agresión de los Estados Unidos contra una nación oprimida del Tercer Mundo, violando la independencia nacional, la soberanía y la dignidad nacional del país y el propio orden jurídico internacional que es expresión de su hegemonía mundial, su Carta de la ONU, de la OEA, etc.

El imperialismo se permite actuar así de forma soberbia y descarada contra un país formalmente independiente, en su condición de superpotencia hegemónica única y auto-nombrado gendarme mundial; porque es el imperialismo principal que ejerce su dominio semicolonial sobre Venezuela como sobre los demás países de América Latina, base principal de su dominio mundial (patio trasero), situación que se ha profundizado durante todos los años del actual régimen de Chávez-Maduro; que como representantes de la gran burguesía burocrática de su país, pese a su discurso y a contradicciones secundarias con los sucesivos gobiernos de los EE.UU, han sometido cada vez más el país al dominio económico del imperialismo yanqui: a través de su principal y casi único producto de exportación, el petróleo, asociándose  a su inversión extranjera directa y aumentado su dependencia financiera de Walt Street. No obstante han abierto más el país a la penetración de otras potencias imperialistas, no rompió con el imperialismo yanqui, buscando así cabalgar sobre dos caballos. Incrementando la contienda imperialista por la explotación del país y deviniendo Venezuela cada vez más acentuada en arena de contienda interimperialista.

La revolución de nueva democracia que ponga fin a la dominación del imperialismo, a la semifeudalidad y al capitalismo burocrático, es decir a las tres montañas que oprimen al pueblo, clama ahora más que nunca por su concreción a través de la guerra popular dirigida por el proletariado a través de su Partido Comunista, marxista-leninista-maoista, militarizado.

El actual régimen en Venezuela se estableció el 2 de febrero de 1999,   cabalgando en la lucha de las masas contra la llamada privatización y los “paquetazos”, que los gobiernos anteriores de la facción compradora trataron de imponer. La furia de las masas expresada en el “Caracazo” (1989)  barrió  por el momento los deseos de la compradora, ligada principalmente a los EE.UU., de sacar a remate todo lo que el Estado terrateniente-burocrático había acumulado por décadas.

Ahora, con la profundización de la crisis del país, los imperialistas yanquis y los  lacayos a su servicio ven llegado el momento, mediante la imposición de un gobierno títere, de apropiarse más completamente de las grandes riquezas del país: apuntando en primer lugar al petróleo de Venezuela, la reserva más grande del mundo, y a aprovechar las inmejorables condiciones que ofrece este país para la explotación por el capital financiero imperialista; todo en beneficio de la oligarquía financiera yanqui sobre sus competidores imperialistas. Estableciendo su esclavitud colonial mediante un gobierno títere, los imperialistas yanquis ya no compartirían el monopolio económico con varios otros países imperialistas sobre Venezuela (carácter semicolonial), sino  establecerían su monopolio económico imperialista en exclusiva sobre el país (carácter colonial).

Como ha sido siempre, es el pueblo  el que tiene que defender el país. El pueblo venezolano tiene que movilizarse ampliamente para conjurar el peligro de capitulación, expresada por parte de los representantes del gobierno de Maduro como la tendencia al compromiso, que ha sido expresada abierta o solapadamente por parte de los que temen al poder del imperialismo y proponen como consecuencia la subyugación inevitable de la nación, porque no confía en el poder del pueblo y en la solidaridad de los pueblos del mundo.

Para los revolucionarios, el imperialismo es un coloso con pies de barro, tigre de papel y las armas no son lo decisivo sino el hombre, la masa. Otros depositan sus esperanzas para superar la amenaza de la subyugación colonial del país principalmente en la ayuda extranjera de la otra superpotencia, Rusia (el perro flaco), o de los socialimperialistas chinos, mediante la ayuda económica, armas, etc. o de su mediación diplomática. Ésta última está relacionada con la duda que tienen estas personas acerca de si el enemigo atacará: algunos la consideran una probabilidad, otros dicen que de ninguna manera.

Por su parte, los imperialistas yanquis por medio de sus representantes, han declarado que la política de los EE.UU. con respecto a Venezuela está establecida. Quienes se imaginan que  es posible un compromiso con los  EE.UU. que no implique la capitulación del gobierno del país y la entrega de la independencia y de la soberanía de Venezuela, sólo viven de ilusiones. El asesor de seguridad nacional de Trump, Bolton, ha dejado ver un acta donde muestra que se están movilizando para la agresión militar directa: “desplazar 5,000 tropas a Colombia”. Además, como en las guerras del Medio Oriente, las potencias imperialistas actúan en colusión y pugna con los yanquis para empujar a Maduro a la capitulación. El Gobierno alemán exigió la celebración inmediata de elecciones "libres y justas" e indicó que está dispuesto a reconocer de forma provisional a Guaidó como jefe del Estado interino mientras se convocan esos comicios. De igual forma Inglaterra, Francia, España, etc.

Al gobierno de Venezuela le corresponde rechazar la capitulación y dejar de lado toda política de compromiso, la situación política ha entrado a la etapa de preparación para la resistencia nacional contra la agresión imperialista, tiene que asumir el reto y movilizar y armar ampliamente al pueblo, bien como a las fuerzas armadas a fin de salvaguardar la independencia nacional, la soberanía nacional y la integridad territorial para empeñarlas en una dura guerra de resistencia nacional contra la agresión extranjera.

El gobierno de Maduro, mostrando miopía política, se ha demorado en reconocer que estaba frente a un golpe de estado aplicado por el imperialismo a través de sus lacayos, tratando de central la principal responsabilidad en la "oposición" como si fuese un asunto interno, es decir, en los funcionarios y no en el emperador; ante la acción del gobierno de Trump de imponer el gobierno títere vía de reconocimiento a Guairó como "presidente interino" anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas con los EE.UU. etc., que según aclaró no significaba un rompimiento con los EE.UU. sino sólo con su gobierno; no ha dispuesto la movilización de todas las fuerzas de la nación para hacer frente a la agresión del imperialismo como tenía que ser la movilización militar de sus fuerzas y de las masas; ni ha aplicado de inmediato las medidas punitivas contra los lacayos que han cometido toda clase de crímenes contra el pueblo venezolano en servicio del imperialismo yanqui.

Pese al cambio de la situación interna y externa determinada por la agresión imperialista directa, pretende seguir maniobrando sin la energía, decisión y entereza, hablando de "dialogo", de "paz". En situaciones similares, pese a tener las mismas limitaciones de clase que Maduro, otros se atrevieron y eligieron el camino de resistencia.

Al proletariado y al pueblo le corresponde poner fin a toda la verborrea que impide un rechazo más contundente al ultimátum imperialista y la preparación adecuada para la resistencia, para oponer a la agresión militar la invencible Guerra de Resistencia contra el Imperialismo Yanqui.

El proletariado y al pueblo de Venezuela, combativo como siempre, se está levantando con gran sentimiento patriótico y profundo odio al imperialismo y todos sus lacayos del país y del extranjero con lo que está exigiendo al gobierno de Nicolás Maduro rechazar la capitulación, que cumpla sus obligaciones y abandone cualquier esperanza de que centrando en diálogo con los lacayos o tratos diplomáticos con los imperialistas estos van a abandonar su plan en marcha.

Al proletariado de Venezuela, a lo más avanzado dentro de él, a los maoístas, les corresponde enarbolar la consigna  de forjar un amplio frente único nacional antimperialista; fundirse con los obreros, campesinos, pequeños-burgueses, burguesía nacional y miembros de todas las otras clases  que estén dispuestos a hacer frente al agresor imperialista y sus lacayos con excepción de un puñado de traidores, corresponde impulsar activamente el armamento general del pueblo en el campo y la ciudad para prepararse para una amplia guerra de resistencia, como lucha armada, pugnando por dirigirla y en el curso de la misa bregar por reconstituir su Partido Comunista,  como Partido Comunista marxista-leninista-maoista militarizado, para transformar la lucha armada de resistencia en guerra popular de liberación nacional. Corresponde a los maoístas preparar la aplicación de una amplia guerra de guerrillas que tome el campo como principal y las ciudades como complemento necesario.

Corresponde unir a todos aquellos que no quieren ser los esclavos de los Estados Unidos, a todos aquellos que estén por conquistar la verdadera independencia, la soberanía y la dignidad nacional del país, a todos aquellos que rehúsan someterse a las intimidaciones, interferencia, control y agresión de los imperialistas yanquis. Con todos ellos corresponde unirse y movilizarlos  oponiéndose a los llamados a la conciliación, a la paz o a privilegiar las negociaciones antes de actuar resueltamente para aplastar la agresión del imperialismo yanqui que ha entrado a desarrollarse por el momento bajo la forma de golpe de estado.

A los maoístas, como representantes del proletariado y de su vanguardia en ciernes, les corresponde partiendo del principio de la independencia y auto-decisión, aplicar la unidad y lucha con las otras fuerzas que pasan a conformar el pueblo en la actual situación política, donde la contradicción nación-imperialismo está pasando a ser principal. Es necesario exigir proceder concienzudamente a reformar el sistema que rige en el ejército y el sistema político ampliando la democracia, desarrollar el movimiento de masas independiente, poner en vigor la educación para la defensa nacional, reprimir a los lacayos y a otros colaboracionistas , desarrollar la industria de guerra y mejorar las condiciones de vida del pueblo.

Presentase como de suma importancia levantar el programa de la resistencia, que en las condiciones presentes es de naturaleza prolongada. La guerra de resistencia del pueblo debe apuntar a construir un verdadero Poder Revolucionario (el Nuevo Poder) y no los simulacros de socialismo del siglo XXI que tanto ha frustrado al pueblo, más si el Poder de Nueva Democracia en cada rincón de la resistencia, hasta expulsar al enemigo invasor y aplastar a todos sus gusanos y lacayos, para su establecimiento en todo el país.

Los pueblos de América Latina a fin de salvaguardar la independencia nacional y la soberanía nacional, tienen el imperativo de llevar a cabo una lucha “golpe por golpe” contra el agresivo y genocida imperialismo yanqui, enemigo principal de  los pueblos del mundo.

La intervención directa del imperialismo yanqui que ha empezado como un golpe de estado acompañada de todo un despliegue y cerco de fuerzas para llevar a capitular al gobierno de Maduro y sojuzgar a la nación, no se detendrá allí si no logra sus objetivos, ésta se irá escalando en todos los terrenos hasta tratar de alcanzar sus objetivos y por eso despierta y despertará una nueva ola en contra del imperialismo yanqui entre los pueblos de América Latina y del mundo. 

A los partidos y organizaciones firmantes nos corresponde asumir el rol de darle expresión organizativa a esa nueva ola anti-imperialista, combatiendo al imperialismo y a sus sirvientes y lacayos en cada país.  Tenemos que desarrollar una amplia y enérgica campaña mundial en apoyo al pueblo venezolano contra la agresión imperialista yanqui.

Tú, heroico pueblo venezolano, sin lugar a dudas no estás sólo en tu lucha. El proletariado y pueblos oprimidos del mundo están unidos al pueblo de Venezuela. Gozas del apoyo del proletariado de Estados Unidos y Canadá, del proletariado de los países imperialistas de Europa y Asia, y de todos los pueblos de América Latina, Asia, África, del apoyo de los pueblos  del mundo entero.

Ante la agresión directa del imperialismo yanqui a  Venezuela y a los pueblos de América Latina, toca a nuestros pueblos levantarse en revolución y enfrentar la guerra de agresión imperialista con más Guerra Popular.

¡Venezuela y toda América Latina serán la tumba de las hordas imperialistas yanquis!

¡Pueblo Venezolano desechar las ilusiones y prepararse para la resistencia!

¡El imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de papel!

¡La lucha de los pueblos del mundo contra el imperialismo yanqui vencerá!


Firman:
Partido Comunista de Ecuador - Sol Rojo
Movimiento Popular Perú (Comité de Reorganización)
Partido Comunista del Brasil (Fracción Roja)
Fracción Roja del Partido Comunista de Chile
Organización Maoísta para la Reconstitución del Partido Comunista de Colombia
Adherientes:


Comité de Construción do Partido Comunista maoísta da Galiza.