Hay pueblos que logran desarrollar una profunda convicción sobre su papel
en la historia. Se reconocen a sí mismos como los hacedores de su propio
destino, los protagonistas más claros y sensibles en las transformaciones de
las sociedades. Palestina, y en particular el pueblo gazatí, es uno de esos
pueblos que antepone el sacrificio supremo de entregar sus vidas para defender
su soberanía. En esa lucha, resguardan su dignidad y su derecho a forjar un
futuro en el curso de una historia que debe ser escrita por sus propios
habitantes, incluso en medio de sus contradicciones.
Israel y Hamas han concretado un cese al fuego después de 15 duros meses de
una desproporcionada guerra, donde, definitivamente, ha ganado quien no ha
escatimado ni economizado sangre para lograr sus propósitos.
A lo largo de la historia, las guerras han sido cruentas. De hecho, la
tecnología desplegada por Occidente busca precisamente eso: causar el mayor
daño físico, y no nos referimos solamente a personas y demás seres vivos, sino
también a la infraestructura.
Gaza es un claro ejemplo de ello. Estados Unidos, Israel, Canadá, Alemania,
Francia y otros países, todos potencias nucleares y militares, han intervenido
contra el pueblo gazatí, que apenas dispone de RPG, fusiles y explosivos. No
cuentan con aviones, helicópteros, tanques, lanchas torpederas ni ningún equipo
bélico comparable. Solo les respalda la razón histórica, fundamentada en su
derecho de ser y existir, como cualquier otro pueblo profundamente arraigado en
las entrañas de su territorio.
Es cierto, podría parecer un triunfo pírrico para los palestinos. Cerca de
50,000 muertos. Del lado israelí, tampoco se puede decir que "salieron
ilesos"; también han llorado a miles de sus muertos. No obstante, el hecho
de que los palestinos sigan habitando, incluso entre los escombros de Gaza,
demuestra que la resistencia trasciende el número de muertos y el sacrificio
necesario para mantenerse en un territorio que les pertenece y que,
abusivamente, durante más de 70 años, ha sido objeto de intentos de usurpación
por parte de la avaricia criminal del sionismo.
Gaza, Palestina, Líbano, Yemen y demás pueblos oprimidos del mundo hemos
alcanzado una victoria en Gaza. A esos miles de mártires les debemos el orgullo
y la certeza de que la resistencia contra el imperialismo yanqui y el criminal
sionismo es una posibilidad real, siempre que tengamos el valor de realizar el
sacrificio supremo y la determinación de conquistar las alturas.
En la memoria histórica de los pueblos del mundo no solo quedarán las
heroicas victorias del pueblo palestino; queda mucho más: un trazo, una huella,
un camino. Es el que ha sido marcado por quienes, con valentía, han defendido
su derecho a la autodeterminación y a la existencia digna.
El Partido Comunista del Ecuador - Sol Rojo saluda la victoria del pueblo
palestino sobre el imperialismo y el sionismo. Asimismo, reconoce en sus
mártires un valioso aporte a la lucha por la liberación nacional de todos los
pueblos del mundo que enfrentan cualquier forma de opresión. No cabe duda
alguna: ¡VIVIRÁN EN EL CORAZÓN Y EN LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL
MUNDO!
¡VIVA PALESTINA LIBRE!
¡VIVA LA LUCHA EN CONTRA DEL IMPERIALISMO Y EL
SIONISMO!
¡VIVA LA LUCHA ANTIIMPERIALISTA!
¡A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL
COMUNISMO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario