Obreros y trabajadores de la empresa
eléctrica, portuarios, ferroviarios, carpinteros, todos, realizaron una serie
de protestas los primeros días de noviembre de 1922 hasta culminar en la gran huelga
general del 15 de noviembre del mismo año con reivindicaciones como pago de
salarios, reducción de la jornada laboral, alto costo de la vida y otros.
La respuesta de las clases dominantes
(grandes burgueses y grandes terratenientes) fue violenta, contundente, sangrienta.
Cientos de obreros fueron masacrados y sus cuerpos arrojados al río Guayas.
Si bien es cierto -para entonces- las
masas campesinas ya estaban fogueadas en la lucha violenta, por primera vez los
obreros (clase naciente) pone sobre el tapete de la lucha de clases el uso de
la violencia revolucionaria como una nueva forma de confrontar a sus verdugos y
opresores.
Si por un lado el proletariado inauguró
en el país una nueva forma de combatir al enemigo de la clase y del pueblo con
violencia revolucionaria, el enemigo también hizo lo suyo, dejó ver qué estaba
dispuesto a hacer para limitar o neutralizar la organización y lucha de los
trabajadores.
Hoy, 97 años después las cosas son
diferentes. El proletariado tiene una ideología todopoderosa, el
marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo, ideología que es guía para la
acción; que señala cuáles son los objetivos de la clase, las herramientas y
formas que debe utilizar para la conquista no sólo de sus derechos dentro de la
democracia burgués-terrateniente, sino de cara a la conquista del poder, siendo
el problema del poder el aspecto fundamental.
Hoy, 97 años después, el elemento
consciente de la clase sabe que sin violencia revolucionaria no es posible
reivindicar derechos y arrancarle conquistas al viejo estado; que sin guerra
popular es imposible la conquista del poder. Que no basta luchar contra las
tres montañas que oprimen a la clase y el pueblo: el imperialismo, especialmente estadounidense, que domina al
país; la semifeudalidad en el campo, que reproduce el atraso, le niega tierra a
la mayoría del campesinado y lo oprime; y el capitalismo burocrático, la
principal forma de capitalismo en el país, sometido al imperialismo. Que
derrumbar estas tres montañas sólo es posible si aplastamos contundentemente al
neorevisionismo y al oportunismo de toda laya.
El proletariado del Ecuador celebra
su bautismo de fuego en un contexto de lucha. La rebelión de octubre de este
año también marca nuevas formas de lucha; donde da cuenta de la importancia de
la dirección proletaria de la lucha popular en todos los órdenes y formas; pero
también sobre la responsabilidad de cumplir con nuevas tareas en un escenario
que exige nuevas respuestas al oportunismo que se expresa de diferente manera.
El proletariado del Ecuador celebra
su bautizo de fuego en medio de las más grandes crisis del capitalismo
burocrático en los países del tercer mundo.
El sistema de Estado, la dictadura de
grandes burgueses y grandes terratenientes tienen dificultades de sostener los
viejos Estados. Se debilitan, lo debilitamos en cada jornada de lucha.
El capitalismo burocrático vive
crisis. Su sistema de gobierno expuesto en los gobiernos democráticos,
electoreros se vienen abajo por la decidida acción de las masas. No es que hay
crisis de la propuesta bolivariana, del llamado “socialismo del siglo XXI”, o
de los gobiernos que se dicen así mismos ”democráticos”, “liberales” o los que
son señalados como “neoliberales”; no, esa es la cáscara, la forma cómo
organizan la sociedad políticamente para dominarnos, lo que está en crisis es
su base, su estructura, el capitalismo burocrático, y corresponde al
proletariado organizar y dirigir las luchas de los trabajadores explotados, campesinos
pobres, estudiantes conscientes, masas en general a persistir en acciones que carcoman
el monstruo desde la entraña mientras construimos los instrumentos para la
revolución donde con guerra popular hagamos el esfuerzo vital por no dejar
piedra sobre piedra del viejo poder burgués-terrateniente.
Ayer cayó Correa; hoy Morales, pero
también Macri, y no tardará en hacerlo el fascista de Bolsonaro, Moreno, Duque,
o los relevos de éstos. ¿Qué decimos con esto?, que el problema no está en el
gobierno, ya no hay modelo que pueda coincuidir en lo más mínimo con los
requerimientos y demandas de las masas; que no debemos propiciar la lucha por
la reforma, por el cambio de gobierno, sino por la conquista del Poder.
Honor y Gloria eterna para los
mártires del 15 de noviembre de 1922. Honor y Gloria a los trabajadores y
luchadores populares mártires de la rebelión de octubre, para aquellos que
vierten generosamente su sangre en Chile, Bolivia, Colombia, Perú, Haití, Irak,
Yemen, Palestina, en todos los países oprimidos del mundo.
¡VIVA LA CLASE OBRERA!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMIENTO
GONZALO: IDEOLOGÍA DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL!
¡HONOR Y GLORIA A LOS
MÁRTIRES DEL 15 DE NOVIEMBNRE DE 1922!
¡HONOR Y GLORIA A LOS
TRABAJADORES MÁRTIRES EN LAS JORNADAS DE LUCHA EN LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL
MUNDO!
LA REBELIÓN DE LOS
PUEBLOS PRESENTE EN EL ECUADOR, CHILE, COLOMBIA, HAITÍ Y DEMÁS PUEBLOS
OPRIMIDOS DEL MUNDO.
¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!
A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA
LIBERACIÓN: ¡EL COMUNISMO!
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