En
días pasados el proletariado internacional asistió con gran alegría y júbilo
revolucionario a la conmemoración de un aniversario más del natalicio del
Presidente Mao Tse-tung. Esta remembranza coincide con momentos en los que la humanidad transita
escenarios muy complejos, en el cual la opresión imperialista y las
contradicciones entre las potencias mundiales ha llevado a la proliferación de conflictos a
través de los cuales tratan de dirimir sus posiciones teniendo como secuela pueblos
y naciones ocupadas, oprimidas, desbastadas e instrumentalizadas.
Ya
lo sostenía el Presidente Gonzalo en 1992 y válido en la actualidad: “Hoy en día existe una sola realidad, los
mismos contendientes de la Primera y Segunda Guerra Mundial están preparando
una Tercera Guerra Mundial. Debemos saber esto y nosotros, como los hijos
de una nación oprimida, somos parte del botín”. Es lo que sucede hoy en el
mundo y particularmente en Ucrania, Asia, Medio Oriente, Golfo Pérsico,
Afganistán, en el que se ha puesto en evidencia una vez más la naturaleza reaccionaria
y violenta del imperialismo, y que no solo que coloca a los países de la región
en condiciones de oprimidos sino también como botín de guerra, y a los pueblos
como fuerzas combatientes entrampadas en un conflicto que en algunos de los
casos ha terminado alineándolas bajo diferentes expresiones del imperialismo
(EEUU, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Alemania, China, Holanda, Italia, Canadá…) donde aún prevalece los Estados
Unidos por su voracidad y sevicia, pretendiendo erigirse como superpotencia
hegemónica y tener control de las regiones más desequilibrantes del planeta, aproximando
una tercera guerra mundial y delimitar sus intereses a sangre y fuego a costa
de las masas oprimidas quienes ponen la mayor cuota de sacrificio.
Este
confuso alineamiento de las masas empujadas a bregar por intereses ajenos a los
requerimientos históricos del proletariado y los pueblos parte de un antecedente
en concreto: la falta de correcta dirección ideológica en sus esfuerzos por
luchar en contra del imperialismo y sus lacayos.
La
poca o relativa dirección proletaria en las luchas del pueblo sirio, iraquí y
kurdo en contra del imperialismo y sus violentos engendros, son un muestrario
que refleja la crisis que aún pervive en el Movimiento Comunista Internacional en
el cual aún sigue pertrechado el revisionismo avakianista, el centrismo, el oportunismo
reformista y demás corrientes burguesas infiltradas en filas del proletariado
internacional.
Bajo
el discurso revisionista del carácter
multipolar de imperialismo (nueva versión del ultraimperialismo de Kautsky)
el oportunismo de nuevo cuño, en algunos casos, ha arrastrado a la clase y al pueblo a asumir
posición del lado del imperialismo ruso y chino, argumentando que desde esa
trinchera se puede aupar esfuerzos por combatir y detener la avidez del
imperialismo yanqui y sus aliados. Nada más falso que eso, los comunistas no
abogamos por la existencia de imperialismo alguno pues somos conocedores de su
génesis, su naturaleza y consiguientemente no establecemos qué o cuál
imperialismo es afable con los pueblos oprimidos, por el contrario, bregamos
incansablemente por su definitiva destrucción y solo con ella, la decisiva
liberación de los pueblos.
Apoyarnos
en el imperialismo ruso nos pone de rodillas no solo de frente a sus propósitos
estratégicos en relación a las contradicciones que tiene con EEUU y sus aliados,
sino que terminamos apoyándonos en su ideología, total y absolutamente
antagónica con la del proletariado que comandaba los fueros internacionalistas
de la Unión Soviética hasta la era del PCUS dirigido por el camarada Stalin.
Hoy
la nueva gran ola de la revolución mundial se nutre de la contradicción principal que se desarrolla en
el mundo: imperialismo y pueblos oprimidos; contradicción que también se dirime
con lucha armada y que evidencia la decisión de los pueblos de dar saltos cualitativos
en sus luchas, siendo responsabilidad del proletariado pasar a conducir esta
boyante revolución bajo las premisas estratégicas del proletariado: la Guerra
Popular, y dar saltos cuantitativos que comprometan no solo la liberación
nacional, sino la eliminación de todas las formas de explotación que favorecen
al imperialismo y a la reacción.
Convertir
las guerras de liberación nacional -hoy dirigidas en algunos países por clases
ajenas al proletariado (Irak, Siria)- en poderosas guerras populares bajo la
guía del marxismo-leninismo-maoísmo; apoyar y desarrollar las guerras populares
en la India, Turquía, Filipinas y el Perú; fortalecer la construcción y
reconstitución de Partidos Comunistas de nuevo tipo: marxistas-leninistas-maoístas
para iniciar y desarrollar nuevas Guerras Populares hasta enterrar al
imperialismo y la reacción mundial, tarea que solo puede tener certeza en sus
propósitos si está ligada a la insoslayable lucha por aplastar y aniquilar al revisionismo,
y desde luego, establecer un correcto ordenamiento ideológico en el seno del
Movimiento Comunista Internacional, son las tareas que atañen a los comunistas
para dar correcto derrotero a la tendencia revolucionaria de los pueblos.
La
celebración del aniversario del natalicio del Presidente Mao Tse-tung es más
que una efeméride, es el pleno reconocimiento al histórico aporte del
Presidente Mao y la Revolución China al marxismo-leninismo que devino en maoísmo,
como nueva y superior etapa del marxismo-leninismo; reafirmándonos en que la
revolución es la tendencia histórica y política principal y que lo será cada
vez más aún; en servir al desarrollo de la Nueva Gran Ola de la Revolución
Proletaria Mundial.
Las
perspectivas del maoísmo son brillantes porque su forja deviene de hechos
dialécticos, de dura brega en contra de corrientes novicias no solo para el
proletariado, sino para los pueblos oprimidos; porque la Guerra Popular se
fortalece en Turquía, India, Filipinas y el Perú; porque la tendencia es la
revolución y debemos esforzarnos aún más por dotar a las luchas de los pueblos
de la correcta dirección marxista, leninista, maoísta, principalmente maoísta
para la conquista del Poder, a la final, nada tenemos que perder salvo las
cadenas, en cambio tenemos un mundo que ganar.
¡HONOR Y GLORIA AL PRESIDENTE MAO TSE-TUNG!
¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA, TURQUÍA, FILIPINAS Y EL PERÚ!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO, PRINCIPALMENTE MAOÍSMO!
¡DERROTAR AL IMPERIALISMO!
¡APLASTAR AL REVISIONISMO!
A FORTALECER LA GRAN OLA REVOLUCIONARIA BAJO EL TORRENTE PROLETARIO
DE OCTUBRE Y CON GUERRAS POPULARES
A LA INTENCIÓN IMPERIALISTA DE DESATAR LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
CONFRONTARLA CON GUERRA POPULAR
¡A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE A LIBERACIÓN: EL COMUNISMO!
Hola!
ResponderEliminarLa guerra popular bajo la ciencia de MLM pensamiento Gonzalo y dirigida por un partido militarizado maoísta es la única salida que tiene el proletariado colombiano- para su liberación- parcela del proletariado mundial.
ResponderEliminarLas contradicciones de clase estas violentas y son excelentes contradicciones para el inicio de la guerra popular. Pero falta dirección no hay partido comunista maoísta. Pero las contradicciones de clase son un hervidero de fuegos que pueden encender la mecha de la rebelión. Encender y atizar el fuego de la confrontación es garantía de una explosión social y contamos con revolucionarios maoístas capacitados en direccionar ese movimientos de masas que sin duda se movilizarán ahora el 24 de Enero, movilización que tiene que tener una prueba de fuego. Primero romper esas malditas orientaciones patronales, pacíficas, oportunistas y revisionistas. Segundo, reunificar las bases influenciadas maoístas
que organicen los comités de base que son resistencias que actúan de manera defensiva estratégica, tercera, destacamentos especiales que harán participar a las masas movilizadas confrontando de manera violenta todo aquellos que se interponga a su rebelión, estos destacamentos dirigen de manera audaz tal confrontación. Poner todo patas arriba para organizar de los contrarío será una protesta más que no va a ninguna parte y se dirá todo por lo mismo. Aquí la moral es proletaria y va a destruir y no a proteger, todo sobre el suelo capitalista es odiado y no debe desatar sino sólo odio contra los opresores y su dominio. La ira de las masas sólo para cuando estas masas orientadas por el partido tomen el poder y jamás se parara la guerra popular sino hasta el fin del comunismo.
Este paro tiene que desatar cosas nuevas y diferentes que apunten a la bella ilusión de destruir el capitalismo y construir el Dorado comunismo, esto tiene que quedar claro en todos aquellos que participen de este movimiento. No permitir que se siga usando a las masas en traiciones, en estafas movilizando a cambio de nada y si para para La Paz de los ricos, no eso no puede repetirse, el proletariado colombiano está saturado de este engaño por años y años.
Por un paro que violente las reglas del revisionismo y los amos de siempre patronales vendidos, combatir con furor!!!
Utilizar todos los elementos para el combate que hagan retroceder a los perros armados que siempre reprimen y para enviar un claro mensaje al pueblo colombiano y al proletariado del mundo, que todo no será como antes y que nunca jamás se seguirá como si aquí no estuviera pasando nada.
La rebelión se justifica!!!
La dictadura del proletariado es la clave!!!