Siglos
se hunden, ídolos caen.
Se
quiebra un viejo orden de opresión
y
en la montaña un relámpago de fuego
hiende
la noche con su gran puñal.
Se
agitan los mares, la tormenta arrecia
y
en el gran desorden se levanta el Sol.
Salvo
el poder todo es ilusión
asaltar
los cielos con la fuerza del fusil.
El
proletariado internacional y los pueblos oprimidos del mundo recordamos con
profundo optimismo de clase a los camaradas combatientes de las Luminosas
Trincheras de Combate en el Perú.
La
experiencia histórica de la Comuna de París, la Revolución de Octubre, la
revolución del proletariado y pueblo en China nos legó ejemplos de lucha y
sacrificioa que han transmutado la muerte para trascender tremolantes hasta
nuestros días, hasta la victoria final: el comunismo.
No
diferente es la estoica lucha de los camaradas del Partido Comunista del Perú
en las mazmorras del viejo Estado convertidas por los combatientes en
trincheras de combate, donde se puso en tensión la ideología, la moral
comunista y la profunda convicción de los principios y sus objetivos.
Los
cobardes ataques a las Luminosas Trincheras de Combate por parte de las hienas
de la reacción no tienen referente alguno. La sevicia, crueldad y
discrecionalidad con la que obraron es obvio respondía a una estrategia
plenamente elaborada por el imperialismo, que si bien es cierto imprimió bajas
importantes en filas de los camaradas, no pudo doblegar la voluntad de lucha y
la decisión de los comunistas por “cruzar el río de sangre” ese “trecho de sangre” que mediaba entre la
claudicación y la necesidad de avanzar decididamente sin mediar sacrificio
alguno.
Hoy
esas páginas de lucha y de victoria escritas por los camaradas de las LTC son
un soporte al ideario de proseguir con
la Guerra Popular en el Perú, un fundamento ideológico y política que nutre
–definitivamente- los procesos de construcción y reconstitución de Partidos
Comunistas de Nuevo Tipo en el mundo a sabiendas que nuestras vidas son una
nada ante los objetivos que tiene la clase por la conquista del poder y la
brega inclaudicable hasta el comunismo.
El
proletariado y pueblo del Ecuador reconoce en los camaradas del PCP,
combatientes de las luminosas Trincheras de Combate y su estoica manifestación
de clase al entregar su vida por el partido el pueblo y la revolución como uno
de los actos más descollantes y ejemplificadores del indómito espíritu del
comunista.
Honor
y Gloria a su memoria.
Hoy hagamos camaradas
lo que manda la historia,
escribir con nuestra sangre
nuevas páginas de gloria.
lo que manda la historia,
escribir con nuestra sangre
nuevas páginas de gloria.
¡VIVA EL DÍA DE LA HEROICIDAD!
¡LA SANGRE NO AHOGA LA REVOLUCIÓN, SINO LA RIEGA!
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