La
historia de la lucha de clases en el país ha estado potenciada sustancialmente
por el aporte, lucha y sacrificio de las verdaderas hijas de nuestro pueblo,
quienes se atrevieron a dar el salto cualitativo y cuantitativo por
incorporarse a los procesos de transformación revolucionaria en el país.
Poco
o nada representan para las actuales generaciones de hombres y mujeres que han
anidado en el oportunismo, en el revisionismo y que perviven por fuera del
marxismo-leninismo-maoísmo y consiguientemente de la revolución democrática de
nuevo tipo, el vital aporte y lucha de cientos, de miles de mujeres entre
quienes se destacan Lorenza Avimañáy,
fundamento histórico de la lucha campesina anti feudal que aún hoy pervive
en el programa revolucionario del proletariado y masas campesinas explotadas.
Del legado de las “cacicas” en Imbabura y la expresión más pura de la
combatividad y el profundo odio de clase a los explotadores.
Posteriormente Rosita Paredes, quien
abonó con mayores fundamentos ideológicos a la participación de la mujer en la
gesta revolucionaria del pueblo, y sin
lugar a dudas de aquellas mujeres que desde el anonimato bregan
cotidianamente por confrontar la discriminación y explotación que deviene de
una sociedad caduca que guarda en sus entrañas un régimen de discriminación de
género, racial, laboral.
El
proceso de emancipación de la mujer explotada únicamente puede darse dentro del contexto de la emancipación
del proletariado, pretender hacerlo por fuera de ese gran propósito de la clase
y del pueblo no pasa de ser una ilusión burguesa.
Yerba salvaje, puro perfume
Te suplico seguir mi camino
Serás mi bálsamo y mi tragedia,
mi perfume y mi gloria
Serás el amigo que florece sobre mi
tumba
Allí, deja que la montaña me cubra,
deja que los cielos me respondan.
En la piedra, todo quedará grabado.
Edith Lagos
¡ROMPER LAS CADENAS!
DESENCADENAR LA FUERIA
DE LA MUJER
COMO UNA FUERZA PODEROSA
PARA LA REVOLUCIÓN.
LÍDERES Y REVOLUCIONES DE PAPEL
Los
intentos de la burguesía burocrática en América latina por profundizar la
reforma estatal con dos objetivos bien definidos: el “perfeccionamiento” de la
democracia burgués-terrateniente y la reestructuración de los viejos estados, han tenido el apoyo estratégico de la
izquierda rastrera, oportunista y revisionista, quienes levantaron la ilusa
figura de la revolución “bolivariana” o la revolución “ciudadana” atentando a
los más elementales principios del marxismo y con ello a los verdaderos y
únicos propósitos que tiene el proletariado y sus aliados por emprender la
verdadera revolución que tiene como fundamento el poder en manos del proletariado
y sus aliados, que solo puede erigirse
sobre las ruinas de los viejos estados y los despojos de las clases dominantes
y explotadoras.
Pretendiendo
confundir al proletariado y al pueblo, Chávez y sus cofradía levantaron la
tarima del populismo y estipulando el más enervante fascismo corporativista,
han pretendido hacernos creer que las revoluciones las hacen los ciudadanos y
no las clases, que las revoluciones se hacen conquistando la mayoría de votos
en las elecciones y no destruyendo el viejo poder con la punta del fusil.
La
muerte de Hugo Chávez debilita el proceso reformista burgués en Venezuela
y exponencialmente incide sobre los
procesos de igual tenor en Nicaragua, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay,
Argentina y Brasil.
Al
viejo estilo burgués del siglo XIX y XX, el reformismo procuró y aún ensayan
levantar la anti historia basándose en la rancia figura del caudillo
todopoderoso que hábilmente traficando con las necesidades y miseria del pueblo
termina servil ante el viejo poder y al
imperialismo.
En
términos estratégicos, nada significa para la clase y pueblo de Venezuela la
muerte de Chávez. Nada significa para el
proletariado y pueblo oprimidos del mundo la muerte de un caudillo que supo
arrastrar a las masas a vivir la falsa ilusión constitucionalista, el camino
burocrático y la senda pro imperialista.
Ha
muerto Chávez y con él la perspectiva inmediata del programa reformista burgués
entra en su etapa de crisis o decadente.
Ha
muerto Hugo Chávez, y en términos estratégicos, el imperialismo, la gran
burguesía y los grandes terratenientes
pierden a uno de sus mejores y mayores exponentes que arrumados en el
bolivarianismo, el Alba, la revolución ciudadana y la fatuidad del socialismo
del siglo XXI, han sido los más grandes conjuradores de la verdadera revolución
bajo dirección proletaria.
Ha
muerto el caudillo, el fascista, el demagogo, sin embargo el imperialismo y la gran burguesía
aún tienen la capacidad de reposición en Rafael Correa, Evo Morales, Dilma
Rousseff por dar continuidad a una corriente que más allá de los individuos
responden a los intereses de clases parásitas del imperialismo: la gran
burguesía y los grandes terratenientes.
El
proletariado y pueblo de Venezuela tiene intacta la tarea por demoler todo lo
viejo, inclusive los remanentes de la llamada revolución bolivariana. Solo
cumpliendo con esos quehaceres, el camino del poder se verá allanado al
servicio del proletariado internacional.
Ni en dioses, ni reyes
ni caudillos está el supremo salvador,
las masas son las hacedoras de la historia y sus páginas están escritas con la
tinta indeleble de la sangre y sus propósitos. Breguemos porque en Venezuela se
construya un Partido Comunista MLM que sepa canalizar el verdadero fervor
revolucionario de las masas explotadas bajo égida del proletariado en la
Revolución de Nueva Democracia al servicio del proletariado internacional.
¡MUERTE
ETERNA AL FASCISMO, A LA GRAN BURGUESÍA, A LOS GRANDES TERRATENIENTES Y AL
IMPERIALISMO!
SIN
DESTRUCCIÓN DEL VIEJO ESTADO Y DEL VIEJO PODER NO PUEDE HABER REVOLUCIÓN DE
NUEVO TIPO.
LA
REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y CIUDADANA SON REVOLUCIONES DE PAPEL
QUE
A CHAVEZ Y SUS ALIADOS, LOS LLORE EL IMPERIALISMO Y LA GRAN BURGUESÍA.
¡VIVA
EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!
SI
NO COMBATIMOS AL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO.
A
COMBATIR SIN TREGUA AL REFORMISMO BURGUÉS Y SUS LACAYOS
A
CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL COMUNISMO
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