Definitivamente, hay combatientes
de la clase y del pueblo que marcan un ritmo diferente en el trabajo por
adelantar la revolución democrática de nuevo tipo en el país.
El camarada Joselo, a pesar de
tener ciertas limitaciones físicas, lo entregó todo por el partido y la
revolución. Un hombre sencillo, hijo de las entrañas más profundas del pueblo,
donde el dolor, la angustia y la pobreza se convierten en fermento
revolucionario para quienes se atreven a combatir y enarbolar las banderas de
la clase y del pueblo.
Con sus manos cargadas de fuego,
su voz de trueno y su indómita rebeldía, aportó decididamente a sellar un
proceso de ruptura con la línea ideológica incorrecta. Convicto del
marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo, argumentó su vida
revolucionaria entre el trabajo obrero, campesino y su siempre dispuesta
voluntad a fomentar, en la práctica, la militarización del partido y adelantar
la violencia revolucionaria como línea trasversal en la tarea por construir los
instrumentos para la revolución.
Las condiciones históricas en las
que la camarada Joselo contribuyó a la forja del Partido fueron difíciles,
decisivas. Se dieron precisamente en un momento en que las complejidades, los
antagonismos y la lucha ideológica demandaban mucha firmeza, entrega y
valentía.
Hoy, al igual que ayer,
enfrentamos nuevos retos, nuevas condiciones, y la revolución exige
combatientes de esa forja, de ese temple. Los actuales combatientes tienen una
“vara muy alta” que superar; tienen un ejemplo lo suficientemente sólido,
grande, como para entender que ser comunista y, sobre todo, un militante de la
clase y del pueblo, exige sacrificio, entrega, renunciación, estar dispuestos “a
morir cortados en mil pedazos”; que crean en la necesidad “de acerar el
alma, ser fuertes, vigorosos, no temer y estar seguros de la victoria”.
No alcanza con comprometerse a
cuentagotas con la revolución ni con subordinar la vida personal a la vida
militante; urge entregar y exponer generosamente nuestras vidas al servicio de
la revolución proletaria mundial.
Camarada Joselo, viejo topo, al
cumplirse un año más de su partida, sostenemos con vehemencia que vive en el
corazón y en las luchas de la clase y de los pueblos oprimidos del mundo.
¡HONOR Y GLORIA
ETERNA AL CAMARADA JOSELO!
¡VIVA EL
MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMINTO GONZALO!
¡VIVA LA GUERRA
POPULAR EN LA INDIA, TURQUÍA, FILIPINAS Y PERÚ!
¡VIVA LA GLORIA
RESISTENCIA DEL PUEBLO PALESTINO, LIBANÉS Y YEMENÍ!
¡VIVA LA LIGA
COMUNISTA INTERNACIONAL!