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martes, 4 de noviembre de 2025

EL CAMPO, UN PODEROSO FERMENTO REVOLUCIONARIO

 

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

EL CAMPO, UN PODEROSO FERMENTO REVOLUCIONARIO

La contradicción principal de nuestra época se desarrolla entre el imperialismo de toda laya, en especial, el yanqui,  y las naciones oprimidas del mundo. Las potencias imperialistas pugnan  y a la vez coluden para repartirse territorios, recursos y rutas; sin embargo, el teatro decisivo de esta contradicción es el Tercer Mundo, escenario donde se concentran las guerras, ocupaciones, bloqueos y contrarrevoluciones. Ahí están, entre otros, Palestina, Siria, Líbano y Yemen; Afganistán, Irak y Libia; Sudán y Sudán del Sur, Etiopía y Somalia en el Cuerno de África; Mali, Nigeria y Burkina Faso; la República Democrática del Congo y Mozambique; el Sáhara Occidental y Haití. En Asia se extienden conflictos y resistencias en Myanmar, Bangladesh, Pakistán, India, Filipinas y Papúa Nueva Guinea; en Asia occidental asedian Irán, y en Turquía y Kurdistán persiste con sus guerras multiformes o híbridas. En América Latina los tambores de guerra, sanciones e injerencias retumban sobre Cuba, México y Venezuela, la militarización y la guerra interna atraviesan Colombia, Perú, Ecuador, Haití y amplias franjas de Centroamérica y el escenario náutico de convergencia en El Caribe.

En ese marco, las guerras populares que apuntan al Poder como las que se desarrollan en la India, Turquía, Filipinas y el Perú; y las guerras de liberación nacional en otros países, expresan una ley ineluctable: donde el imperialismo estrangula y embate, las masas aprenden en el curso de la guerra a combatir, levantando las banderas de la guerra justa contra la guerra injusta. En muchos lugares, armadas de manera precaria y rudimentaria, las masas desbordantes de optimismo ponen el pecho y la cuota a la amenaza nuclear, tecnológica y numérica que el imperialismo pretende aplicar fatuamente. En ese sentido, nos corresponde convertir la indignación en organización, la defensa en ofensiva y la crisis en oportunidad estratégica para abrir paso a la derrota del imperialismo y sus lacayos, e imponer la Nueva Democracia, que es dictadura conjunta de obreros-campesino y pequeña burguesía, siendo centro, el proletariado:  y, sobre sus conquistas y trasformaciones, al socialismo.

Sujetos de este análisis, podemos entender de mejor manera la agresiva presencia del imperialismo yanqui en centro y sud América; : su amenaza de invadir Venezuela, estrangular a Colombia y poner en funcionamiento, a su favor, la maquinaria burocrática-terrateniente del viejo Estado del Ecuador, en un contexto de pugna que mantiene con Rusia y China y, de hecho, con algunos países de Europa.

En esta ofensiva yanqui, el Ecuador, y en él, el gobierno títere de Noboa, juagan un rol importante en el médula de esa estrategia. No es gratuito el proceso de fascistización de Noboa, sus pretensiones legales para reformar o generar una nueva constitución, cuyo centro es avalar la presencia de bases militares extranjeras (no rusa, china, o de cualquier otro país, aspecto que también sería rechazado y combatido), sino yanqui, específicamente; además, otorgar super poderes al gobierno y a las FFAA, quienes, precisamente este momento, son total y absolutamente manejados por los EEUU e Israel.

Cuando señalamos que Noboa es fascista y títere, nos remitimos a los hechos; sobre todo, títere, porque su condición de fascista deriva de su posición servil al imperialismo. Basta ver que, por primera vez, Ecuador, de la mano de la Cancillería, dirigida por una agente del sionismo internacional, se abstuvo ante la ONU de votar contra el criminal bloqueo a Cuba; pero eso sí,  declaró a Hamás, Hezbollah y a la Guardia Revolucionaria de Irán como organizaciones “terroristas” siguiendo el mandato de los EEUU.

Esto debe entenderse en su verdadera dimensión: servilismo, testaferrismo político de Noboa y, sobre todo, la creciente incidencia política de EE. UU. en el país. Es decir, poco a poco estamos perdiendo esa relativa independencia política que se supone teníamos y que nos caracteriza como un país semicolonial/semifeudal.

El Ecuador actual es una sociedad semicolonial y semifeudal. Cuando decimos que es semifeudal, no estamos diciendo que no hay capitalismo; lo que decimos es que el imperialismo desarrolló, de manera tardía, un capitalismo atado a los intereses de los grandes terratenientes en la segunda mitad del siglo XIX; que estos, antes y hoy,  no tienen intención alguna de eliminar esos remanentes feudales, sino de evolucionarlos a nuevas formas. Capitalismo (burocrático) que no desarrolla las fuerzas productivas, que fomente la industria nacional, sino que es entregado al imperialismo, fundamentalmente yanqui. Que es quien delinea las formas y relaciones de producción ceñidas a sus intereses.

Este capitalismo está en crisis, enfermo, patojo, cuyas contradicciones no se resuelven pensando en “levantamientos” o rebeliones circunstanciales, coyunturales, sino con un programa y proceso revolucionario profundo, dilatado, con correcta dirección ideológica y con guerra popular.

Entender esto es fundamental para una apropiada comprensión de las dinámicas de lucha en el país, particularmente en el campo, donde el rol del campesinado pobre ha sido determinante, sobre todo en los tres últimos levantamientos populares.

Nosotros, los comunistas, no concebimos la sociedad como un todo delimitado por razas, grupos étnicos, nacionalidades o de actores que promueven las reivindicaciones de género.   Nosotros concebimos la sociedad a partir de un análisis materialista histórico-dialéctico y que, por ello, primará siempre el análisis de clase: su composición, campos y contradicciones. En ese sentido, observamos campesinos y su relación con los medios de producción; las relaciones de producción; el hecho de que, en la actualidad, algunos campesinos que están alineados con reivindicaciones étnicas, siendo principal, su condición de campesino pobre, sin tierra;  otros que, de labrar tierra ajena, también devienen, eventualmente, en mineros artesanales; aspectos que determinan la particularidad y diversidad de centros de contradicción en el ámbito productivo. Entendemos que, al no haberse materializado la revolución democrática-burguesa de viejo tipo; el campesinado pobre es la clase que deviene en la más explotada ya que está sumida y atada a relaciones de producción pre capitalistas o, para decirlo de manera clara, feudales y semifeudales.

Con esos antecedentes queremos centrarnos en aspectos coyunturales del país.

Ha culminado el levantamiento indígena-popular tras 31 días de álgida e incansable lucha; una brega en la que las masas, además de movilizarse, han puesto su cuota de sangre: muertos, heridos, mutilados; además, detenidos y perseguidos.

Al igual que en los levantamientos de 2019 y 2022, las masas campesinas fueron la fuerza principal de la movilización, acompañadas por obreros, estudiantes, vendedores y sectores populares que se rebelaron con determinación contra gobiernos que, como el actual, han estado ajenos a los intereses de las grandes mayorías. Es decir, en estas rebeliones, el campesinado ha sido la fuerza principal.

Este ciclo demuestra que el campo continúa siendo un “poderoso fermento revolucionario” y que, al establecer correcta alianza de clases con obreros y demás masas explotadas,  en estos contextos y formas de lucha, se convierte en una fuerza capaz de desestabilizar el viejo Estado.

La combatividad de las bases del movimiento indígena-campesino, más allá del discurso etnocultural de cierta dirigencia oportunista que ha focalizado el vórtice de las contradicciones existentes en el campo en la pluriculturalidad, los derechos colectivos y la defensa del “territorio”, subsumiendo la contradicción principal:  masas-semifeudalidad, que tiene rostro y voz propia: campesinos sin tierra o con poca y de mala calidad; producción artesanal como estrategia de subsistencia; mutación cíclica del campesinado pobre en semiproletariado en la minería informal; servilismo, expropiación de tierras y migración forzada. Todas, expresiones de la más abyecta semifeudalidad que mantienen al campesinado, sea este “indígena” o no al filo de la rebelión.

Eso es lo que hay que ver y procesar. El movimiento indígena, alentado por su dirigencia, habla de “territorialidad”; sin embargo, en su seno coexisten latifundios y minifundios: hay tierras en manos de comuneros, pero también grandes extensiones controladas por terratenientes nacionales y extranjeros. Curiosamente, los indígenas/campesinos que habitan los llamados ‘territorios’, que en verdad son propiedades privadas, minifundios, son los peones, labradores, y trabajadores de los grandes latifundios que están dentro de esas circunscripciones.

El latifundismo, en lugar de menguarse se ha incrementado. Ejemplos sobran: el consorcio de los Wong, exministro del Interior de Noboa, concentra alrededor de 30.000 hectáreas en Guayas (Marcelino Maridueña); en Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas cerca de 300.000 hectáreas de palma africana están en manos de un puñado de propietarios; el consorcio Nobis, del propio Noboa, posee tierras en distintos puntos del país; la azucarera Valdez administra cerca de 10.000 hectáreas; además de extensas haciendas bananeras. En Cotopaxi, Aglomerados Cotopaxi y Durini suman aproximadamente 30.000 hectáreas, y Cobo controla unas 19.000 hectáreas en pleno corazón de lo que la CONAIE denomina “territorios indígenas”. A esto se añaden los miles de hectáreas de la hacienda Fukurama, sí, la misma denunciada por prácticas de esclavitud en pleno siglo XXI. Los jornaleros, arrimados, arrendatarios y trabajadores que laboran en estos predios suelen estar sometidos a relaciones laborales de corte feudal o semifeudal.

Los camaroneros cuentas a su haber con 233.000 hectáreas, la misma cantidad de tierras con las que cuentas 1´800.000 campesinos pobres. A este ‘fenómeno”, debemos sumar los millones de hectáreas entregadas a las grandes empresas mineras; vehículo que ha generado una nueva corriente de latifundistas vinculados a estas transnacionales de la minería, pero también a la pequeña y mediana minería, escenarios donde las masas campesinas pobres son despojadas violentamente de sus pequeñas parcelas, además, son quienes ponen el trabajo, y también la vida, ante los desafueros y violencia estatal, para estatal y sicarios.

Además de la alta concentración extrema de la tierra: predios individuales o consorciados de 10.000, 20.000 o 30.000 hectáreas se presenta el monocultivo y control de cadenas completas: caña, palma, banano y forestales con integración vertical (tierra–procesamiento–exportación).

Escenarios con relaciones laborales precarias o serviles: pago por tarea, tercerización, endeudamiento con tiendas internas, vivienda dentro de haciendas y desplazamientos forzados. Reclutamiento forzado de campesinos para trabajar en la minería; arrendamiento de tierras y trabajo bajo la modalidad de “al partir”. Control de bienes comunes y servidumbres: acaparamiento de agua, caminos y servidumbres de paso, con seguridad privada y criminalización de la protesta. Captura regulatoria y fiscal: ventajas normativas y logísticas que refuerzan la concentración y dificultan la reforma agraria real.

Estos rasgos, sumados a los casos concretos citados, muestran que el problema no es solo de “territorialidad” como consigna general, hueca; sino de poder de clase sobre la tierra y el trabajo, expresado en un régimen que reproduce relaciones feudales y semifeudales en pleno siglo XXI.

Es de ese tipo de cosas que se debe preocupar la dirigencia del movimiento indígena, de que los campesinos viven en condiciones precarias, que eso hay que eliminar, y no se hace con consultas, con votos o en el cuchitril de la Asamblea, no, imposible, eso se lo hace con violencia revolucionaria. Hay que arrasar el poder gamonal y para hacerlo, hay que abatir de todas las formas a sus testaferros, los caciques locales, aquellos campesinos vendidos al gamonalismo que son quienes reproducen el viejo Estado en las relaciones de producción y los ejecutores directos de los procesos de corporativización de las masas campesinas.

En este contexto, urge reconocer que, ante la ausencia de correcta línea ideológica, la lucha campesina, sin desestimar su constancia, sobre todo en torno a la necesidad de resolver el problema agrario, tiene cierto carácter espontaneísta, muchas veces espoleado por su dirigencia, la misma que históricamente ha demostrado que, además de traidora y oportunista, tiene agenda propia, sin más norte que el electorerismo y la burocratización del movimiento indígena-campesino. Además, propia de la incidencia del trotskismo, sostenido por Iza y sus colaboradores, promueven la idea de lanzar al movimiento indígena a jornadas ‘insurreccionales’; pues consideran que es el mecanismo y forma de lucha que permitiría que esas masas ‘conquisten el poder’.  Es algo así como pretender seguir el camino ruso combinado con electorerismo y oras patrañas burocráticas.

El último levantamiento indígena-popular, como los anteriores, fue traicionado por su dirigencia; esta vez bajo el mando de Marlon Vargas, un inestable y cobarde representante de una pléyade de dirigentes que han tenido la misma hoja de ruta: inicialmente con discurso radical, incendiario; posteriormente, amigable, conciliador con el gobierno y las clases dominantes, y el corolario, la cereza del pastel, ¡terminan como candidatos presidenciales!

Toda esta verborrea va de la mano de un ‘proyecto’ centrado en el «comunismo indoamericano», una patraña que descontextualiza a Mariátegui, que se presenta como una relectura “originaria” del marxismo para América Latina que privilegia lo indígena/andino como núcleo civilizatorio, que toma elementos sueltos del Amauta, del indigenismo y del comunitarismo andino, y los combina con agendas que tratan de buscar programa en el pasado; que absurdamente desplaza el eje de la lucha de clases hacia una identidad étnico-cultura , Mitifica la “comunidad originaria” como forma superior ‘precapitalista’ y rehúye examinar sus contradicciones internas (patriarcales, jerárquicas (cacicazgos), mercantilización creciente). Sin crítica de estas relaciones, el “retorno a lo comunitario” funciona como romanticismo restauracionista. Un comunismo “ni calco ni copia” que omite su núcleo, lo fundamental: revolución agraria y socialista dirigida por la clase trabajadora en alianza con el campesinado indígena.

En esta ocasión, Vargas, con el pretexto de “salvar la vida de los manifestantes” y de “preparar la campaña por el NO en la consulta popular”, desmovilizó a las masas y las arrojó, una vez más, al estercolero electorero. No actuó solo: contó con el apoyo cómplice de Lourdes Tibán, desde la Prefectura de Cotopaxi, y de otros actores “indígenas” de ideología domesticada que repiten, cacofónicamente, que “solo con trabajo podemos hacer que el país mejore”.

Estos perros del viejo Estado sustituyeron el levantamiento popular, por la campaña electorera del NO en la consulta popular. hay que combatirlos, sin lugar a dudas.

Por su parte, el gobierno de Noboa, fascista, entreguista y tremendamente violento, ha utilizado medios, tácticas y estrategias pocas veces vistas para reprimir al pueblo. Ya se ha señalado: Noboa ha convertido al Ecuador en un laboratorio de la nueva línea militar del imperialismo con soporte sionista para neutralizar la insurrección y las luchas populares en los países del tercer mundo. No ha escatimado en bombardear con artillería y aviones de guerra sus objetivos ‘militares, como sucedió en Imbabura y Azuay; movilizar miles de tropas escoltadas por vehículos blindados, helicópteros de guerra y demás equipamiento militar para combatir masas básicamente armadas con voladores, piedras y palos: expresiones, sí, de lucha, pero que, como siempre, resultan insuficientes para enfrentar a un enemigo que, sin miramientos, reprime abyectamente al pueblo, siempre con la anuencia de dirigentes revisionistas y/o oportunistas que han servido de catalizadores para corporativizar a las masas utilizando un burdo, y en cierto modo, efectivo populismo basado en bonos, días de asueto en el trabajo, regalo de cerdos, sorteo de vehículos en los motines que organiza;  y otras baratijas que recuerdan las épocas del coloniaje español, donde el espejo de entonces, ha devenido en ‘bono’.

Hoy el viejo Estado burocrático-terrateniente, bajo el gobierno de Daniel Noboa, expresión concentrada de la burguesía compradora y de los grandes terratenientes, se recompone subordinado a los intereses del imperialismo yanqui y del capital comercial y de intermediación financiera israelí.

El país opera como enclave estratégico: logística militar, inteligencia, penetración económica y tecnológica. No se trata de una “desviación” coyuntural, sino de una forma concreta de dominación semicolonial y de transición corporativa.

El imperialismo exige “estabilidad”, “seguridad” y “control social” para su expansión. De ahí las reformas de Noboa: incremento del IVA, eliminación de subsidios, privatización de sectores estratégicos y endurecimiento represivo bajo la retórica de “seguridad nacional”,  “lucha contra el terrorismo” y la convocatoria a una nueva Constituyente convertida, desde ya, en un “cheque en blanco” para el imperialismo y la reacción. La actual constitución poco o nada sirve a las masas; mucho menos a la reacción, ellos, la reacción, requieren una constitución que avale y proyecte lo que ya están haciendo, un proceso de militarización de la vieja sociedad donde el ejecutivo y las FFAA cuenten con todo el Poder coercitivo y represivo. Estas medidas corresponden a un reajuste general corporativo del Estado en los planos económico, político e ideológico.

A la dictadura de grandes terratenientes y grandes burgueses no le alcanza bombardear dentro del país, reprimir, matar, encarcelar, perseguir y comprar conciencias; también necesita echar mano de su discurso electorero. Ahora combinan la violencia y la represión con la farsa electoral. Quieren hacernos creer que, con la consulta popular, el pueblo elegirá una nueva Constitución, cuando no es sino la expresión concentrada de la política del viejo Estado, del capitalismo burocrático y del imperialismo. No es más que eso.

¿Qué recibió el pueblo con la Constitución de 2008? ¡Nada! Igual nos han explotado, oprimido, agredido y violentado; es más, nos hemos ahogado en sangre y nos hemos visto forzados a migrar o a morir en el intento. Ahora nos quieren imponer otra Constitución. ¿Cambiará con relación a la anterior? Posiblemente en sus formas, pero no corresponde al proletariado, al campesinado pobre y a las demás masas explotadas avalar un instrumento político que legitima al viejo Estado y lo presenta en su versión más “sutil” en el terreno del sistema de gobierno. Pueblo del Ecuador, recuerda: asistir a las urnas, ya sea para elegir autoridades o para una nueva Constitución, solo avala lo actuado por todos los gobiernos, particularmente por este último, sostenido en la violencia imperialista, la mentira y gobernar en función de los intereses de la gran burguesía y de los grandes terratenientes.

El problema de la constituyente no es un problema de las masas; es un asunto de las contradicciones Interburguesas llevado al plano popular. Nosotros no negociamos a nuestros muertos en las urnas ni caemos en el entrampe de los oportunistas, de los electoreros y de los vendevotos. Fortalezcamos la organización, luchemos, preparemos y desarrollemos guerra popular: es lo que debemos hacer.

No podemos ni debemos avalar el viejo sistema electorero del país; no debemos participar en la consulta, por el contrario, debemos boicotearla. Es algo que compromete a los principios; es no fomentar un viejo sistema de gobierno que nos hace creer que, participando en él, estamos definiendo o marcando las pautas de la participación popular en los designios de un Estado que no nos pertenece.

En esa perspectiva, el levantamiento reabre una vez más la senda histórica que debe ser cualificada de mejor manera: cercar las ciudades desde el campo.

Las jornadas en Imbabura, Cotopaxi, Chimborazo y Loja muestran un aprendizaje profundo y ya expuesto en otras ocasiones: hay que destronar a los “curacas”, a los “caciques” de la dirigencia de las organizaciones campesinas-populares y dotar a las masas de un instrumento organizativo que se ponga al frente de sus luchas, instrumento que no puede ser otro que el Partido Comunista de Nuevo Tipo, que, sin miramientos ni cálculos oportunistas, barra con toda la podredumbre que envuelve al campo popular.

Establecer una alianza de clases correcta no significa negar las particularidades, sino reconocerlas y convertirlas en un organismo concreto y operativo, capaz de encarar las contradicciones que el gobierno genera y exacerba coyunturalmente, y de avanzar hacia la resolución de las contradicciones fundamentales: nación frente a imperialismo; masas y campesinado frente a la semifeudalidad y el gamonalismo; y pueblo frente al capitalismo burocrático de la gran burguesía. Todo ello sin perder de vista la colusión y pugna entre la burguesía compradora, hoy personificada por Noboa, y la burguesía burocrática, el correísmo, escenario al que se ha arrastrado a las masas, desviándolas de sus objetivos históricos. Hay que entender. Las reivindicaciones indígenas no pueden seguir en manos de la dirección ideológica de la pequeña burguesía, o del nacionalismo burgués, es y será, sin lugar a dudas, una tarea del proletariado. La burguesía ha caducado como clase encargada de llevar las tareas democráticas que compromete al indígena y al campesinado en general; esa tarea solo puede ser plasmada en la revolución de Nueva Democracia, tránsito al socialismo.

Pueblo del Ecuador: hemos entrado en una etapa de inflexión, cargada de nudos críticos que frenan o entorpecen las tareas necesarias para abrir paso a la revolución de Nueva Democracia. No podemos seguir endosando el esfuerzo vital de las masas a oportunistas y traidores. La dirigencia de la CONAIE, Pachakutik y las centrales sindicales ha reiterado, sin rubor ni consecuencia, su traición en favor del viejo Estado; han devenido en uno de los obstáculos más serios para que se desate la tormenta de la guerra popular de obreros y campesinos. Corresponde desenmascararlos, ubicarlos donde están y aplastarlos. Ya lo dijo magistralmente el presidente Gonzalo: “Desarraiguemos las hierbas venenosas… desterremos esas siniestras víboras… reventemos esa pus, de otra manera la ponzoña sería general. Venenos, purulencia hay que destruirlas”.

El momento es duro, sí, pero nos sostiene un optimismo histórico que desborda trabas y dificultades. La ruta es sinuosa y exige confrontar sin titubeos al enemigo: imperialismo, gran burguesía y grandes terratenientes, y también a sus operadores internos: caciques, oportunistas  y revisionistas. A estas alturas, nadie queda fuera del mapa: todos son piezas de la estrategia global del imperialismo y sus lacayos para mantener al pueblo oprimido y explotado.

No arrastremos a las masas a la movilización sin una clase dirigente ni una ideología que tracen el rumbo. Es inviable persistir en discursos cansinos sobre “derechos colectivos” o en salidas electoralistas que maquillan el continuismo y conjuran cualquier transformación de fondo. No se trata de “indianizar” el comunismo, sino de proletarizar ideológicamente al movimiento indígena para que, en su agenda nacional, se consideren las contradicciones de clase existentes; que sus reivindicaciones se articulen con las de obreros, campesinos y demás sectores populares; solo así las luchas coyunturales dejarán de ser descargas episódicas y se convertirán en procesos sostenidos de movilización, militarización y combate.

Tenemos un escenario político favorable para la revolución. Las condiciones históricas están en su punto; debemos aprovecharlas. Debemos resolver todos los problemas políticos que tenemos al frente con lucha armada: no hay otro camino; es lo que nos corresponde hacer.

Sin un Partido Comunista que organice, eduque y conduzca, toda acción, por coyuntural que sea, quedará atrapada en el corporativismo administrado por una dirigencia oportunista. Se impone construir una dirección capaz de convertir el descontento en programa, el programa en organización y la organización en una fuerza avasalladora nucleada en el Partido Comunista de Nuevo Tipo; en el Frente y, obviamente, en el Ejército Popular, la forma más importante  y  decidida para que, con guerra popular, avancemos al comunismo.

¡EL PROLETARIADO ES LA CLASE FUNDAMENTAL DE LA REVOLUCIÓN!

¡EL CAMPESINADO, ES LA FUERZA PRINCIPAL DE LA REVOLUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA!

SIN UN EJÉRCITO POPULAR, NADA TIENE EL PUEBLO

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMIENTO GONZALO!

PUEBLO DEL ECUADOR, ¡NO VOTAR EN LA CONSULTA POPULAR!

¡PREPARAR Y DESARROLLAR LA GUERRA POPULAR!


domingo, 2 de noviembre de 2025

Declaración de ICL sobre la guerra popular en la India


¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡La reacción está destinada a fracasar, y la Guerra Popular en la India está destinada a triunfar!

El ejército revolucionario es necesario porque las grandes cuestiones históricas solo pueden resolverse por la fuerza y, en la lucha moderna, la organización de la fuerza significa organización militar.

– Lenin

La experiencia en la lucha de clases durante la era del imperialismo nos enseña que solo mediante el poder de las armas la clase obrera y las masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía armada y a los terratenientes; en este sentido

Podríamos decir que solo con armas se puede transformar el mundo entero.

– Mao Tsetsugan

Como bien saben nuestros camaradas, los miembros del Partido Comunista de la India (Maoísta), el Ejército Guerrillero Popular de Liberación, las Organizaciones de Masas Revolucionarias y los Comités Populares Revolucionarios dirigidos por el Partido, se encuentran actualmente desarrollando una contraofensiva para derrotar la campaña de cerco y aniquilación denominada “Kagar”. Esta heroica empresa ocupa, con toda razón, el centro de atención del Movimiento Comunista Internacional en su conjunto, y nadie puede permanecer indiferente. Como ya hemos manifestado anteriormente: hoy, para los comunistas del mundo, el Partido Comunista de la India (Maoísta) representa las tres grandes banderas rojas que separan el trigo de la cizaña en el Movimiento Comunista Internacional: 1. La defensa del marxismo-leninismo-maoísmo frente al revisionismo. 2. La vía de la guerra popular frente a la vía de los acuerdos de paz, la conciliación y la capitulación. 3. La bandera de la Nueva Revolución Democrática, el campesinado como base de la lucha antiimperialista, contra quienes niegan el carácter semifeudal de los países oprimidos por el imperialismo. ( Celebremos y enarbolemos con orgullo el 20.º aniversario de la fundación del glorioso Partido Comunista de la India (Maoísta), ICL, septiembre de 2024).

Hoy nosotros, la Liga Comunista Internacional, reafirmamos esta postura y, partiendo de ella, declaramos nuestra posición sobre la situación actual.

Cuando las masas se alzan, el colapso del viejo orden se acelera.

La última oleada de levantamientos populares, encabezada por una nueva generación de jóvenes rebeldes en las Naciones Oprimidas, que comenzó en Indonesia y se extendió por Nepal, Filipinas, Perú, Madagascar y Marruecos, y que continúa expandiéndose, es una poderosa manifestación del Poder de las Masas: cuando se alzan, la Tierra tiembla, los cielos truenan y el Viejo Orden se derrumba. El creciente y cada vez más combativo movimiento antiimperialista en las Naciones Opresoras, impulsado por el heroísmo profundamente inspirador del Pueblo de Palestina en su inquebrantable Resistencia Nacional contra el imperialismo estadounidense y los carniceros israelíes, demuestra que el proletariado en las fortalezas de los autoproclamados gobernantes del mundo ha despertado de su letargo y, con renovada fuerza, demuestra ser digno de sus gloriosas tradiciones. En este último período, las luchas del proletariado y de los pueblos de Ecuador (el paro general en curso) y Francia (las luchas de septiembre), con la obvia diferencia entre ellas, destacan por ser movimientos con una importante influencia comunista en sectores y áreas decisivas de las masas más amplias y profundas, y con un carácter mucho menos espontáneo. El mundo no está en paz, nunca lo estuvo, pero se ve cada vez más agitado por grandes luchas de masas, que, como heraldos de un nuevo amanecer, confirman una vez más que la revolución es la tendencia principal. La situación revolucionaria, en su desigual desarrollo en el mundo, se manifiesta con fuerza.

Todo el sistema capitalista, en su etapa final, el imperialismo, se encuentra en una crisis general que se acelera. La beligerancia imperialista, impulsada particularmente por los esfuerzos del imperialismo estadounidense para frenar su propia decadencia y recuperar posiciones perdidas, está generando un aumento masivo en la militarización de los Estados imperialistas. La reacción generalizada, la creciente tendencia al fascismo y un deterioro masivo de las condiciones laborales y de vida de las masas, sin precedentes en décadas, son una realidad en todo el planeta. En un mundo donde existe el lujo más atroz, 673 millones de personas sufren desnutrición y 2.600 millones no pueden permitirse alimentos suficientes para el consumo humano.

La situación más crítica se presenta en las Naciones Oprimidas, donde la crisis del capitalismo burocrático se ve agravada por la imposición de las instituciones imperialistas y la agresión flagrante, como en el Caribe (Venezuela, Colombia, Haití, etc.), donde el imperialismo estadounidense viola abiertamente todas las leyes que han existido en materia de soberanía estatal. La lucha entre los imperialistas por el control de los mercados y las materias primas, las «zonas de influencia», las colonias y semicolonias, constituye la contradicción entre ellos, la contradicción interimperialista. Cuando esta contradicción se agudiza, los imperialistas deben reforzar su control sobre «sus» colonias y semicolonias para expulsar a sus competidores, imponer el orden de las bayonetas y la lealtad absoluta de sus subordinados, lo que también agudiza la contradicción entre el imperialismo y las Naciones y Pueblos Oprimidos.

En la situación mundial actual, existen tres contradicciones fundamentales: la contradicción entre burguesía y proletariado, la contradicción entre imperialistas (contradicción interimperialista) y la contradicción entre el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidos. La principal contradicción es la que existe entre el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidos. Esta contradicción desempeña un papel rector y decisivo; es fundamental comprenderla a fondo y, como dijo el Presidente Mao, entonces todos los demás problemas que debamos analizar se resolverán fácilmente .

El creciente desarrollo del Movimiento de Liberación Nacional de los Pueblos y Naciones Oprimidos subraya la necesidad de su fusión con el Movimiento Proletario Internacional. Esto implica, en otras palabras, que el marxismo-leninismo-maoísmo, y no otra ideología, debe guiar la lucha mundial contra el imperialismo y la reacción, lo cual exige una lucha frontal contra el revisionismo y el oportunismo. Esta es la tarea de los Partidos Comunistas y requiere que, posicionándose a la vanguardia de la lucha y emprendiendo la Guerra Popular, en medio del implacable enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución, construyan un poderoso Frente Antiimperialista. Nosotros, los maoístas, sabemos muy bien que sin un Ejército Popular, el pueblo no tiene nada .

Las vanguardias proletarias en armas en las Naciones Oprimidas, los Partidos Comunistas que lideran las Guerras Populares, desempeñan en esta situación un papel crucial para el desarrollo de la lucha contra el imperialismo, para el desarrollo y el futuro triunfo de la revolución proletaria mundial. Estos Partidos constituyen los destacamentos de vanguardia del creciente ejército de los oprimidos y explotados, los que marcan el camino asaltando los cielos. Son los ejemplos vívidos de la fusión del movimiento proletario con el movimiento de liberación nacional bajo la guía del marxismo-leninismo-maoísmo. En este sentido, la importancia de las Guerras Populares lideradas por los maoístas trasciende con creces su repercusión nacional; son decisivas para la lucha por el triunfo del comunismo en todo el mundo.

No solo nosotros lo sabemos, sino que el enemigo es aún más consciente de ello que muchos autoproclamados “comunistas revolucionarios”. En consecuencia, los imperialistas y reaccionarios, en particular el imperialismo estadounidense, que aún desempeña el papel de gendarme mundial de la contrarrevolución, emplean enormes esfuerzos para reprimir con sangre y fuego las guerras populares.

El revisionismo y el oportunismo, como miserables lacayos de los explotadores, también desempeñan un papel crucial, más peligroso que cualquier otra arma en el arsenal de la contrarrevolución. Estas repugnantes criaturas e ideas se infiltran en las filas del movimiento antiimperialista y revolucionario, intentando usurpar el liderazgo de los Partidos Comunistas mediante intrigas maliciosas de todo tipo, y no dudan en colaborar plenamente con la policía política y organizaciones de asesinatos como la CIA. En ocasiones, logran éxitos temporales, como en el caso de la traición a Öcalan y la liquidación del PKK contra las aspiraciones del pueblo kurdo al derecho a la autodeterminación nacional, o en los casos en que consiguen dividir al movimiento antiimperialista enfrentando a una facción del Frente de Resistencia Nacional en Palestina contra otra.

Es en este contexto histórico y político general de lucha entre revolución y contrarrevolución donde debemos ver la batalla épica que libran actualmente nuestros camaradas en la India.

La “ Operación Kagar” fracasará, el PCI (Maoísta) prevalecerá.

La “Operación Kagar” se desarrolla como una estricta aplicación de la siniestra estrategia del llamado “Conflicto de Baja Intensidad” (CBI), desarrollada por el imperialismo estadounidense. Resulta particularmente evidente que en la “Operación Kagar” se están aplicando las lecciones aprendidas por los imperialistas estadounidenses en la lucha contra la Guerra Popular en Perú. Esto constituye una confesión práctica de cuán peligrosa considera la Guerra Popular en la India el imperialismo y los reaccionarios; la furiosa y sanguinaria campaña del enemigo es una expresión de su temor ante la fuerza del movimiento revolucionario.

La fuerte centralización en manos del Gobierno Central y la unificación de las estructuras de mando de la Policía, los Servicios Secretos y el Ejército, junto con una ofensiva total contra cualquier forma de oposición de intelectuales, progresistas e incluso partidos parlamentarios (¡incluso el Partido del Congreso ha sido acusado de connivencia con los "naxalitas urbanos"!), garantiza que todo el poder del antiguo Estado burocrático-terrateniente pueda dirigirse contra el movimiento revolucionario. El Ejército lidera directamente la campaña militar, con el uso de bombardeos aéreos y las "Fuerzas Especiales" al frente del grueso del contingente de fuerzas paramilitares y policiales. La persecución draconiana, con torturas, violaciones y secuestros/desapariciones forzadas, contra las organizaciones democráticas que antes podían operar con relativa libertad, busca silenciar los canales de difusión del Partido y generar un clima social dominado por el terror blanco. Se utiliza un sistema de "aldeas seguras" (en la práctica, campos de concentración) y "bases operativas avanzadas", con bases militares en el centro de un sistema de seguridad de control total. El uso de “Programas de Acción Civil”, la “policía amistosa” y los intentos de “comprar” a las masas aprovechándose de su pobreza mediante la distribución de bienes. Los esfuerzos por llevar la campaña de desinformación, como parte de la guerra psicológica, a todos los rincones del país (la CRPF distribuyó decenas de miles de radios en Bastar). La política de movilizar a los matones de los terratenientes, renegados y masas forzadas en milicias contrarrevolucionarias (como la “Guardia de Reserva del Distrito”), para enfrentar a las masas entre sí. Programas masivos para traidores y renegados, con amnistía y “compensación” económica para quienes se “arrepintieran” y se “reintegraran”. Una cobertura mediática centralizada que ocultaba las derrotas de las Fuerzas del Antiguo Estado, pero exageraba sus “éxitos”, con una intensa cobertura de los cuadros renegados e imágenes de “rendiciones masivas” (a menudo escenificadas).

Todo esto que ocurre hoy en la India es muy similar a lo que el imperialismo estadounidense aplicó en Perú a principios de la década de 1990. Como han afirmado los camaradas indios: “ Los programas de contrainsurgencia en la India están dirigidos directamente por las fuerzas imperialistas, especialmente por las estadounidenses. En la formación del Centro Nacional de Contraterrorismo (NCTC) y en la actual operación Kagaar, el papel de los imperialistas estadounidenses es fundamental ” .

Los imperialistas estadounidenses y sus “socios” indios siguen un plan a largo plazo. No improvisan. Han estudiado al PCI (Maoísta) durante mucho tiempo y saben que solo pueden asestarle golpes severos al Partido Comunista si logran infiltrarse en él o captar colaboradores en sus filas. Parte de la estrategia de la LIC consiste en dividir a la fuerza insurgente, y para ello, la fuerza reaccionaria intenta intervenir activamente en su vida interna. Asesinan o detienen a líderes especialmente importantes, mientras que dejan con vida a los derechistas conocidos. El Secretario General, el camarada Basavaraj, dio su vida por la continuación de la Guerra Popular hasta la victoria. Su heroica resistencia hasta el último aliento contra el ataque enemigo, junto con los más de 20 cuadros dirigentes que se negaron a rendirse, fue un poderoso ejemplo de un comunista consciente de su papel al frente del Partido y de su guía en la Guerra Popular, mientras que “Sonu”, que predica la capitulación, sigue vivo: en política no hay coincidencias. Del mismo modo que los revolucionarios intentan explotar al máximo las contradicciones del bando enemigo, también lo hacen los reaccionarios.

El Presidente Mao Zedong nos enseña que los factores internos son siempre determinantes y que, en los momentos de mayor agudeza en la lucha entre revolución y contrarrevolución, cuando se sufren importantes dificultades o reveses, surge la tendencia a la capitulación. Inicialmente, esta surge como ideas y concepciones, que pronto pueden evolucionar hacia una línea revisionista, traición y colaboración con la reacción. El Comité Central del PCI (Maoísta) denuncia y rechaza a la camarilla de Sonu, que ha traicionado al Partido y a la revolución. El renegado Sonu representaba la tendencia a la conciliación, la capitulación, el pensamiento unilateral y el miedo a la muerte, en contra de los principios del Partido y del marxismo-leninismo-maoísmo. Recurriendo a los viejos argumentos, acusa al PCI (Maoísta) de ultraizquierdista, de “rechazar la lucha legal”, de oponerse al principio de la omnipotencia de la guerra revolucionaria, de la guerra popular prolongada y, en definitiva, de oponerse a la línea militar del PCI (Maoísta). Como ha denunciado el PCI (Maoísta), en el fundamento político del revisionismo de Sonu se encontraba la negación del carácter semifeudal de la sociedad india, y que la principal contradicción se había transformado en la contradicción entre el proletariado y la burguesía, intentando liquidar la Nueva Revolución Democrática y la Guerra Popular.

Sonu y su camarilla se opusieron a la lucha de dos líneas, al centralismo democrático del Partido, y lideraron una conspiración para dividirlo. Resultó evidente que tales posturas y argumentos contra los principios del Partido eran una excusa para intentar liquidarlo, capitular en la Guerra Popular y unirse pronto a las filas de la contrarrevolución, entregando así las valiosas armas del Partido a la contrarrevolución.

El Comité Central del Partido Comunista de la India (Maoísta) señala:

Las tendencias conciliadoras que Sonu y Satish fomentaron durante décadas se transformaron gradualmente en oportunismo conciliador. Con la Operación Kagaar, este oportunismo conciliador se convirtió en traición y acción contrarrevolucionaria. No supimos evaluar correctamente este desarrollo a tiempo. Como resultado de este error, ambos utilizaron sus posiciones de liderazgo para perjudicar gravemente el movimiento revolucionario. Informamos al campo revolucionario que revisaremos este error y extraeremos las lecciones necesarias. (…)

Aunque Sonu y Satish se rindan hoy y otro se rinda mañana, prometemos al pueblo que nuestro Partido jamás se rendirá ante el enemigo. Mientras existan clases sociales, la lucha de clases —en su máxima expresión, las Guerras Populares— continuará; esta es una ley histórica. Las rendiciones no pueden cambiar esta ley. Por lo tanto, incluso ante reveses temporales, avanzaremos con gran confianza y valentía en la lucha por el progreso del movimiento revolucionario. La victoria final pertenecerá al pueblo.

La experiencia histórica demuestra que el enemigo recurre a elementos revisionistas, oportunistas y traidores para intentar dividir al Partido. Este es un elemento fundamental de la estrategia de la LIC: el enemigo hace todo lo posible por generar confusión, de modo que las fuerzas revolucionarias empiecen a dudar, pues quien duda pierde la iniciativa. Sin iniciativa, el Ejército Popular no puede defenderse activamente, se vuelve relativamente pasivo y puede ser aniquilado.

Hay dos maneras de derrotar a un ejército guerrillero: separarlo de las masas o decapitarlo liquidando a su liderazgo; en esencia, esto significa que la fuerza reaccionaria necesita destruir el liderazgo del Partido Comunista para provocar una derrota temporal de la Guerra Popular, porque es el liderazgo marxista-leninista-maoísta correcto del Partido el que garantiza la unidad entre el Ejército Revolucionario y las masas.

Los comunistas de todo el mundo deben repeler con firmeza todos los ataques del enemigo y unirse al Partido Comunista de la India (Maoísta), dirigido por el Comité Central elegido por el Congreso del Partido, que aplica la línea del Partido establecida por este. Quien no se someta a los documentos fundamentales del Partido y a su disciplina no tiene derecho a considerarse miembro del mismo. Así funciona un Partido Comunista; es una cuestión de principios, y todo aquel que tenga un conocimiento básico del marxismo-leninismo-maoísmo debe saberlo.

La línea fundamental del Partido Comunista de la India (Maoísta), el camino a seguir para la Revolución India, la Guerra Popular Prolongada, la conquista del poder en todo el país y su culminación en la Nueva Revolución Democrática, para luego impulsar la Revolución Socialista y avanzar hacia el comunismo —tal como lo establecieron el Congreso del Partido y los Documentos Fundamentales— es correcta sin lugar a dudas. Esta es la única línea marxista-leninista-maoísta, y cualquier otra es una traición revisionista. Independientemente de las conclusiones a las que llegue el Comité Central del Partido tras el análisis de las experiencias del período actual, y de los ajustes que se realicen en materia de táctica y aplicación, nada cambiará esto.

Para los maoístas, todo revés temporal, como la pérdida de una Base de Operaciones o el restablecimiento del poder del antiguo Estado en zonas donde existieron los Comités Populares Revolucionarios, no es ajeno. Las Bases de Operaciones son fluidas por naturaleza, pues reflejan la forma en que se desarrolla la Guerra Popular, mediante un proceso en el que los dos bandos, revolución y contrarrevolución, intentan cercarse y aniquilarse mutuamente hasta la victoria final de la revolución. Así se desarrolló la Guerra Popular en China, al igual que todas las Guerras Populares libradas hasta hoy. Bajo el liderazgo absoluto del Partido, el Ejército Popular de Liberación movilizará, politizará, organizará y armará a las masas, y el Nuevo Poder resurgirá, recuperando las zonas perdidas y conquistando otras nuevas.

La Liga Comunista Internacional se mantiene firme, hombro con hombro, con el PCI (Maoísta), el Ejército Popular de Liberación Guerrillero, las Masas del Frente Revolucionario en el campo y en las ciudades, bajo la bandera del marxismo-leninismo-maoísmo, la bandera de la Guerra Popular, y rechaza y condena cualquier intento de sembrar confusión, pesimismo y capitulación. Estamos plenamente convencidos de que nuestros camaradas en la India, liderados por el Comité Central, derrotarán la estrategia de la LIC mediante el desarrollo de una mayor Guerra Popular. Nada puede vencer el poder de las masas organizadas, y bajo el liderazgo de la vanguardia proletaria de la revolución india, el glorioso PCI (Maoísta), el pueblo de la India continuará barriendo el imperialismo, el capitalismo burocrático y el semifeudalismo con la Guerra Popular, culminando victoriosamente la Nueva Revolución Democrática, conquistando el poder en todo el país y construyendo el socialismo y, con las Revoluciones Culturales, marchando hacia el comunismo junto con el resto de la humanidad. Esto es el cumplimiento de las Leyes de la Historia, es una expresión de la mismísima Ley del movimiento de la Materia; los traidores pueden decir lo que quieran, es un hecho.

El revisionismo es el principal peligro en el Movimiento Comunista Internacional.

Las posturas revisionistas del disidente Sonu y su camarilla, así como su traición, no son un fenómeno exclusivo de la India; también son una expresión de posturas revisionistas existentes en el Movimiento Islámico de la India (MII), donde existen defensores, tanto abiertos como encubiertos, del disidente Sonu. Por ello, debemos aprender de estos acontecimientos y tomar lo sucedido con la camarilla de traidores de Sonu como una importante advertencia para el MII y un llamado a intensificar la lucha contra el revisionismo y todo oportunismo, en particular contra las tendencias capitularistas y traidoras. Unir fuerzas con el Partido Comunista de la India (Maoísta) implica combatir a los seguidores de Sonu en el MII, eliminando todas las posturas revisionistas y oportunistas que convergen con las suyas.

Quienes propagan la negación del carácter de los Países Oprimidos como países semicoloniales y semifeudales, en los que se desarrolla el capitalismo burocrático, ya sea mediante viejos eslóganes trotskistas sobre los “ países capitalistas dependientes ” o la teoría kautskiana de los “ nuevos países imperialistas ”, son alimentados como perros de presa por sus amos imperialistas con “nuevos datos económicos” que oscurecen, para los aspirantes a “intelectuales” pequeñoburgueses sin fuertes raíces entre las masas, las relaciones de explotación y las relaciones económicas del imperialismo; son, en realidad, agentes de la burguesía. La principal fuerza de la revolución proletaria mundial, en su fase actual de desarrollo, es la Nueva Revolución Democrática liderada por el proletariado a través de sus Partidos Comunistas, y esto es precisamente lo que el revisionismo quiere que perdamos de vista, invocando siempre “nuevas condiciones” y acusaciones de “ultraizquierdismo”.

En el mundo actual, vivimos momentos de aceleración histórica en los que los comunistas de todo el mundo se ven llamados a librar grandes batallas para situarse a la vanguardia de los acontecimientos y desarrollar las fuerzas subjetivas de la revolución. El Presidente Mao nos enseñó que el miedo es contrario a la revolución y que solo quienes no temen ser despedazados derriban al emperador. Sonu, con su miedo a la muerte y su análisis unilateral, representa el espíritu capitular opuesto a la revolución. Por ello, hacemos un llamado a todo el Movimiento Comunista Internacional (MCI) para que aprenda de estas lecciones que el PCI (Maoísta) nos muestra, una vez más, que el revisionismo es el principal peligro en el Movimiento Comunista Internacional y que debemos intensificar la lucha en dos frentes para combatirlo en nuestras filas y promover la necesidad de una entrega total y desinteresada a la revolución.

Es hora de cerrar filas más firmemente que nunca con el PCI (Maoísta).

Es necesario fortalecer y potenciar el apoyo del movimiento revolucionario y antiimperialista internacional a la Guerra Popular en la India. Debemos ser aliados en la derrota de la “Operación Kagar”.

En las últimas dos décadas, el PCI (Maoísta) ha sido una fuente de profunda inspiración para comunistas y revolucionarios de todo el mundo. De hecho, muchos de los revolucionarios proletarios de las nuevas generaciones, que hoy desempeñan un papel decisivo en la lucha por reconstruir el movimiento antiimperialista y revolucionario en numerosos países y contribuyen valiosamente a la reconstitución de los Partidos Comunistas, fueron cautivados por la vanguardia maoísta gracias a la fuerza de la transformación revolucionaria de la realidad a través de la Guerra Popular liderada por el PCI (Maoísta), un proceso similar al que, según el Presidente Mao, los cañones de la Revolución de Octubre llevaron el marxismo-leninismo a China. Tan solo este hecho bastaría para demostrar la importancia de la nueva revolución democrática que se desarrolla en la India para la revolución mundial. Pero, por supuesto, la importancia del desarrollo de la revolución en el país más poblado del mundo es mucho mayor. El peso de las masas decide el resultado final de la guerra contra el imperialismo; nuestro progreso o retroceso en la India, por lo tanto, es decisivo para la relación de fuerzas entre revolución y contrarrevolución en el mundo entero. Como proletarios internacionalistas, tenemos el solemne deber de apoyar incondicionalmente a nuestros camaradas en la India, y debemos seguir haciéndolo con la firme convicción de que lo que está en juego es el ritmo del desarrollo de la revolución mundial.

Debemos redoblar nuestros esfuerzos para desarrollar la campaña internacional en apoyo a la Guerra Popular en la India. No debemos permitir que el nefasto plan del imperialismo, como parte de su estrategia de la LIC, y los reaccionarios indios, con la ayuda de renegados y traidores, siembren confusión y pesimismo para que triunfen. Debemos desenmascarar la guerra psicológica del enemigo elevando la conciencia de nuestras fuerzas y de las masas en general con la verdad del marxismo-leninismo-maoísmo, desarrollando nuestra contraofensiva ideológica y política. Debemos lanzarnos a la batalla en todos los frentes para combatir todos los ataques contra nuestros camaradas indios. Debemos atacar por la espalda al imperialismo y hacer todo lo posible para sabotear sus planes. Debemos unir a todos los que puedan unirse para servir a la derrota de la “Operación Kagar” —y de la estrategia de la LIC en general— para la victoria de la Nueva Revolución Democrática en la India a través de su único camino: la Guerra Popular.

Hacemos un llamado a los Partidos Comunistas y organizaciones revolucionarias, a los antiimperialistas del mundo y a todos aquellos que se oponen a la reacción, para que avancen rápidamente en la construcción del frente antiimperialista, esforzándose por canalizar el creciente sentimiento antiimperialista y la protesta de las masas en una poderosa corriente de acción beligerante, con las Guerras Populares como eje central. Este proceso debe dar un salto cualitativo; lo que hemos hecho hasta ahora no es suficiente. Los marxistas-leninistas-maoístas de cada país deben realizar todos los esfuerzos y ajustes necesarios para desarrollar su actividad en este sentido. Nosotros, la Liga Comunista Internacional, cumpliremos con nuestro papel con aún mayor resolución y determinación.

Camaradas,

Invitamos a todos los partidos y organizaciones comunistas a unirse a este llamamiento, manifestando su adhesión y firma al mismo, con el objetivo de impulsar una campaña unificada del ICM en defensa del PCI (Maoísta) y la Guerra Popular en la India.

¡Viva el Partido Comunista de la India (Maoísta)!

¡Honra a los héroes caídos siguiendo su senda de la Guerra Popular!

¡Abajo la “Operación Kagar”!

¡Viva la guerra popular en la India!

¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!

Liga Comunista Internacional

Octubre de 2025


 

sábado, 21 de junio de 2025

¡VIVA EL 39 ANIVERSARIO DEL DÍA DE LA HEROICIDAD!

¡Proletarios de todos los países y pueblos oprimidos del mundo: uníos!

 ¡Honor y gloria eterna a los combatientes del Partido Comunista del Perú que cayeron en las Luminosas Trincheras de Combate!

El Partido Comunista del Ecuador – Sol Rojo se inclina con puño alzado ante la memoria invicta e imperecedera de los héroes y heroínas que, un 19 de junio de 1986, en los penales de El Frontón, Lurigancho y Callao, dieron su vida en combate como prisioneros de guerra, defendiendo la todopoderosa ideología del proletariado: el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo, en medio de las más cruentas condiciones de represión y masacre desatada por la reacción peruana y el imperialismo.

Aquellos camaradas no fueron víctimas: ¡fueron combatientes del pueblo! Resistieron con dignidad, organización y fuego, levantando en alto las banderas de la Guerra Popular que sacudía las entrañas del viejo Estado terrateniente-burocrático, sirviente del imperialismo, principalmente yanqui. Convirtieron los penales en Luminosas Trincheras de Combate, mostrando al mundo que todo escenario, aún en condiciones difíciles como el presidio, genocidas contraofensivas y recodos, la revolución no se doblega ante los traidores, la reacción y el imperialismo.

El Día de la Heroicidad no es solo conmemoración, es también compromiso. Nos llama a persistir, a aprender del temple de los camaradas caídos, a empuñar la ideología del proletariado y avanzar decididamente en nuestros propios procesos revolucionarios, haciendo, de estos, una acción creadora. Es una fecha que debe encender la memoria y la lucha en cada comunista, en cada combatiente del pueblo.

Hoy, su ejemplo resuena con fuerza en los pueblos que desarrollan guerra popular: India, Filipinas, Turquía y Perú; en la resistencia activa en Gaza, Líbano, Yemen e Irán, que enfrentan con firmeza las agresiones del imperialismo y el sionismo; transformando el dolor en resistencia armada, y la resistencia en ofensiva popular.

Desde Ecuador, los comunistas, obreros, campesinos pobres y revolucionarios organizados bajo la bandera roja con el sol centellante, la hoz y el martillo, expresamos nuestro firme saludo internacionalista al Partido Comunista del Perú, a su dirección y a sus combatientes, y reafirmamos que la sangre derramada tirita firme en el pecho de quienes persistimos en conquistar las alturas; que la Guerra Popular sigue latente, tremolante, que los pueblos del mundo aprenderán, una y mil veces, del ejemplo inmortal de quienes hicieron de la cárcel una trinchera; de la represión un fusil, y de la muerte: ¡la victoria!

 

¡VIVAN LAS LUMINOSAS TRINCHERAS DE COMBATE!

¡HONOR Y GLORIA A LOS MÁRTIRES DEL 19 DE JUNIO!

¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ Y SU HEROICO EJÉRCITO GUERRILLERO POPULAR!

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMIENTO GONZALO!

¡HONOR Y GLORIA ETERNA A LOS MÁRTIRES DE LA LTC!

A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERCIÓN: ¡EL COMUNISMO!

PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR – SOL ROJO


sábado, 7 de junio de 2025

iLos más elevados saludos rojos en honor y gloria al Secretario General del Partido Comunista de India (Maoísta) y a los inmortales héroes!

 


Al Partido Comunista de la India (Maoísta)

Al Movimiento Comunista Internacional

Al Proletario Internacional

A los pueblos del mundo

La Liga Comunista Internacional rinde el más alto homenaj e al Camarada Nambala Keshava Rao, con nombre de guerra Camarada Basavaraj, Secretario General del Partido Comunista de la India (Maoísta), quien dedicó toda su vida al servicio de la Revolución y la entregada al Partido y la Guerra Popular, en su puesto de combate, al frente del PCI (Maoísta), luchando contra un sanguinario cerco de las fuerzas reaccionarias de la India parte de la contrarrevolucionaria y Operación genocida Kagaar. El Camarada Basavaraj cayó combatiendo hasta su último aliento junto con 27 camaradas a quienes extendemos este sentido homenaje.

Extendemos un combativo saludo rojo y comunista al glorioso Partido Comunista de la India (Maoísta), a todo su Comité Central, a sus militantes, combatientes, al heroico Ejército Guerrillero Popular de Liberación (PLGA), a los Comités Populares Revolucionarios en la India y todas las masas que luchan valientemente junto al Partido por la conquista del poder y la Revolución de Nueva Democracia al servicio de la lucha por el Comunismo. La muerte del Camarada Basavaraj es sin duda una dura


pérdida para el Partido, el Proletariado, el pueblo y para el Movimiento Comunista Internacional, pero es cierto que es un hecho que el Partido Comunista de la India (Maoísta) ha demostrado una y otra vez que puede reponerse a duras pérdidas y mantener el rumbo de la Guerra Popular.

La Camarada Basavaraj es un dirigente histórico de este gran Partido que por más de 40 años prestó grandes servicios a la Revolución de Nueva Democracia en la India, incorporándose a las filas de la revolución y del Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista) a principios de los 80, siendo electo para su CC en 1987. La Camarada tuvo un papel destacado en el congreso de unidad del Partido Comunista de la India (Maoísta) en 2004, aportando para construir y defender la unidad de los Comunistas en la India para liderar la Guerra Popular; jugando un papel destacado en la decisión por la construcción de bases guerrilleras y de órganos democráticos de poder popular; desempeñándose en la dirección de la Comisión Militar del Partido desde 2001 donde se destacó como un gran estratega militar que supo orgullosamente ganarse los más profundos odios de los verdugos y enemigos del pueblo. El Camarada Basavaraj asumió firmemente la Secretaría General del Partido en 2018, tomando el liderazgo del Partido en momentos difíciles y sabiéndolo conducir para derrotar a los negros aviones del enemigo de acabar con el Partido Comunista y la Guerra Popular. El Camarada Basavaraj, combatiendo hasta su último aliento riega con su valiosa sangre la cosecha de la revolución de Nueva Democracia en India, se une a los más de 20 miembros del CC del PCI (Maoísta) que han ofrecido sus vidas por la Guerra Popular en la India desde la fundación del Partido unificado en el 2004, y que, junto con todos los héroes inmortales del Proletariado Internacional, pavimenta el camino hacia el dorado Comunismo.

Los medios de prensa reaccionaria se regocijan en la crueldad de la muerte del Camarada Basavaraj y los golpes propinados a la revolución; se apresura desesperadamente el Estado Indio en cantar “victoria” y aclarar como derrotado y acorralado al Partido maoísta como ha hecho ya innumerables veces teniéndose que tragar sus palabras cada vez. Realmente solo muestran su debilidad ante la fuerza inquebrantable del PCI (Maoísta) y ante su incapacidad de derrotar al Partido y la invencible Guerra Popular solo le queda recurrir a masacres, “falsos encuentros”, genocidio, y al total desconocimiento de los llamados “derechos democráticos” que hipócritamente afirman respetar. Pero la historia del mundo y la historia del bravo pueblo de la India nos enseña que toda su violencia reaccionaria no puede extinguir la revolución, y que cada gota de sangre despierta a más hijos de la revolución que con bravura asumen el papel que están llamados a cumplir de tomar los fusiles de los camaradas y combatientes caídos, honrar las revolucionarias tradiciones del grandioso pueblo indio, y nutrir al Partido Comunista de la India (Maoísta) de nuevos cuadros y dirigentes que prosigan el camino. de la Guerra Popular.


El cerco lanzado en abril en las montañas de Karregutta con decenas de millas de soldados solo revela la desesperación del régimen reaccionario de Modi. ¡Los combatientes del Ejército Guerrillero Popular de Liberación, con recursos y armamento limitados, contaron una resistencia épica! Deliraban los reaccionarios que con millas de soldados, armamento pesado y drones no tripulados, podrían estrangular el movimiento revolucionario en la India desplegando este brutal cerco en Chhattisgarh. ¡Esta región es el corazón de la revolución y la tierra natal del pueblo adivasi, que ha sido oprimido durante siglos, expulsado de sus tierras y ha tenido sus identidades borradas! ¡Para beneficio de las empresas mineras imperialistas, los bosques fueron quemados, las aldeas arrasadas y decenas de millas obligadas a migrar! Pero el PLGA (Ejército Guerrillero Popular de Liberación) dirigido por el Partido Comunista de la India (Maoísta) ha resistido este saqueo, ha puesto de rodillas al enemigo con sabotaje , con la movilización de las masas y establecimiento de bases del nuevo poder ha defendido el pueblo. Liderando por décadas la Guerra Popular, profundamente enraizado entre los campesinos pobres y los pueblos adivasi, el PCI (Maoísta) ha elevado la bandera de la Guerra Popular y el marxismo-lenismo-maoísmo como una antorcha encendida por toda la India y por todo el mundo, y se ha convertido en una pesadilla y el principal peligro para el Estado burocrático-latifundista de la India, para los monopolios del imperialismo, y para todos los negros planos del imperialismo y la reacción en la región y en el mundo. ¡Tiemblan de miedo, imperialistas y reaccionarios, porque no han podido, ni podrán, derrotar la invencible Guerra Popular y el todopoderoso marxismo-leninsmo-maoísmo!

Camaradas,

Estamos viviendo un momento de viraje en la Historia, un salto en la crisis de división del imperialismo; la insoportable explotación y opresión despiertan por todo el planeta levantamientos espontáneos de las masas; la crisis económica, política, militar e ideológica de la burguesía toca nuevos máximos y en su tempestuoso vientre se gestan y templan las fuerzas del proletariado y los pueblos oprimidos. Las nuevas fuerzas se aprestan con revivida fuerza al encuentro de aquellos han mantenido en alto la bandera de la revolución, pagando con dolorosas y generosas cuotas de sangre, resistiendo a la sanguinaria Ofensiva Contrarrevolucionaria General del imperialismo, el revisionismo y la reacción, que se ha extendido durante las últimas 3 décadas, ensañándose contra las Guerras Populares bajo el marxismo-leninismo-maoísmo y en contra de los Movimientos de Liberación Nacional. Como, además de las duraderas heroicas Guerras Populares, ha sido sin duda representada y expresada en la Batalla del 7 de Octubre por la lucha armada de Liberación Nacional Palestina, una señal de un punto de viraje en la lucha antiimperialista y un faro de nuevas batallas revolucionarias en que los comunistas hemos sido llamados a tomar la iniciativa.


Todas las contradicciones del imperialismo se agudizan y se expresan a plena luz del día las contradicciones que se han acumulado por décadas de Pax Americana.

El imperialismo yanqui en pugna con las otras potencias imperialistas, Rusia (súper potencia atómica) y China (socialimperialista), que en los últimos años viene a intentar desplazar el blanco prioritario de sus aviones hacia el Indo-Pacífico en su afán de mantener su condición de potencia hegemónica que se encuentra en declive; pero se encuentra empantanado en el Medio Oriente, está atemorizado por la leña seca y el sol ardiente en su propio patio trasero, América Latina, y en su propio estómago, y turbado de pánico ante las Guerras Populares de Filipinas e India en el Indo-Pacífico; las que mil veces declararon extintas pero que se mantienen firmes como dos barreras infranqueables. Y bien sabemos camaradas que cuanto más herida está la bestia, cuanto más arrinconada en sus propias contradicciones, con cuanta más furia atacada y se hace más sanguinaria y cruel. India, un país de más de mil millones de personas, donde el Partido Comunista, basado en la ideología de la clase marxismo-leninismo-maoísmo, lidera una heroica Guerra Popular y goza de un gran prestigio nacional e internacional; todo lo cual representa una enorme amenaza para los negros planes de rapiña y explotación por el imperialismo, especialmente del imperialismo yanqui, quien necesita desesperadamente y por todos los medios posibles socavar la lucha Naxalita para intentar golpear el maoísmo. Es por ello que ahora, a través de su perro de presa, el régimen fascista brahmánico Hindutva de Modi, está arreciando la cobarde campaña de terror contra el pueblo indio. En este contexto, el Partido Comunista de la India (Maoísta) representa una columna de hierro y se enfrenta frontalmente a las fuerzas enemigas en la región donde el imperialismo yanqui busca concentrar su atención, representa el mayor peligro para sus aviones. Es por ello que desplegaron decenas de millas de efectivos para combatir a unas pocas decenas de heroicos combatientes; este es el marco más amplio en el cual se circunscribe la sangrienta operación Kagaar (“Fin” en español) que viene desplegando desde el 2017 el viejo Estado de la India, terrorista y “carcelero del pueblo y de las naciones”, que ante el fracaso de la “Operación Cacería Verde” busca aumentar el genocidio persiguiendo despejar el terreno para permitir la más brutal explotación del pueblo indio, para mantener encadenado al poder feudal, al capitalismo burocrático y entregar la Nación al imperialismo para que sirva servilmente en la contienda ínter- imperialista por la rapiña del mundo.

El enemigo creía que sería suficiente para cercar al PCI (Maoísta). Se han engañado una y mil veces, pues son los imperialistas y los reaccionarios que están verdaderamente cercados por las masas de pueblo y del proletariado internacional que juramos vengar su sangre con más guerra popular. ¡Hoy, la Camarada Basavaraj es un nuevo eslabón en esta gloriosa cadena de destacados dirigentes del proletariado internacional que entregarán su vida en defensa del marxismo-leninismo-maoísmo y la Guerra Popular! Si el enemigo cree que lo ha destruido, está equivocado. ¡Su


nombre ahora vive en el corazón de cada revolucionario, en el rifle de cada guerrillero, en la furia de cada campesino!

Al entregar su vida de manera generosa, la Camarada Basavaraj, lanzó un poderoso llamado al combate a todos los comunistas y antiimperialistas. ¡Osar luchar, Osar vencer! La reacción en India y el imperialismo se cebaron con el asesinato de Camarada Basavaraj y ahora buscan sacar los mayores réditos posibles llamando a la capitulación ya la liquidación y pregonan “Combatir es perecer, no hacerlo es sobrevivir”, quieren intimidar al pueblo para que le deje perpetuar libremente sus crímenes, cosa que nunca ocurrirá pues va en contra de la lógica del pueblo y en contra de la historia. La muerte en combate de los camaradas inmortalizados nos llenan del más profundo odio de clase contra aquellos los traidores, capituladores, liquidacionistas, oportunistas; que ya sea mediante el más rastrero soplonaje o el más despreciable y empodrecido discurso tratan de desviar al pueblo de su camino: la Guerra Popular Prolongada bajo la guía del marxismo-leninismo-maoísmo.

Recordemos y aprendamos de las palabras de Camarada Basavaraj:

No es posible derrotar la ofensiva multifacética a nivel nncionnf del enemigo sin librar unn lucha decidida contra el enemigo go con la suprema con/nnzn de que la ideología y la política revolucionaria proletaria, nuestra línea político-militar y la finen de la Guerra Popular Prolongada son el único cnmino para la liberación del pueblo y la victoria de la Revolución de Nueva Democracia(...) £s unn verdad histórica que la victoria pertenece al lado que lucha con coraje y valentía. (..) se ha demostrado repetidamente en nuestra Guerra Popular que es muy necesario luchar con coraje, valentía y voluntad de sacrificio para defender nuestro partido, el PLGA y los órganos del poder político popular de los ataques enemigos, para ganar nuevas victorias, avanzar a grandes pasos e infligir más pérdidas al enemigo . Por lo tanto , nuestra ofensiva contra el enemigo siempre debe estar ffenn de odio de clase, intrepidez y determinación. Debemos darnos cuenta de que no es posible alcanzar nuestra meta política y cumplir con el interés del pueblo sin sacrificios y estar en la vanguardia para luchar valientemente. contra las fuerzas enemigas

¡ Apoyémonos en el desarrollo del EGLP ! ¡ Superemos el ...     

¡Defectos! ¡ Enfrentemos los desafíos !

Camarada Basavaraj 2014

Nuestras banderas rojas se inclinan para rendir alto homenaje a Camarada Basavaraj y nuestra sangre hierve con sed de venganza, elevamos nuestro compromiso a luchar hasta nuestro último aliento siguiendo el camino que los héroes de la clase nos trazan, aleccionados por sus ideales proletarios, en el espíritu del marxismo-leninismo-maoísmo, de la lucha armada para la victoria de las revoluciones de Nueva Democracia y Socialistas.


Llamamiento especial y urgente

La Liga Comunista Internacional hace un llamado a todos los Partidos y Organizaciones marxistas-leninistas-maoístas, a todas las organizaciones democráticas y antiimperialistas a desarrollar una campaña urgente y extraordinaria en memoria de Camarada Basavaraj, en defensa del Partido Comunista de India (Maoísta) y la Guerra Popular en la India y en contra de la guerra contra el pueblo adelantada con la operación Kagaar. Esta campaña debe comenzar cuanto antes y extenderse hasta la semana de los Mártires de la Revolución en la India en Septiembre.

Debemos poner en juego el máximo de ímpetu y osadía, desarrollar acciones combativas, elevar en cantidad y calidad las acciones de apoyo al Partido y la Guerra Popular.

Realizar todo tipo de acciones de denuncia ante la guerra contra el pueblo, despertar la conciencia de todo el pueblo revolucionario y progresista para oponerse a la operación Kagaar, oponerse al genocidio, a los “falsos encuentros”, a las ejecuciones extrajudiciales, a la violación fragante de los derechos del campesinado, de las comunidades adivasi y demás minorías nacionales, y en defensa de los prisioneros políticos.

Realizar sesiones de homenaje a Camarada Basavaraj, entre militantes activistas y masas de todos los países y estudiar su trayectoria y obra política y teórica. La LCI preparará en las próximas semanas material dedicado la vida del Camarada Basavaraj para estudio y formación en el MCI.

La Liga Comunista Internacional convoca a todo el MCI a redoblar esfuerzos en la coordinación de acciones, campañas, actividades, reuniones, etc., en una amplia campaña memorial por la Camarada Basavaraj, apoyo a la Guerra Popular en la India y al Partido Comunista de la India (Maoísta) y en contra de la guerra contra el pueblo.

¡MUERTE AL REACCIONARIO ESTADO INDIO Y SUS GENOCIDAS FUERZAS MILITARES Y PARAMILITARES!

¡SOLO QUIEN NO TEME MORIR CORTADO EN MIL PEDAZOS, SE ATREVE A

¡DESMONTAR AL EMPERADOR!

¡HONOR Y GLORIA ETERNA AL CAMARADA BASAVARAJ !¡ EL CAMARADA BASAVARAJ ES INMORTAL!

¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)!

¡LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA TRIUNFARÁ INEVITABLEMENTE!

Liga Comunista Internacional

Mayo de 2025