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viernes, 27 de diciembre de 2019

Declaración de la Revista El Maoísta con Ocasión del 126° Aniversario del Nacimiento del Presidente Mao: ENARBOLAR LA ROJA INDESTRUCTIBLE BANDERA DEL MAOÍSMO


Proletarios de todos los países, uníos!

ENARBOLAR LA ROJA INDESTRUCTIBLE BANDERA DEL MAOÍSMO

Con Ocasión del 126º Aniversario del Nacimiento del Presidente Mao Zedong el 26 de Diciembre.


Lo que parecía estar muy lejos hace unas décadas, está claro hoy: el marxismo-leninismo-maoísmo avanza con fuerza para ser reconocido e imponerse entre los comunistas en el mundo. Este camino fue abierto por el presidente Gonzalo, quien  dirige esta lucha, porque fue él quien definió el maoísmo como la nueva, tercera y más alta etapa del marxismo, excelentemente sistematizada y resumida en el I Congreso del Partido del Partido Comunista del Perú (PCP), hace treinta anos.

La confirmación diaria del reconocimiento de la validez universal del marxismo-leninismo-maoísmo y la guerra popular se puede encontrar en las guerras populares en Perú, India, Turquía y Filipinas como eje estratégico de la revolución proletaria mundial, también. como lo encarnan los comunistas, que luchan por la reconstitución o constitución de sus partidos comunistas en cada país del mundo.


Que el maoísmo avanza poderosamente para imponerse y alcanzar su reconocimiento, se refleja en particular en el hecho de que la izquierda dentro del Movimiento Comunista Internacional está trabajando por la reunificación de los comunistas a escala mundial, en la forja de una nueva organización internacional del proletariado. Hoy la línea de batalla principal ya no es solo si se reconoce y prevalece el maoísmo, sino que se trata principalmente de como se lo comprende. Por eso vemos surgir un nuevo viento revisionista. Ya no están solo aquellos que luchan abiertamente contra el maoísmo y lo rechazan, porque ya están dejados de lado por la historia y la lucha de clases, incluso si se rehúsan a creerlo, sino aquellos que combaten el maoísmo y al presidente Gonzalo revistiéndose domo tales. Vemos a quienes recurren al término maoísmo, pero combaten con euforia al presidente Gonzalo y, al mismo tiempo, no pueden presentar otra formulación sistematizada del maoísmo, porque lo que éstos llaman maoísmo es solo una aglomeración de frases eclécticas. Al mismo tiempo, hay quienes usan las definiciones del presidente Gonzalo en palabras, pero solo para negociar a favor de sus propias posiciones, que aprovechan el prestigio y el papel heroico del Partido Comunista del Perú para ellos y quieren extender su comprensión ecléctica de la ideología proletaria al trabajo del presidente Gonzalo. Todos estos fracasarán, porque las fuerzas que trabajan por la reunificación de los comunistas dentro de una Conferencia Maoísta Internacional Unificada, avanzan en la lucha y la unidad, decisivamente y a paso firme.

El imponer el maoísmo, que se profundiza en la lucha por su comprensión, las fuerzas rojas del Movimiento Comunista Internacional tienen en sus manos el arma crucial, que les fue puesta en sus manos por el Presidente Gonzalo y el I Congreso del Partido Comunista del Perú: El documento "Sobre el marxismo-leninismo-maoísmo". Nunca podemos prescindir de este documento, porque eso significaría ponerse fuera de la etapa actual de la presente época, lo que significaría no ser capaz de asumir las grandes nuevas tareas y nuevos objetivos, que los comunistas se enfrentan a escala mundial. Por lo tanto, tomemos este documento como punto de partida firme, profundicemos y agudicemos cada vez más nuestra comprensión del maoísmo en función de esta contribución de validez universal para transformar el mundo con guerra popular. De esa manera podremos dar saltos en la lucha por la reconstitución o constitución de los partidos comunistas, en la lucha por la Conferencia Internacional Maoísta Unificada, en la lucha por la Revolución Proletaria Mundial. Enarbolando este documento, apliquémoslo y consideremos con esa comprensiçon el papel histórico del gran Presidente y maestro, Mao Zedong.

Nacido el 26 de diciembre de 1893, Mao Zedong ya experimentó desde la primera infancia las preocupaciones y las necesidades de las masas, participó en sus luchas y se preocupó activamente por ellas. Eso hizo posible que después el presidente Mao Zedong experimentara en la lucha la transición a la etapa superior y última del capitalismo, el sistema mundial del imperialismo y, por lo tanto, pudo desarrollar una comprensión profunda de ello. En medio de la Gran Revolución Cultural Proletaria, se declaró que el Partido Comunista de China pudo convertirse en la vanguardia de la revolución china, porque se ha forjado en caminos sinuosos, entre grandes luchas. Por lo tanto, se volvió correcto y rojo. Nada más se aplica a su gran timonel, el presidente Mao Zedong. Su camino también está siendo moldeado sin pausa en la lucha, un hecho por el cual fue acusado una y otra vez por los revisionistas y socialimperialistas, volviéndose locos por la furia y el odio contra él. No entendieron que lo acusaron de algo, por cuya razón fue amado por el proletariado y los pueblos del mundo: que fue formado y forjado como revolucionario proletario, como comunista dentro de sus propios combates de las masas, dentro de sus luchas. Sus problemas no les eran desconocidos, sus luchas no eran incomprensibles para el presidente Mao. Fue cristalizado por las grandes luchas del pueblo chino, por la Gran Revolución Socialista de Octubre, por las legiones del proletariado mundial en lucha, por la Internacional Comunista y la lucha contra el revisionismo y el socialimperialismo. Con el hecho de que el nombre del presidente Mao está relacionado con los acontecimientos históricos de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917, la victoria de la revolución de nueva democracia y la guerra popular en China en 1949 y el inicio de la Gran Revolución Cultural Proletaria en 1966, donde dos de esos hitos de la historia humana fueron dirigidos por él personalmente como su Jefatura, vemos claramente que es el presidente Mao, quien no solo experimentó el nacimiento y el desarrollo del imperialismo dentro de la lucha, sino también la época de su declive, su derrota final, que se caracteriza por nuevas oleadas de la revolución proletaria mundial, así    como por el surgimiento del revisionismo moderno, por el socialimperialismo de un nuevo tipo y por el surgimiento y el declive del imperialismo estadounidense, el principal enemigo de los pueblos en el mundo.

Fue el presidente Mao, quien desarrolló la ideología del proletariado en sus tres partes integrantes y con ello llevó a dar salto a una nueva etapa a la concepción del mundo de la clase elevándola a una tercera, nueva y superior etapa. En la filosofía, el presidente Mao en general desarrolló aún más la ley fundamental de la dialéctica, la ley de la contradicción. Hizo este trabajo con tal profundidad que determinó fundamentalmente todos sus otros desarrollos posteriores, lo que fue demostrado por el desarrollo ulterior. Pero en particular fue su gran mérito, que llevó la filosofía marxista a las masas. Al respecto, el gran presidente Mao Zedong nos enseña dos aspectos fundamentales: en primer lugar, que el paso del conocimiento a la práctica es el salto más importante en el desarrollo dialéctico; en segundo lugar, las masas son la fuerza motriz en el desarrollo de la historia mundial. Por lo tanto, hizo que la filosofía se convirtiera en un arma afilada en manos de las masas, de una manera que nadie lo había hecho antes. El Presidente Mao personalmente nos da la directriz de conectar nuestro conocimiento con las masas, de lo contrario fracasaremos. Con respecto a la cuestión de la economía política, aún si solo tuviéramos en cuenta su contribución del capitalismo burocrático en este campo ya mostraría claramente porque el maoísmo es el marxismo-leninismo de hoy. Las raíces del capitalismo burocrático se remontan al comienzo temprano del imperialismo, pero hoy vemos claramente que el capitalismo burocrático ya no es un efecto secundario del colonialismo y el semicolonialismo, sino que alcanzó un gran peso. ¿Cómo se puede entender el mundo de hoy, cómo se puede hacer la nueva revolución democrática sin una comprensión clara del capitalismo burocrático, cómo nos la dio el presidente Mao? Eso sería simplemente imposible. La crítica del gran presidente Mao a la construcción socialista en la Unión Soviética y las enseñanzas concluyentes y los desarrollos posteriores son hoy de importancia principal, por lo tanto, mundial. No solo es importante para los comunistas en los países oprimidos por el imperialismo, incluso si es más obvio allí, sino también en los países imperialistas. Porque cada partido comunista en el mundo tiene que reconstruir el país después de la conquista del poder político a través de la guerra popular prolongada, porque mucho será destruido por la intervención, el sabotaje y el bloqueo imperialista. Los comunistas captan la construcción de lo nuevo como el principal eslabón de la cadena, también dentro de la guerra revolucionaria. Por lo tanto, necesita una comprensión correcta de los desarrollos del presidente Mao en la economía política, en primer lugar para construir lo nuevo ya durante la revolución con la guerra popular actuante; en segundo lugar para poder crear las condiciones para el socialismo en todo el país después de la conquista del poder político y construir socialismo. Si no entendemos estas contribuciones, o solo de manera deficiente, nos estamos perdiendo una parte importante en la comprensión de la construcción del nuevo Poder, por lo que nos condenaríamos al fracaso.

El socialismo científico fue enriquecido esencialmente por el presidente Mao en tantos aspectos, que es imposible destacar toda esta contribución en este pronunciamiento. En primer lugar, queremos concentrarnos en la cuestión de la guerra popular, como está establecido en el documento "Sobre el marxismo-leninismo-maoísmo", formulado por el presidente Gonzalo. El gran timonel, el presidente Mao Zedong, estableció la guerra popular como ley general de la revolución y la desarrolló como la teoría militar del proletariado. Para la aplicación en China, insistió y desarrolló como el camino de cercar las ciudades desde el campo. Los comunistas rechazan firmemente como una mentira y una distorsión de los hechos, cuando los oportunistas y revisionistas de hoy distorsionan estos hechos históricos y quieren presentar el camino de cercar las ciudades desde el campo como parte universal de la guerra popular, esto es, también para los países imperialistas. Es muy claro, como también se capta en el I Congreso del Partido: "Sin embargo, finalmente también hay que verlo, que la Revolución de Octubre no fue solo una insurrección, sino una guerra revolucionaria, que duró varios años(¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo! En: Base de la Unidad del Partido Comunista del Perú) Estos oportunistas y revisionistas siguen con confusiones de este tipo con el propósito de atacar la validez universal de la guerra popular prolongada, como una guerra basada en las masas dirigida por el proletariado a través de su Partido Comunista. Sin embargo, también con ese ataque al maoísmo y las contribuciones de validez universal del presidente Gonzalo fracasaron, como sucedió con todos sus ataques anteriores. Mientras que la ley universal de la violencia revolucionaria debe ser defendida, mantenida en alto y aplicada, lo que debe señalarse consistentemente, si hablamos de la ideología todopoderosa del marxismo-leninismo-maoísmo, todopoderosa porque es verdadera, esta ley se expresa a través de la guerra popular, que llevará en todos los países del mundo, independientemente del tipo de sociedad, a tomar el Poder a través del proletariado, ya sea que la revolución tome un carácter de nueva democracia o directamente socialista. El principal tipo de revolución hoy es la revolución democrática, porque al exponer la cuestión de la nueva democracia por el gran presidente Mao, no solo definió un tercer tipo de Estado, sino también una comprensión de cómo las naciones oprimidas como parte del proletariado. La revolución mundial se libera y marcha firmemente hacia el socialismo. El Presidente Mao solucionó el problema del paso ininterrumpido e inmediato de la revolución democrática a la revolución socialista. La cuestión del Poder político, conquistada a través de la guerra popular, es fundamental en el maoísmo. Para desarrollarnos de acuerdo con este entendimiento y aplicarlo, se necesita un ejército, porque el presidente Mao enseña que, sin un ejército, el pueblo no tendrá nada. Pero el ejército está dirigido por el Partido Comunista. Sin el partido el Poder no puede ser conquistado para el proletariado. El Partido Comunista, que es un partido marxista-leninista-maoísta, el cual se desarrolla, avanza y concreta en medio de la lucha de dos líneas contra las líneas no proletarias, teniedo al revisionismo como peligro principal, con lo cual sirve al establecimiento y dirección de la dictadura del proletariado, estableciendo que el partido manda al fusil. Nosotros tenemos que insistir y debe ser bien claro. Que nosotros avanzamos en unidad-lucha-unidad. Eso determina que la ideología y la cuestión de la línea política debe ser el comando. Si este no fuere el caso, eso llevaría a desviaciones y errores de “izquierda” y derecha. Junto al partido y el ejército, la tercera varita mágica universal es el frente. Dentro del frente, el proletariado está en alianza con otras clases y partes del pueblo, su manejo tiene que permitir que el proletariado ejerza la hegemonía. De acuerdo al maoísmo, el proletariado debe dirigir el frente de acuerdo con su carácter concreto y sus tareas específicas y rechaza todas las posiciones, que predican como el revisionista Tito para desarrollar "todo a través del frente". Nos adherimos,a que también en la alianza donde el proletariado establece su hegemonía, el proletariado debe preservar su independencia. El Partido Comunista, el Ejército y el Frente son los tres instrumentos o varitas mágicas de la revolución. Hay una interrelación clara entre ellos, y el presidentes Mao Zedong desarrolló la teoría del partido de nuevo tipo, desarrolló la teoría sobre la milicia y formuló la enseñanza universalmente válida de la guerra popular y estableció muy claramente cómo debemos manejar el frente. Sería un error mezclar estas tres varitas mágicas u olvidar que tenemos que construirlas concéntricamente, tomando al partido militarizado como eje y dirección de toda la construcción. Solo así podremos conquistar a las masas, organizarlas e incorporarlas a la guerra popular!

El presidente Mao Zedong reafirmó la ley de que la principal contradicción dentro de la sociedad socialista es entre la burguesía y el proletariado y expuso este hecho con una comprensión sistemática y profunda, como nadie lo hizo antes. El presidente Mao Zedong eseña a los comunistas que esta contradicción es reflejo de la ley fundamental de la dialéctica dentro del socialismo, hasta que lleguemos al siempre dorado comunismo, y con eso la cuestión de "¿Quién vencerá a quién?" No se decidirá sino hasta el comunismo. Con eso queda claro, qué salto fue logrado por el presidente Mao Zedong, cuando planeó, inició y dirigió en respuesta la Gran Revolución Cultural Proletaria, con la que creó un tercer tipo universal de revolución, que sirve para consolidar la dictadura de el proletariado, por lo que necesitará necesariamente varias de esas revoluciones culturales proletarias hasta el comunismo, como culminación indispensable de la lucha de clases para avanzar hacia nuestra meta: el comunismo. Con eso se formuló la teoría universal de la continuación de la revolución en el curso de la dictadura del proletariado. El presidente Gonzalo al respecto nos da una comprensión profunda y sistemática, lo que lleva a un rechazo total de las concepciones y "teorías" sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria, como fueron representados por los enemigos del marxismo-leninismo-maoísmo, como las fuerzas revolucionaristas y pequeñoburguesas de los 70, o por los avakianistas.Tengase en cuenta el salto, que los desarrollos y las contribuciones del camarada Mao Zedong al marxismo-leninismo son significativos, lo que llevó a la ideología proletaria a una nueva etapa, al marxismo-leninismo-maoísmo. Esto lo convierte en el quinto clásico después de Marx, Engels, Lenin y Stalin. El gran maestro y presidente fue forjado no solo como un producto cristalizado de la Revolución Mundial Proletaria y totalmente a su servicio, sino también como su Jefe y primer timonel más importante. Toda su vida estuvo dedicada a la Revolución Mundial Proletaria, lo que debemos entender como unidad en un desarrollo desigual. Como todas las victorias del pueblo chino se obtuvieron bajo la Jefatura del Presidente Mao, el Presidente evaluó "la praxis revolucionaria del Movimiento Comunista Internacional, estableció una serie completa de tesis científicas, enriqueció el tesoro de la teoría marxista y señaló el camino de la lucha para los pueblos chinos y los pueblos revolucionarios de todo el mundo. Con gran audacia y la previsión de un revolucionario proletario, inició dentro del Movimiento Comunista Internacional la gran lucha de crítica al revisionismo moderno con la camarilla soviético revisionista de renegados como su centro, avanzó el desarrollo contundente de la revolución mundial proletaria y la lucha de todos pueblos contra el imperialismo y el hegemonismo impulsando el avance de la historia de la humanidad ". (" Gloria eterna al presidente Mao Tsetung, el gran dirigente y maestro ", Beijing, septiembre de 1976)

¡El mayor marxista-leninista-maoísta sobre la faz de la Tierra es hoy el presidente Gonzalo! Condujo al Partido Comunista del Perú a su reconstitución, planeó, inició y dirige la guerra popular y dirigió el Iº Congreso del Partido en medio de la guerra popular, que le dio al Partido su base de unidad partidaria (BUP). De este modo, el presidente Gonzalo dotó a los comunistas el arma en sus manos para comprender su ideología, para poder mantener en alto, defender y aplicar el maoísmo para transformar el mundo con guerra popular. Con eso presidente, Gonzalo enseñó a los comunistas del mundo, a reconocerse y comprender quiénes son: ¡marxistas-leninistas-maoístas, principalmente maoístas! Llenos de esperanza, los ojos de los comunistas del mundo están ahora y hoy en día en aquellos camaradas que aplican, concretan y desarrollan estas enseñanzas en sus países, que asumen con decisión este camino rojo y promueven la jefatura.

Llenos de confianza, los comunistas del mundo miran a esos partidos, que logran saltos en su reconstitución y nunca nos cansamos de destacar, que estas contribuciones enriquecen el maoísmo, lo dejan brillar aún más y contribuyen a su enriquesimiento, siendo la tendencia histórica irresistible.


¡Viva el 70 aniversario de la victoria de la Revolución China!
¡Viva el gran maestro gran jefe Presidente Mao Zedong!
¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo!

Redacción de "El Maoista", Diciembre 2019

jueves, 19 de diciembre de 2019

¡CAMARADA RAMANNA, EN EL CORAZÓN Y LUCHAS DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO!


El prematuro fallecimiento del camarada Ramanna, miembro del Comité Central del Partido Comunista de la India (maoísta) ha causado gran pesar no sólo en filas de los comunistas y pueblo oprimido de la India, sino en el proletariado internacional y pueblos oprimidos del mundo.

El proletariado y pueblo del Ecuador extiende su más profunda solidaridad de clase a los camaradas del PCI (maoísta). No dudamos que se trate de un duro golpe para la revolución que adelantan los comunistas en la India, no obstante, la huella está sembrada, el trazo, la ruta y su ejemplo están establecidos y sellados con sangre y  corresponde a los comunistas del mundo dar continuidad a la gran tarea por conquistar el sol rojo de la liberación: ¡el comunismo!

El camarada Ramanna se suma a ese gran destacamento de comunistas que viven en el corazón y luchas de los pueblos del mundo.

¡HONOR Y GLORIA PARA EL CAMARADA RAMANNA!

¡CAMARADA ROMANNA, EN EL CORAZÓN Y LUCHAS DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO!

¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA!

¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN EL PERÚ, TURQUÍA Y FILIPINAS!

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!

domingo, 1 de diciembre de 2019

OPONER VIOLENCIA REVOLUCIONARIA A LA VIOLENCIA REACCIONARIA



“El enemigo ataca, nosotros nos retiramos; el enemigo se acerca, nos dispersamos; el enemigo descansa, nosotros lo hostigamos; el enemigo se retira, nosotros le perseguimos”
P. Mao

Que el odio de clase se fortalezca con cada estudiante, obrero o campesino muerto.
Que el odio de clase crezca tanto como la fuerza ideológica que nos mueve, de esa manera no habrá forma de detenernos en esa dura e irrenunciable brega por enterrar el viejo orden burgués-terrateniente

Ya el presidente Mao señalaba que: “según la teoría marxista del Estado, el ejército es el principal componente del Poder estatal. Quien quiera tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército”. Pero no sólo eso, sino que advertía de que “sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo”.

Es decir, tener un ejército es una necesidad insoslayable ya que se constituye en la columna vertebral en la que se sostiene el Poder estatal.

Cuánto fundamento y contundencia tienen estas citas del presidente Mao, sin embargo, en una sociedad de clases, no sólo el proletariado y sus aliados piensan de esta manera. El imperialismo, la gran burguesía, los grandes terratenientes también tienen claro de esta necesidad, contar con un ejército que le permita detentar el Poder; consiguientemente el papel de ese ejército está sujeto de la clase a la que pertenece y representa; a qué dictadura responde y está dispuesto a defender.

En una sociedad como las nuestras (tercer mundo), semifeduales y semicoloniales, no puede haber un ejército que represente al pueblo. No porque sus componentes, los elementos de tropa sean de origen o extracción campesina, obrero/popular quiere decir que es un ejército del pueblo y por lo tanto eventualmente podrá lanzarse a defender los intereses de éste.

Este punto es de suma importancia comprenderlo de una vez por todas.

En la rebelión de octubre en el Ecuador; en las luchas que viene emprendiendo las masas chilenas en contra del gobierno de Piñera: las confrontaciones que se desarrollan en Bolivia, Colombia, de manera recurrente se escuchan los llamados que hacen los dirigentes populares, sindicales, campesinos a los militares para que se incorporen a las luchas del pueblo, que redireccionen sus armas en contra del gobierno.

La respuesta a este pedido ha sido clara. Militares y policías riéndose satíricamente de la manera cómo causan daños físicos irreparables en sus víctimas. Soldados y militares de origen popular, campesino e indígena, riéndose mientras disparan a las masas. De hecho, ahora, siguiendo al pie de la letra la doctrina sionista de represión a manifestantes, de manera deliberada disparan las granadas de gas o la munición de goma a la cara de los manifestantes. Hoy más que nunca, entre manifestantes ecuatorianos, chilenos, bolivianos y colombianos  ya son más de 200 las personas mutiladas, afectadas con la perdida de uno de sus ojos; más de 3000 heridos con munición de bajo calibre y cerca de 120 muertos con munición de guerra. 

Eventualmente se han presentado casos en los cuales los militares se han volcado para respaldar ciertas reivindicaciones y luchas de las masas, pero de ninguna manera esto puede confundirnos y generar cierta expectativa de que las FFAA puedan cumplir un rol que los aleje de su esencia como guardianes del viejo poder burgués-terrateniente;  si lo han hecho, ha sido porque con fino cálculo se han ideo alineado con posiciones que los pueda colocar en la presidencia o en un puesto privilegiado en el nuevo gobierno. En el país lo hemos palpado, son generalmente militares o policías de rangos medios, capitanes, mayores y a lo sumo, coroneles, sucedió con Vargas Pazos, quién tuvo el apoyo de toda la izquierda electorera ecuatoriana, inclusive de organizaciones pequeño burguesas que planteaban la lucha armada como AVC y Montoneras Patria Libre; Lucio Gutiérrez, a quién el movimiento indígena (Conaie) después de una gran jornada que también le costó al pueblo poner su cuota de sangre, le entregó las riendas para que se convierta en presidente del país.

Los hechos objetivos nos remiten mucha evidencia de cómo los miembros de las FFAA y de la policía se han ensañado de la manera más abyecta en contra del pueblo. De hecho, no hay mayor diferencia en el formato represivo que ha utilizado el estado (en Ecuador, Chile, Bolivia y Colombia) en contra de las masas. Violencia extrema, tortura, asesinato, humillación, burla, sevicia ha sido el denominador común. Y han sido precisamente hijos de campesinos pobres, o de obreros, quienes han tirado el gatillo en contra de las masas luchadoras.

Y sin temor a la crítica debemos manifestar que sí, que es entendible que los aparatos represivos se muestren o actúen de esa manera. Es comprensible que torturen, que repriman al pueblo, que lo asesinen, al final, defienden al viejo estado, defienden al imperialismo y sería propio de ingenuos, de bribones o de oportunistas pensar que pueda ser de otra manera. Las FFAA devienen en pragmáticas, hacen lo que tienen que hacer para poder neutralizar a la “subversión”, a los “terroristas aliados al narcotráfico”, a los “vándalos”. Ellos, los aparatos represivos del estado están ahí para eso, para defender a quienes detentan el Poder, y si las condiciones lo requieren serán cruentos una y mil veces, porque tienen claro que el Poder sea defiende de esa manera. Ya lo dicen en sus documentos o en sus procesos de formación marcial: “el único guerrillero bueno es el guerrillero muerto”, y para ellos, la reacción, guerrillero es todo aquel que se opone desde distintas trincheras al viejo Estado.

De no ser así deberíamos preguntarnos, ¿si el proletariado tendría el Poder en sus manos no tendría que utilizar también la violencia para neutralizar como corresponde a quienes quieran arrebatarnos el Poder?, ¡desde luego! Lenin, Stalin, el presidente Mao, el presidente Gonzalo saben que el Poder se defiende con dictadura, y que esa defensa no se hace con guante blanco sino, preponderantemente, con la firmeza y contundencia de las armas.

No podemos levantar cánticos pacifistas y amigables para pretender ganarnos “la buena voluntad” de la policía y de las FFAA. No podemos llamarlos a que plieguen a las luchas del pueblo porque estructuralmente no lo van a hacer, no lo pueden hacer, no lo deben hacer.

Ellos, la represión, las FFAA, la policía hace lo que tiene que hacer. El problema pasa porque nosotros no hacemos lo que debemos hacer: tener nuestro propio ejército popular que se contraponga a ese aparato armado que siempre, siempre está dispuesto a verter sangre por defender a la dictadura burgués-terrateniente aun yéndose en contra de sus orígenes o extracción de clase. Así ha sido antes, hoy, así lo será en el futuro.

Las últimas manifestaciones en los países de América del Sur dan cuenta de 120 muertos en filas del pueblo; ni una sola baja de parte del enemigo. Nosotros contamos nuestros muertos, heridos, torturados, mutilados, encarcelados, perseguidos, da la idea, remitiéndonos a los resultados objetivos de la lucha, que las victorias populares han sido pírricas en estas últimas jornadas, que es más lo que hemos entregado en costos de vidas humanas de lo que en verdad hemos ganado, al  final del camino, quienes se han fortalecido en sus esquivos propósitos han sido los oportunistas que ya tienen agendas electorales propias utilizando a nuestros mártires y demás víctimas de la represión.

En enemigo no cuenta muertos, quizá muchos heridos. Pero no porque nosotros contemos nuestras víctimas, enaltezcamos nuestros mártires quiere decir que podremos equilibrar la correlación de fuerzas en términos militares, pero hay que reconocerlo: ¡algo está mal aquí!
¿Qué debemos hacer?, Tener un ejército popular con correcta dirección ideológica. Lanzarlo a combatir y a destruir al ejército burgués, es lo que debemos hacer. ¿Queremos armas?, pues vamos a recuperarlas de sus manos. Queremos recursos bélicos, pues vamos a asaltar sus cuarteles. Hombres los tenemos, son las masas, los campesinos pobres, los obreros pobres, ellos son la fuerza que nos permitirá infringir una definitiva derrota a nuestros enemigos.

Los oportunistas rabiosos dicen: “No hemos sido preparados militarmente para combatir a la represión en ese plano”. Se olvidan o no quieren mirar el devenir histórico. La experiencia del proletariado internacional es rica en escuela, en línea militar. El presiente Mao elaboró la línea militar del proletariado, la guerra popular, ahí lo tenemos todo.

También tenemos la experiencia del proletariado internacional en el Perú, Filipinas, Turquía, la India; en las experiencias armadas en Brasil, Bolivia, Colombia y aquí en el país; es decir, hay que sistematizar y entender que, en el curso de la guerra, con ideología correcta, sabremos sacar lecciones e incorporar las luchas del proletariado internacional a nuestra experiencia en particular, a nuestra realidad en concreto.

Hay que ver y entender que los militares y la policía son la forma cómo se expresa de manera armada, represiva la dictadura los grandes burgueses y terratenientes. Basta ya de convocarlos, pretender sensibilizarlos y pensar que obren de “buena voluntad”. El único militar bueno es el que se deserta de su unidad y se viene a las filas del pueblo con todo su armamento. Ya lo acaban de demostrar tres militares en Colombia; denuncian a sus mandos, pliegan a las luchas del pueblo. Claro, el costo es alto, uno de ellos decidió inmolarse; otro: desaparecido y el restante enjuiciado y preso. Por fuera de eso no hay sino asesinos y verdugos del pueblo.

La experiencia nos dice mucho. En las luchas populares que se han desatado en Latinoamérica se ha evidenciado cómo y en qué condiciones han operado los militares: miserables, violentos, cruentos, manipuladores (se cobijan en las sotanas de la iglesia católica), es decir, prestos en defensa del viejo Estado y sus instituciones. Y no hartos con el reguero de sangre y dolor que han dejado en su orgía represiva, quieren más, se sienten humillados por que sí, también nos dimos modos de humillarlos, entonces quieren venganza porque no nos quieren dejar con victoria alguna en las manos. Hace pocos días el comandante del Ejército ecuatoriano solicitaba al régimen y a la Asamblea Nacional que “les den garantías para luchar en contra de los violentos”. Es decir, quieren patente de corso para matar, torturar, perseguir.

 ¿Debemos dejarnos intimidar?,

 ¿Debemos mostrar la otra mejilla? ¡Imposible!.

En Bolivia los militares jugaron un papel dirimente en las contradicciones inter burguesas (burguesía compradora y burguesía burocrática), ahora, serviles a la burguesía compradora reprimen a un pueblo golpeado, desencantado, que lucha y vierte sangre por alinearse a uno de los bandos burgueses, ajenos totalmente a sus verdaderos intereses.

En todos estos países están los pequeños burgueses, los “pacifistas” que claman no arrastrar a las masas a la violencia a la “no confrontación entre hermanos”, “los militares también son pueblo”; discurso trillado y miserable que desatiende la conformación de la sociedad en clases y la permanente y antagónica lucha que existe entre estas. Es precisamente la pequeña burguesía la que deviene en perros guardianes de la vieja democracia burguesa convocando a marchar como corderos, desarmar al pueblo, porque de esa manera no sólo le arrebatan sus herramientas de lucha popular violenta, sino que también los desmovilizan ideológicamente.
Lenin y el presidente Mao entendieron muy bien el rol que cumple la guerra cuando es expuesta como lucha de clases. Citan a Clausewitz y su brillante reflexión al respecto:
Lenin en Los Principios del Socialismo y las Guerras de 1914-1915 señalaba que “comprendemos el lazo inevitable que une las guerras con la lucha de clases en el interior del país, y en que comprendemos que no se puede suprimir las guerras sin suprimir antes las clases y sin instaurar el socialismo”, o que “La guerra es la prolongación de la política por otros medios", y desde luego, ese quehacer de la guerra no será de una manera anárquica, sin orden, sin estructura, sin línea, sin propósitos concretos, mucho menos, con cantatas, tambores, payasos, cacerolas, músicos y otras manifestaciones de la comparsa. La lucha es violenta, y si por alguna razón no puede ser violenta, la acción por sí mismo debe servir a que ésta tome ese carácter, violento. El presidente Mao sostenía:  "Hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan pausada y fina, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase derroca a otra".

Hoy la reacción en los países de Latinoamérica le declara la guerra a los trabajadores, campesinos, a las masas explotadas. ¿Debemos acaso bajar los brazos y ponernos a buen recaudo como ya lo está los cobardes, los oportunistas?, no, definitivamente, hay que “oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de clase. La historia conoce sólo dos clases de guerras: las justas y las injustas. Apoyamos las guerras justas y nos oponemos a las injustas. Todas las guerras contrarrevolucionarias son injustas; todas las guerras revolucionarias son justas. 

El marxismo nos ensaña que hay que ser contundentes e inflexibles con el enemigo. Hay que aprender de la experiencia de la Comuna de París. Y sin pretender ser bíblicos, no hay que dejar piedra sobre piedra del viejo orden burgués-terrateniente.

Hay que ser contundentes con el enemigo y sus aliados. El presidente Gonzalo y la guerra popular nos dejan el libro abierto de su experiencia. No podemos acongojarnos o perder la objetividad en desconocer lo necesario de acciones contundentes y oportunas en su contexto como las de Taratá en Lima y Lucanamarca en Ayacucho; o la justa medida tomada en contra de María Elena Moyano en Villa El Salvador (Lima), que también nos han legado línea; respuestas legítimas que no sólo se inscriben dentro del plano de la guerra y su significado, sino por el mensaje que emite de que la lucha de clases es un acto cruento donde se dirimen las contradicciones antagónicas existentes entre estas. ¿Acaso el enemigo no tuvo su jauría de sangre en Socos, Pucayacu, Accomarca, Barrios Altos, La Cantuta? Palabra por palabra, golpe por golpe, sangre por sangre, Así el enemigo entenderá que no asiste a un sacrificio de becerros sino a confrontar a la clase, al pueblo en armas y que ahí va a encontrar su piedra de tope, a sus sepultureros.

El problema de la guerra siempre será un problema de Poder, y en los hechos se traduce en cómo someter al enemigo, quitarle su capacidad de combate, de ser necesario, aniquilarlo contundentemente y no nos referimos básicamente al problema militar, sino también al campo de las ideas. Stalin sostenía que “las ideas son más poderosas que las armas. Nosotros no dejamos que nuestros enemigos tengan armas, ¿por qué dejaríamos que tuvieran ideas?”  y hay que pensar bien en esto. El viejo Estado tiene su aparato armado, pero ese aparato se mueve en función de la ideología, de las ideas que les permiten detentar el poder en todos los órdenes. Entonces hay que combatir sus ideas, también en todos los órdenes, lo hacemos cuando combatimos al revisionismo, al oportunismo, es importante hacerlo, es ahí donde las ideas de la clase dominante se refinan, se amalgaman al discurso revolucionario o de las reivindicaciones de las masas. Esas armas son poderosas, tremendamente hostiles con la clase y el pueblo, entonces requiere ser combatida, y no sólo con ideas, con ideología, sino también con armas cruentas, porque son los mismos enemigos que el ejército burgués. El revisionismo y el oportunismo se despabila para diseñar la estrategia represiva del viejo Estado que son quienes culminan cruentamente la tarea de neutralizar a las masas.

Clausewitz señala cosas de importancia que hay que observarlas y considerarlas, no son ajenas a los requerimientos que tiene la clase y el pueblo el momento de confrontar a su enemigo antagónico. Manifiesta que “almas humanitarias podrán concebir fácilmente que exista una inutilización, un desarme artístico del adversario sin causarle demasiadas heridas, y que tal sea la verdadera tendencia del arte de la guerra. Por muy bello que nos parezca nos vemos obligados a destruir tal error, pues en asuntos tan peligrosos como la guerra, los errores que se dejan subsistir por benignidad son precisamente los más perjudiciales”. Y cometer ese error es precisamente a lo que nos empuja el oportunismo cuando pregona que hay que movilizarse, que hay que protestar, pero con mimos, bombos, con pancartas, con cánticos lastimeros, tratan de disponer de un ejército de corderos que terminan en la mesa tendida de las clases dominantes.

Ese es el craso error que comete la clase y el pueblo cuando dejamos pasar de manera pusilánime la acción de aquellos que traicionan las luchas de las masas, cuando trafican con la sangre del pueblo en las elecciones, o cuando sin empacho alguno se regalan al enemigo como informantes por un puñado de monedas.

En la rebelión de octubre lo teníamos todo para conquistarle armas al enemigo, sin embargo, la dirigencia indígena puso el alto, las recogió y se las devolvió con acta de entrega recepción. Cuando se pudo hacer doler al enemigo, tanto como le hicieron doler a nuestro pueblo, también se puso el alto, porque la dirigencia del movimiento indígena, sindical y popular movilizó a las bases para ser quienes neutralicen la acción del combatiente consciente.

El enemigo de la clase y el pueblo no se merece piedad alguna.  Si tienen que verter sangre, pues bien, que la viertan, se están dispuesto a matar, entonces que estén dispuestos a morir.
Plegando al aforismo de Causewitz señalamos aquello de que “la guerra es un acto de fuerza y no existe límites en el empleo de ésta; cada beligerante impone al otro su ley; se establece una acción recíproca que, lógicamente, conducir al extremo”; es decir, el enemigo permanente y cotidianamente busca imponer su ley, no mide cómo ni en qué condiciones hacerlo, sólo imponer su ley;  ¿acaso nosotros, la clase, el campesinado pobre, las masas, no deberíamos hacer lo mismo?.

Está claro, la guerra no es una guerra limpia, no esperemos un enemigo que “respete los derechos humanos”, no exijamos que respete los derechos humanos porque no responde a las masas sino a quienes detentan el poder; no esperemos un enemigo que respete ancianos, mujeres embarazadas o niños, la guerra contra el pueblo es total, y la respuesta debe ser de igual manera, total, sin eufemismos, dura, cruenta, “el que emplee esa fuerza sin miramientos, sin economía de sangre, adquirirá superioridad si el enemigo no hace lo mismo”.

Hay que contraponer la guerra reaccionaria con guerra revolucionaria. El enemigo de la clase, del pueblo desata campañas militares, psicológicas, económicas, políticas en contra de las mayorías; pues bien, debemos confrontarlo también en ese orden, total, sin perder la perspectiva de que sustentarnos en aquello de que ellos, el enemigo, pelea a su manera, nosotros a la nuestra, sin perder la iniciativa, he ahí la clave de la acción.

Lo hemos palpado estos últimos días. Primero nos matan, nos sacan los ojos, después asoman resguardando camiones con “ayuda humanitaria”, plan “toda una vida” le llaman acá en el Ecuador, no diferente a la Alianza para el Progreso, el gobierno y la reacción se han volcado a hacer campañas sicológicas, a llevar víveres, abonos, semillas al campo, quieren, o pretenden comprar la conciencia de las masas con un plato de lentejas.

Hay que constituir o reconstituir partidos comunistas, pero como nos enseñó el presidente Gonzalo, militarizados. Hay que construir los tres instrumentos para la revolución de manera concéntrica y simultánea, pero hay que hacerlo mientras se lucha, mientras se participa de manera activa en la lucha de clases, mientras se desata violencia revolucionaria, eso acuña, eso le pone sello, eso le imprime la rúbrica de que dicha construcción apunta o se dirige a una sola meta, desatar la guerra popular. Si no hacemos nada de esto, nos pasaremos junto al pueblo contando muertos, mutilados, torturados, presos y desaparecidos mientras el poder seguirá en manos de nuestros opresores, explotadores y verdugos.

¡SI NO TENEMOS UN EJÉRCITO POPULAR, NADA TENEMOS!

¡SI NO COMBATIMOS AL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO!

¡SI ESTAMOS DISPUESTOS A MORIR POR NUESTRA IDEOLOGÍA, PUES BIEN, HAGAMOS QUE EL ENEMIGO DE LA CLASE Y DEL PUEBLO TAMBIÉN PONGA SU CUOTA DE SANGRE!

                ¡A PREPARAR LA GUERRA POPULAR EN MEDIO DE LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA!

¡SALVO EL PODER TODO ES ILUSIÓN!

A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: ¡EL COMUNISMO!