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miércoles, 24 de marzo de 2021

Declaración Internacional Común: Enarbolar la rojísima bandera de la Comuna de París como arma de combate

 


¡Proletarios de todos los países, uníos!

Enarbolar la rojísima bandera

de la Comuna de París como arma de combate


Hoy, 18 de marzo el proletariado internacional y los pueblos del mundo, celebramos el 150º aniversario del inicio de la heroica Comuna de París. Es la primera tentativa del proletariado de asaltar los cielos, dio lugar a la primera república obrera de la historia. Diez días después del levantamiento popular, el nuevo gobierno revolucionario declaró la independencia de la Comuna del viejo poder burgués con sede en Versalles.


Es el heroísmo de los comuneros que, sosteniendo durante 71 días en París el Poder en manos de las masas proletarias, dieron a conocer a la humanidad una nueva forma de Estado: la dictadura del proletariado.


Carlos Marx, el 30 de mayo de 1871, dos días después que los últimos luchadores de la Comuna sucumbían ante la superioridad de fuerzas del enemigo, señaló el alcance histórico-universal de la experiencia de la Comuna, así: que “la Comuna era…. la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo” (La guerra civil en Francia, trabajo de Marx leído el 30 de mayo de 1871 ante el Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores – AIT).


Esta experiencia práctica con su antecedente de la Revolución de Febrero de 1848, significó un salto en la comprensión de las leyes de la revolución, que Marx definió con estas palabras: “La Comuna ha demostrado, sobre todo, que `la clase obrera no pueden simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines’” (Prólogo de Marx y Engels a la Edición alemana del Manifiesto del Partido Comunista publicada en 1872).


La labor de la Comuna, según Engels, “fue hacer saltar el viejo poder estatal y sustituirlo por otro nuevo y realmente democrático…En realidad, el Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra, lo mismo en la república democrática que bajo la monarquía; y en el mejor de los casos, es un mal que se transmite hereditariamente al proletariado triunfante en su lucha por la dominación de clase. El proletariado victorioso, lo mismo que hizo la Comuna, no podrá por menos de amputar inmediatamente los lados peores de este mal, entretanto que una generación futura, educada en condiciones sociales nuevas y libres, pueda deshacerse de todo este trasto viejo del Estado. Últimamente, las palabras «dictadura del proletariado» han vuelto a sumir en santo horror al filisteo socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿queréis saber qué faz presenta esta dictadura? Mirad a la Comuna de París: ¡he ahí la dictadura del proletariado!” (F. Engels, Introducción a “La Guerra Civil en Francia” de Marx, Londres en el vigésimo aniversario de la Comuna de París, 18 de marzo de 1891).


A pesar de la gloriosa e implacable lucha del proletariado parisienses por defender el Poder proletario, fueron derrotados por las fuerzas de la reacción versallesca al servicio de la burguesía, de los terratenientes, de los propietarios y de todos los ladrones, de todos los parásitos que la vieja sociedad mantiene en su seno. La barbarie genocida de la burguesía se revelaría a plena luz del día durante la “semana sangrienta” (21-28 de mayo de 1871).


El final de la Comuna de París en mayo de 1871, lejos de significar una simple derrota de la clase obrera, fue un acontecimiento histórico de gran trascendencia, “el heraldo glorioso de la nueva sociedad”, que marcó para siempre la lucha del proletariado internacional. La Comuna de París es el primer gran acontecimiento en el proceso de la Revolución Proletaria Mundial, la primera vez que el proletariado tomó el Poder y por ello, la posición que se adopte sobre ella y su justo balance, separa al marxismo del revisionismo.


No solo debemos celebrar este gran acontecimiento, debemos estudiarlo a la luz de la todopoderosa ideología del proletariado, todopoderosa porque es verdadera, el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo. Debemos partir del trabajo imperecedero del gran Titán Carlos Marx , “La Guerra Civil en Francia”, con las numerosas aportaciones teóricas y prácticas, principalmente prácticas, que desde 1871 han desarrollado de forma ininterrumpida nuestra ideología, la política y la organización comunista. Las aportaciones de los otros titanes, Lenin y el Presidente Mao, pero también del Gran Engels, del camarada Stalin y del Presidente Gonzalo, permiten situar la Comuna de París en la candente actualidad de la nueva era y del tercer momento del proceso de la revolución proletaria mundial, dentro de los “50 a 100 años” en que el imperialismo y la reacción serán barridos de la faz de la Tierra.


Esta época, signada por el hundimiento del imperialismo, que genera tensiones y tumultos en todo el mundo, es la del momento de la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial. El Presidente Gonzalo plantea que el proceso de la revolución mundial para barrer de la faz de la tierra al imperialismo y a la reacción tiene tres momentos: 1º defensiva estratégica; 2º equilibrio estratégico; y 3º ofensiva estratégica de la revolución mundial. La Comuna abrió el primer momento, de la defensiva estratégica de la revolución, que, aplicando la ley de la contradicción a todo , tiene como su contraparte la ofensiva de la contrarrevolución.


Carlos Marx considera que el principal mérito de los comuneros es que intentaron por primera vez en la historia crear un Estado proletario. Establece brillantemente que la clase obrera no puede simplemente apoderarse de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propias necesidades, sino que debe desmantelarla. Lenin señaló que la Comuna era un brillante ejemplo de cómo el proletariado “sabe cumplir unánimemente las tareas democráticas que la burguesía sólo sabía proclamar” (Lenin, Enseñanzas de la Comuna). Al analizar las medidas sociales y económicas adoptadas por los obreros parisinos en “La guerra civil en Francia”, Marx destacó la idea de que, por muy tímidas que fueran estas medidas, su tendencia principal era la expropiación de los expropiadores.


Fue tomando las enseñanzas de Marx sobre la Comuna de París que el proletariado ruso, bajo la dirección del Partido Bolchevique y de Lenin, triunfó con la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917, construyendo el Poder Soviético, la dictadura del proletariado, como la verdadera continuación de la Comuna. Los soviets, fueron la forma superior de organización, a través de la cual se erigió la dictadura del proletariado dirigida por el Gran Lenin y el camarada Stalin, basada en la alianza obrero-campesina, uniendo a las masas trabajadoras y explotadas más atrasadas y dispersas, con lo que se aseguró el paso ininterrumpido de la revolución democrático-burguesa a la revolución socialista.


Cuando las masas, guiadas por el Presidente Mao Tsetung y bajo la dirección del Partido Comunista tomaron el Poder en China en 1949, fue la experiencia de la Comuna sintetizada por Marx y desarrollada por Lenin, la que sirvió de base para pasar de inmediato a desarrollar la revolución socialista y la dictadura del proletariado con la República Popular China.


Y más tarde, durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), el gran y más alto hito de la revolución proletaria mundial, fueron los Comités Revolucionarios de los Tres en Uno, los nuevos órganos del Poder que se constituyeron como los continuadores de la experiencia de la Comuna.


Los Comités Revolucionarios Tres en Uno, originados en la tenaz lucha iniciada y dirigida por el Presidente Mao Tsetung contra la restauración capitalista, fueron un instrumento indispensable de la (GRCP), a través del cual millones de masas tomaron en sus manos los asuntos del Estado, los problemas políticos, militares, culturales, de producción, etc., y derrocaron a los representantes de la burguesía que se habían atrincherado en el Partido, el Ejército Popular de Liberación y el Estado, impidiendo la restauración capitalista en China durante 10 años.


Durante la Comuna tenemos la confrontación armada entre dos estados de tipos radicalmente diferentes, expresión del nuevo y del viejo mundo. Este es el corazón del Poder, de todo Poder, las armas. La Comuna afirmó la necesidad de la violencia revolucionaria y mostró la fuerza de la guerra civil, estableciendo la prueba práctica del principio marxista, que sería desarrollado por el Presidente Mao, según el cual “el poder nace del fusil” y que “sin un ejército popular, el pueblo no tendrá nada”. El “espectro que persigue a Europa” se ha convertido en una amenaza real. Marx precisa que “París en armas era el único obstáculo serio en el camino de la conspiración contrarrevolucionaria. Por lo tanto, era necesario desarmar París” (Marx, La guerra civil en Francia). No solo se conquistó el Poder por las armas, sino que también se lo mantuvo por la violencia revolucionaria. Esta primera experiencia mostró, que solo podemos conjurar la restauración capitalista mediante la violencia, que hoy es guerra popular y si la clase ha perdido el Poder, corresponde aplicar la guerra popular para contra-restaurar.


Nunca entregues los cañones de la Guardia Nacional, ¡eso es lo que gritan los Comuneros 150 años después!


¿Qué nos dice la experiencia de la Comuna sobre la cuestión de la dirección del Partido? Al respecto, en su intercambio de correspondencia con Kugelmann el 12 de abril de 1871, Marx señala los errores fatales de los comuneros: 1) La ofensiva contra Versalles debería haberse emprendido inmediatamente, cuando el enemigo estaba en pánico y no había tenido tiempo de concentrar sus fuerzas. Esta oportunidad se desaprovechó; 2) El Comité Central se apresuró demasiado a renunciar a sus poderes para dar paso a la Comuna.


Marx plantea la necesidad de que el proletariado cuente con un Partido unificado capaz de dirigirlo en los tumultos de la lucha de clases. La prevaricación de los comuneros divididos en varios “partidos” fue fatal para la Comuna. Solo un Partido unificado, que practica el centralismo-democrático, guiado por la ideología del proletariado, tiene la capacidad de hacer la guerra de manera justa y triunfar.


Siguiendo la enseñanza de la Comuna, el maoísmo, establece: que el Poder es lo fundamental. Un “poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista, conquistado y defendido mediante la guerra popular!” (PCP, Sobre Marxismo-Leninismo-Maoísmo) La experiencia de la Comuna, analizada por Marx, ya confirmó esta necesidad, ¡nada más! Quién puede negar que los maoístas son los fieles continuadores de los heroicos Comuneros, salvo los revisionistas y los que disfrazan el marxismo. Esta necesidad planteada por la Comuna se expresa diariamente en nuestra justa e inquebrantable voluntad de reconstituir/constituir los Partidos Comunistas y de preparar/iniciar la guerra popular. Y, en el caso específico, de los problemas difíciles y complejos por los que todavía atraviesa la guerra popular en el Perú, para salir de esa situación, lo que corresponde es reorganizar el Partido en y para la guerra popular aplastando a las ratas miserables de la línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista (LOD). Ratas de la LOD, que siguiendo el plan del imperialismo y la reacción llaman a la “reconciliación” e imploran el perdón de la reacción, pretendiendo hacernos creer que la “guerra popular ha terminado en derrota”. El Presidente Gonzalo ha enseñado que así quedara un solo comunista, este tiene la obligación de volver a hacerlo todo de nuevo y continuar el camino de la guerra popular invencible.


La Guerra Civil en Francia”, un documento político muy importante de la Internacional, armó al proletariado del mundo entero con la experiencia de la Comuna y fue una brillante demostración de la victoria ideológica del marxismo sobre todas las variantes del socialismo premarxista. “Al final del primer período (1848-1871), un período de tormentas y revoluciones, muere el socialismo premarxista” (Lenin, Vicisitudes históricas de la doctrina de Carlos Marx). Esta brillante síntesis de la experiencia de la Comuna tuvo especial importancia en la lucha contra los ideólogos de la pequeña burguesía que negaban la necesidad de la dictadura del proletariado.


En “La guerra civil en Francia”, Marx, definió con aguda claridad el papel de estos elementos oportunistas en el movimiento obrero, mostrando que el movimiento obrero revolucionario, en su desarrollo contradictorio y como resultado directo de su acción, acumula lo que Engels llamará un “colosal montón de basura”. Cada crisis, cada momento en que la lucha de clases se agudiza, es el momento en que podemos y debemos barrer el revisionismo y el oportunismo.

La actual crisis gigantesca que sacude al mundo es uno de esos grandes momentos en los que triunfa la verdad. Más aún en este momento que se agudiza la crisis del imperialismo y del capitalismo burocrático en todo el mundo, se agudizan todas las contradicciones y desarrollando más la situación revolucionaria en desarrollo desigual en todo el mundo, de gran actividad de las masas, su explosividad hace temblar a todos los reaccionarios y sus sirvientes revisionistas; ésta se manifiesta por doquier marchando a grandes explosiones jamás antes vistas. Situación objetiva a cuyo encuentro marcha con paso firme el desarrollo del factor subjetivo, principalmente el proceso de los Partidos Comunistas, como partidos marxista-leninista-maoístas, principalmente maoístas de nuevo tipo, militarizado para iniciar las nuevas guerras populares. Abriendo así un nuevo momento o período de revoluciones como parte de la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial, dentro del período de los “50 a 100 años” en la cual se inscribe la ofensiva estratégica de la revolución mundial. Mostrando que la revolución es la tendencia histórica y política principal en el mundo actual. Esta situación determina las tareas, la estrategia y la táctica de los Partidos Comunistas en todo el mundo.


Bastaría una elección reaccionaria en Estados Unidos para que los falsos defensores del “verdadero” maoísmo, como Bob Avakian y otros dirigentes, muestren su verdadera cara al proletariado mundial, defendiendo la victoria del reaccionario imperialista Biden.

De estas crisis surge la verdad, el “montón colosal de basura” será barrido por la acción del proletariado.


Los revisionistas y los oportunistas no quieren ver que nada es linear, que todo se desarrolla de forma desigual y que hay que caerse para aprender a caminar. Quienes no aceptan el inmenso aporte de la experiencia de la guerra popular en el Perú repitiendo sin fundamento lo que propala el imperialismo-reacción-LOD de que “la guerra popular terminó por derrota”, habrían escupido, sin duda, sobre la experiencia de la Comuna. Pese a la derrota de la Comuna Marx dijo, que “El París obrero, con su Comuna, será celebrado para siempre como el heraldo glorioso de una nueva sociedad”. Sus mártires se encerrarán en el gran corazón de la clase obrera” (Marx, La guerra civil en Francia).


Como señaló Lenin en El Estado y la Revolución: “Aunque el movimiento revolucionario de las masas fracasó en su objetivo, Marx vio en él una experiencia histórica de enorme importancia, un paso adelante en la revolución proletaria universal, un esfuerzo práctico más importante que cientos de programas y argumentos. Analizar esta experiencia, extraer de ella lecciones de táctica y poner a prueba su teoría, ésta es la tarea que se propuso Marx.


Los verdaderos marxistas aprendemos de cada experiencia y afirmamos que la guerra popular en el Perú es el primer acto de la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial. Que sigan con sus sueños de hienas los imperialistas, reaccionarios y sus sirvientes de la LOD, de las patraña de “las cartas de paz”; porque ni el Presidente Gonzalo, ni el PCP, ni los verdaderos comunistas, ni los combatientes del EPL, ni las masas del Nuevo Poder nunca entregaron las armas, ni aceptaron los “acuerdos de paz” de la CIA-yankee. Al igual que los comuneros, persisten en la guerra popular. La desmoralización de la clase obrera en este último caso habría sido una desgracia mucho mayor que la perdición de cualquier número de “líderes”.


Los problemas complejos y difíciles que entró la guerra popular en el Perú se debió principalmente por la traición de las ratas revisionistas y capitulacionistas de la LOD, que con la ayuda de la reacción infiltraron los comités del partido y recurrieron a lanzar bases contra dirección, a entregar a los dirigentes que persistían, ante el fracaso de su llamado a entregar las armas y dar por finalizada la guerra popular. La LOD tramó todo lo anterior a cambio del perdón de los explotadores y opresores, de los verdugos de la revolución, renegando del maoísmo, del Presidente Gonzalo, del pensamiento gonzalo y de la guerra popular. Personajes ridículos que, en manos de la reacción, entregados en cuerpo y alma a ella, pretendían el cuento de que estaban negociando con la reacción. ¿Qué podían negociar? ¡Nada! Solo traicionar proponiendo canjearse a cambio de servir a infamar al Presidente Gonzalo con su propia traición buscando aniquilar el Partido y la guerra popular.


El maoísmo,definido por el Presidente Gonzalo, ha sido validado por los hechos y el fuego desde el inicio de la guerra popular en el Perú, así como el marxismo fue validado por la sangre de los comuneros. Tanto los comunistas peruanos como los comuneros demostraron sus iniciativas históricas y la abnegación de la que habla Marx en “La guerra civil en Francia”. En la actualidad, los comunistas en el Perú sujetándose firmemente a la Jefatura del Presidente Gonzalo y el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo persisten en la tarea de la reorganización general del Partido para superar la situación en que se encuentra la guerra popular por la detención del Presidente Gonzalo, en aislamiento absoluto desde 1992, y la traición de la LOD que se estructuró en las prisiones con la ayuda de la CIA-reacción.


Otro principio de la Comuna que debemos empuñar firmemente en un momento en que la reacción intenta movilizar a las masas para sus planes de guerra imperialistas es el internacionalismo. Como dijo Marx, la “bandera de la Comuna es la bandera de la República Mundial” no es ni más ni menos. Al nombrar a un ministro de trabajo alemán y a un polaco como jefe de la defensa de París, la Comuna afirmó al mundo que los proletarios de todos los países deben unirse para derrotar a sus enemigos.


El Presidente Mao lo dijo muy bien, ¡el internacionalismo es el espíritu del comunismo! Desde el punto de vista organizativo, la experiencia del apoyo concreto y activo a la Comuna por parte de la Asociación Internacional de los Trabajadores (1ª Internacional ) ha agudizado la lucha contra la visión anarquista de la AIT. Marx y Engels afirmaron desde el congreso de la AIT posterior a la Comuna, que el Consejo General no es una simple oficina informativa como quieren los anarquistas, sino un verdadero estado mayor del proletariado. A partir de la Comuna, la burguesía toma nota del peligro que representan los trabajadores organizados internacionalmente. Este miedo irracional se convertirá en terror tras la creación de la Tercera Internacional después de la victoriosa Gran Revolución de octubre de 1917. ¡Hoy más que nunca la necesidad de reconstituir un Estado Mayor del proletariado es una de nuestras tareas urgentes!


En ese camino cobra, en la situación presente, gran importancia el llamamiento de los Partidos Comunistas y Organizaciones Maoísta para la realización de la Primera Conferencia Internacional Maísta Unificada (CIMU) y dar nacimiento a la Nueva Organización Internacional del Proletariado (NOIP).



La Comuna forma parte de esta “
epopeya de la lucha de clases“, como bien dijo el Presidente Gonzalo. Es la prueba de que “solo la lucha de clases puede generar nuestra ideología” y solo “la lucha de clases cuyo centro es la política en tanto conquista y defensa del poder para la clase derrumbado otros poderes, solo en cuanto práctica de investigación, pudo la clase, generando titanes del pensamiento y la acción“.


El marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo muestra en la vida cotidiana su viveza como continuador de la epopeya heroica del proletariado por la emancipación del género humano. Muestra aún más su plena vigencia en la lucha sin cuartel que los maoístas libran en todo el mundo para desarrollar las guerras populares en la India, Perú, Turquía y Filipinas, iniciar otras nuevas, reconstituir los Partidos Comunistas y lanzarse de nuevo a la conquista de los cielos.


Hoy necesitamos tomar la iniciativa, atrevernos a luchar, no tener miedo de dar nuestra sangre por la gran causa de la revolución proletaria mundial. La duda, la prevaricación, es una falta cuando la nueva gran ola de la revolución está desarrollándose y un nuevo período de revoluciones se anuncia como el aspecto positivo de la gigantesca crisis del imperialismo y su hijo el capitalismo burocrático con las explosiones de las masas. Nos toca vivir una época de grandes tormentas y de grandes trasformaciones en el mundo entero. ¡Aplastar el revisionismo, desenmascarar el oportunismo, fortalecernos ideológicamente, porque el avance del RPM significa la necesidad de limpiar los “montoncitos de basura”! Denunciar y enfrentar con guerra popular las guerras de rapiña imperialista. Hacer la revolución de nueva democracia y la revolución socialista con guerra popular, como la mejor forma de estar preparados para el caso de una guerra mundial imperialista. Transformar como la Comuna la guerra imperialista en una guerra civil de las clases oprimidas contra sus opresores, en una guerra por la expropiación de la clase capitalista, por la conquista del poder político por el proletariado, por la realización del socialismo.


¡Seamos ejemplares como los gloriosos comuneros, levantemos la bandera roja de la revolución proletaria mundial al comunismo con guerra popular!¡Seamos fieles a los heroicos comuneros, enarbolando, defendiendo y aplicando el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo!


El París de los obreros, con su Comuna, será eternamente ensalzado como heraldo glorioso de una nueva sociedad. Sus mártires tienen su santuario en el gran corazón de la clase obrera. Y a sus exterminadores la historia los ha clavado ya en una picota eterna, de la que no lograrán redimirlos todas las preces de su clerigalla”. (Marx, La guerra civil en Francia)


¡Hoy sólo los maoístas enarbolan la bandera roja de la Comuna como arma de combate!


Firmas:

Comité para la Reconstitución del Partido Comunista de los Estados Unidos

Comités para la fundación del Partido Comunista (maoísta) en Austria

Comité Bandera Roja – RFA

Partido Comunista de Brasil (Fracción Roja)

Partido Comunista de Colombia (Fracción Roja)

Partido Comunista del Ecuador – Sol Rojo

Partido Comunista del Perú

Comité Maoísta en Finlandia

Partido Comunista Maoísta, Estado Francés

Servir al pueblo – Liga Comunista de Noruega

Grupo Comunista (Maoísta), China
Núcleo Revolucionario para la Reconstitución del Partido Comunista de México (NR-PCM)
Fracción Roja del partido Comunista de Chile

18 de Marzo de 2021