¡Proletarios de
todos los países, uníos!
En
este primero de mayo de 2018 nos dirigimos al proletariado internacional, como
parte de la gran Campaña Mundial por los 200 años del nacimiento de nuestro
gran fundador, Karl Marx. Este glorioso bicentenario del nacimiento de nuestro
fundador lo celebramos también junto al 170 aniversario del Manifiesto del Partido
Comunista, reafirmándonos en la plena vigencia de la Ideología, Principios y
Programa fundamentales del proletariado internacional por él establecidos,
sintetizados en el lema: ¡Proletarios de
todos los países, uníos!
Con
el Manifiesto Comunista, primera presentación sistemática teórica, ideológica y
política del Comunismo, nació el Movimiento Comunista Internacional, de la Liga
de los Comunistas a la Asociación Internacional de los Trabajadores y de ésta a
los días de hoy, pasando por la II Internacional y por la III, la gloriosa
Internacional Comunista, expresión organizada de la vanguardia del proletariado
internacional, que marcha, entre vueltas y revueltas, inconteniblemente
enarbolando, defendiendo y aplicando los principios y programa que llevarán a
la humanidad al Nuevo Mundo, a la sociedad sin clases, al Comunismo.
Con
el nacimiento del Movimiento Comunista la historia conoció el surgimiento de un
nuevo tipo de hombres, dotados de firme unidad de pensamiento y acción, los
comunistas, organizados en partido distinto y opuesto a todos los demás
partidos hasta entonces conocidos en la historia, hombres y mujeres dispuestos
a dar la vida por la causa de la emancipación humana, a través de la única vía
posible, la de la emancipación política del proletariado: la Revolución
Proletaria, la Dictadura del Proletariado, el Socialismo científico como
tránsito al luminoso Comunismo. En este primero de mayo, rendimos nuestros más
ardientes homenajes a los gigantes del pensamiento y la acción Carlos Marx,
Friedrich Engels, Vladimir Lenin, Josef Stalin y al Presidente Mao Tsetung,
destacadamente las tres grandes Luminarias Inmarcesibles Marx, Lenin y el
Presidente Mao, y a las incontables legiones de comunistas del Movimiento
Comunista Internacional, que a lo largo de estos 170 años vienen de forma
indoblegable entregando sus vidas por la tan gloriosa y la mayor de todas las
causas.
Transcurridos
200 años del nacimiento de nuestro fundador y 170 años del Manifiesto, el
mundo nunca antes estuvo tan pleno de tormentas y tan maduras las condiciones
objetivas para la Revolución Proletaria Mundial, dadas por el nivel nunca antes
visto de la socialización de la producción y por el más avanzado grado de
descomposición del capitalismo, el imperialismo agonizante. Y, pese a que el
proletariado ha sufrido reveses con las restauraciones capitalistas, allí donde
él había conquistado el Poder y edificó el socialismo, el proletariado
revolucionario comprobó y desarrolló su ideología científica del marxismo,
pasando al marxismo-leninismo y al
marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo como su nueva,
tercera y superior etapa, dotando a la clase, más que nunca, de su arma
todopoderosa para movilizar, politizar y organizar a las masas oprimidas del
mundo para luchar, derrotar y barrer, parte por parte, de la faz de la tierra
al imperialismo, sus lacayos y a toda la reacción, combatiendo de modo
implacable e inseparable al revisionismo y a todo el oportunismo.
La
crisis general de descomposición del imperialismo sigue agravándose y en los
próximos años y décadas seguirá produciendo disturbios de magnitudes
crecientes, llevando sufrimientos inauditos a las masas populares en todo el
mundo y provocando a su vez su más feroz resistencia y justa rebelión. El drama
de millones de refugiados golpeados por las guerras de agresión y genocidios
demuestra el rostro verdadero de la "civilización" imperialista, el
imperialismo es cáncer y los pueblos del mundo no lo necesitan. El imperialismo
no tiene otro destino que fracasar sucesivamente, mientras el pueblo está
condenado a triunfar inevitablemente. ¡Pero se necesita la vanguardia
proletaria para plasmarlo cuanto antes!
La
concentración mundial de riqueza se acentuó aún más en 2017, según datos de su
propia ONG Oxfam, el 82% de las riquezas producidas en el mundo durante el
último año quedaron concentradas en las manos del 1% de la población, siendo
que 3.700 millones de personas, la mitad de la población mundial no se quedaron
con nada. El aumento de la desigualdad crece de forma acelerada también en los
propios países imperialistas de América del Norte, Europa y Asia donde la
incorporación de grandes olas de inmigrantes al proletariado de esos países,
hace agudizar enormemente la contradicción entre proletariado y burguesía.
La
creciente primarización y desnacionalización de la economía de los países de
Tercer Mundo acentúan su dependencia económica y la dominación semicolonial o
colonial del imperialismo. Las llamadas "concesiones" petroleras,
mineras, forestales se multiplicaron por América Latina, África, en Turquía y
en India, promoviendo masivas expulsiones de masas de sus tierras y produciendo
grandes devastaciones en el medio natural y social, y generando verdaderos
enclaves coloniales en los territorios de la India, Brasil, México, Perú,
Bolivia, África del Sur, Filipinas, etc.
De
acuerdo con datos oficiales la concentración de tierras en América Latina es
aún mayor que antes de la década de 1960, siendo la mayor del mundo. En la
India y en todo el sur de Asia grandes contingentes de cientos de millones de
campesinos se están levantando en defensa de sus tierras, demostrando que su
papel es decisivo para las revoluciones democráticas, que al contrario de
disminuir, se ha elevado. Los campesinos son prácticamente la mitad de la
población mundial, son la fuerza principal de la Revolución Mundial.
El
imperialismo yanqui (“el
perro gordo”) como
superpotencia hegemónica única es el enemigo principal de los pueblos del
mundo, es el que encabeza, en colusión y pugna con la superpotencia atómica
rusa ("el perro flaco") y demás potencias imperialistas, las guerras
de agresión y rapiña contra los pueblos y naciones oprimidas del mundo.
Sobre
la base de cada vez más profunda crisis económica del sistema imperialista
mundial, de la que forma parte la crisis del capitalismo burocrático de los
países oprimidos, todo el sistema político del viejo orden entra en avanzado
grado de descomposición. Las crisis políticas expresan mayor y creciente pugna
entre las facciones de las clases dominantes, demostrando que los viejos
Estados reaccionarios ya alcanzaron una etapa avanzada de descomposición y
hundimiento. En el mundo se desarrolla una situación revolucionaria de forma
desigual y persistente.
Los
escándalos de corrupción por todo el mundo, además de resaltar la naturaleza
putrefacta de estos gobiernos, demuestran la creciente unión personal entre
representantes de grandes corporaciones monopólicas y el Poder del Estado. Las
elecciones burguesas, como medio de legitimación del viejo orden, están cada
vez más desacreditadas, sin legitimidad y despiertan el rechazo espontáneo de
las masas, demostrando el agotamiento de la ofensiva general de la
contrarrevolución.
Los
EE.UU., encabezados por el archirreaccionario Trump, sigue desarrollando su guerra de
agresión por la partición y nuevo reparto del llamado Oriente Medio Ampliado
(Asia Occidental), agudizando aún más la contradicción principal de la época y
del mundo actual, entre las naciones oprimidas, por una parte, y las
superpotencias y potencias imperialistas, por la otra.
Después
de las derrotas militares sufridas sobre el terreno, los imperialistas yanquis
persisten preparando una nueva escalada de agresiones a Siria y en todo el
Oriente Medio Ampliado. Y, en medio de la colusión y pugna imperialista, se
utilizan cada vez más las fuerzas lacayas y de sus sirvientes de la región,
como las de la monarquía terrateniente-burocrática de Arabia Saudita, de la
República teocrática terrateniente-burocrática de Irán, tropas
intervencionistas del Estado terrateniente-burocrático Turco encabezado por
Erdogan, complementadas con el auxilio de fuerzas mercenarias reaccionarias de
diversos tipos, llevando a más y mayores genocidios en la región.
Como
parte de estas guerras de agresión y genocidios estamos asistiendo a la
utilización de movimientos nacionalistas reaccionarios para desviar las luchas
de liberación nacional, como el encabezado por la dirección oportunista
terrateniente-burguesa del PKK, que arrastró parte de las masas kurdas a ser
masa de maniobra y carne de cañón para los planes de los imperialistas de
ocupación y rapiña en la región, sirviendo a los objetivos imperialistas de
partición y nuevo reparto de Siria en zonas y esferas de
influencia.
En
medio de la dura lucha de clases contra la reacción y el imperialismo y la lucha
contra el revisionismo y el liquidacionismo, el heroico proletariado de Turquía
está forjando los instrumentos capaces de desarrollar la Revolución de Nueva
Democracia mediante Guerra Popular, contra la semifeudalidad, la gran
burguesía, el imperialismo y el viejo y lacayo Estado terrateniente-burocrático
encabezado por el régimen absolutista y genocida de Erdogan - AKP. Los
comunistas de Turquía están luchando por unir al pueblo turco y kurdo en el
Frente Único Revolucionario dirigido absolutamente por el Partido Comunista
para realizar la Revolución de Nueva Democracia a través de la Guerra Popular.
La
verdadera autodeterminación nacional para la Nación Kurda, como en el caso de
Cataluña, País Vasco, Irlanda y otras, sólo podrá alcanzarse a través de la revolución
de Nueva Democracia o Socialista, según sea el caso, a través del desarrollo de
la Guerra Popular, para lo que se necesita constituir o reconstituir los
partidos comunistas marxista-leninista-maoístas, capaces de dirigirlas hasta la
victoria.
Es importante destacar la lucha del pueblo
palestino en contra del colonialismo imperialista-sionista que necesita
transformar su lucha armada de liberacion nacional en guerra popular. Primero
fue Inglaterra quien, después de la Primera Guerra Mundial que sustituyo a la
dominación otomana e impulsó la colonización de Palestina mediante colonos
europeos (pertenecientes al movimiento sionista) y, luego de la Segunda Guerra
Mundial, fue el imperialismo yanqui quién prosigió con esta colonización con la
partición de Palestina en 1948 y el establecimiento del Estado sionista de
Israel. Durante todo este tiempo se ha venido ocupado Palestina y expulsando a
sus pobladores mediante la importación de colonos judíos de la ex-Unión
Soviética revisionista, así ésta, ha puesto los soldados y los imperialistas
yanquis los han armado para sostener la guerra colonial genocida contra los
palestinos y los pueblos arábes de la region.
En
Asia, donde se encuentran la mayor parte de las masas de la tierra, la gran
Guerra Popular de la India representa una gran fortaleza y fuente de
inspiración para el Movimiento Comunista Internacional. Derrotando las campañas
de cerco y aniquilamiento, así como las protervas políticas de "acuerdo de
paz" del enemigo, e impulsando el internacionalismo proletario, el PCI
(Maoísta) está elevando la Bandera Roja a mayores alturas y es un gran punto de
referencia para las luchas de liberación nacional y su triunfo significará el
cambio de la correlación de fuerzas entre revolución y contrarrevolución a
nivel mundial.
El
PCI (Maoísta) se erigió como el verdadero y consecuente defensor, como
vanguardia organizada del proletariado, de la causa de las minorías nacionales
oprimidas por el viejo Estado indio, oponiéndose resueltamente a las políticas
reaccionarias del nacionalismo hindú brhamanico del régimen de Modi de
discriminación religiosa, de casta y de guerra contra el pueblo, buscando
dividir a las masas, por lo que el PCI
(Maoísta) es un importante punto de
referencia y fuente de inspiración para los revolucionarios de todo el mundo.
El
enemigo, en su búsqueda desesperada de detener el desarrollo de la Revolución
de Nueva Democracia, está intensificando sus campañas genocidas contra las
masas principalmente campesinas e indígenas, así como las campañas de
aniquilamiento selectivo de dirigentes y cuadros comunistas y la persecución a
revolucionarios, demócratas y personas progresistas.
La gran guerra popular en la India está demostrando una vez más el principio de
que "la sangre derramada no ahoga la revolución, sino que la riega",
y todo el sacrificio pagado por las masas se está convirtiendo en odio de clase
y en más victorias para el pueblo y para la revolución.
En
las Filipinas la guerra popular persiste desde hace más de 45 años, derrotando
una a una las campañas de cerco y aniquilamiento de los sucesivos gobiernos
lacayos del imperialismo yanqui, así como de sus insistentes llamadas a la
capitulación a través de "negociaciones", de "acuerdos de
paz" y llamamientos a integrarse al viejo Estado y a su farsa electoral.
La política ultrareaccionaria del gobierno Duterte demuestra que lo único que
el viejo Estado Filipino tiene que ofrecer a las masas es más genocidios,
explotación y opresión.
En
América Latina la bancarrota de los gobiernos oportunistas de la gran burguesía
con fachada de "izquierda", en Argentina, Brasil, El Salvador,
Ecuador, Uruguay, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, etc., está generando olas cada
vez mayores de protesta popular y sembrando la semilla de la Guerra Popular. Los
viejos Estados de grandes burgueses y terratenientes, sirvientes del
imperialismo, principalmente yanqui, viven un agudo y acelerado proceso de
descomposición y uno a uno van desmoronándose?. Y son parte de la mayor
reaccionarización de este viejo Estado semicolonial y semifeudal, con el
crecimiento de movimientos fascistas y tendencia a golpes militares
contrarrevolucionarios preventivos ante la inevitable y violenta insurgencia
popular frente al incremento exorbitante de la explotación y represión para
salvar al imperialismo de su profunda crisis económica y a las clases de
grandes burgueses y latifundistas de su crisis de dominación y por conjurar el
inicio de más guerras populares.
Por
toda América Latina, los notables avances en la reconstitución o constitución de
partidos comunistas maoístas militarizados se extienden desde Chile, pasando
por Brasil, Ecuador, Colombia hasta México y en Perú, en las alturas de
Vizcatán en el VRAEM, tiene su punto más alto y luminoso donde el Partido
Comunista del Perú avanza en su reorganización general basado en su Primer
Congreso y en la defensa del Presidente Gonzalo para dar nuevo y poderoso
impulso a la Guerra Popular.
Asia,
África y América Latina, como dijo el Presidente Mao, son las zonas de
tempestades revolucionarias y base de la Revolución Mundial. América Latina,
como "patio trasero" de EE.UU., es un gran barril de pólvora y el inicio de más
guerras populares en el continente será poderosa mecha del maoísmo para
incendiar toda la pradera en grandes llamaradas de la Guerra Popular.
En
Europa, las jornadas de luchas de julio contra el G20 en Hamburgo-Alemania
dirigidas por los comunistas, fueron una rotunda victoria para el MCI. Los
comunistas levantaron la Bandera Roja del maoísmo y no permitieron que ella sea
arriada. La odiosa campaña de cacería de brujas por el Estado imperialista
alemán no será capaz de detener la marcha del proletariado de Alemania en la
reconstitución de su Partido Comunista. También las luchas del proletariado de
Francia, Austria y otros contra la reacción imperialista, en el año 2017,
demostraron cómo en el vientre de la bestia imperialista se está avanzando en
la aplicación del maoísmo, y que el movimiento comunista maoísta se está
fortaleciendo y avanzando en el camino de la constitución/reconstitución de
partidos comunistas militarizados para iniciar la Guerra Popular, está
avanzando a tambor batiente.
En
América del Norte, dentro del propio USA, del sur al norte y de este a oeste,
florece el maoísmo con el surgimiento y crecimiento de verdaderas
organizaciones revolucionarias como los Guardias Rojos y otros colectivos
comunistas. El resurgimiento del movimiento comunista en los Estados Unidos,
unidos bajo la defensa de la necesidad de conformarse en Partido Comunista
marxista-leninista-maoísta para iniciar la guerra popular, es un golpe
contundente a la reacción imperialista yanqui y al nuevo revisionismo
avakianista del PCR.
Por
lo tanto, la situación mundial demuestra un enorme potencial y que el
movimiento comunista está resurgiendo con fuerza renovada. Para transformar
esta fuerza potencial del Movimiento Comunista Internacional, la Revolución
Proletaria Mundial necesita de la constitución/reconstitución de partidos
comunistas marxistas-leninistas-maoístas para transformar las actuales luchas armadas
de liberación nacional en guerras populares, para realizar la revolución de
Nueva Democracia, desatar nuevas guerras populares por la Revolución de Nueva
Democracia o por la Revolución Socialista según sea el caso (respectivamente en
países oprimidos y capitalistas desarrollados), y a través de sucesivas
Revoluciones Culturales Proletarias transitar todo el mundo al Luminoso
Comunismo.
El
gran Marx nos alertó de que: "La experiencia del pasado nos enseña que la
insuficiente atención por la alianza fraternal que debe existir entre los
obreros de los diferentes países e incitarlos a sostenerse unos a otros en la
lucha por la emancipación es castigado con la derrota común de sus esfuerzos
atomizados".
El
proletariado internacional necesita superar cabalmente la actual dispersión de
fuerzas, surgida con el golpe contrarrevolucionario de la camarilla de Teng
Siao-ping en China tras la muerte del Presidente Mao, agravada por la
liquidación del MRI por el nuevo revisionismo de Avakian, Prachanda y sus compinches,
realizar una Conferencia Internacional Maoísta Unificada para avanzar en la
formulación de la Línea General para el Movimiento Comunista Internacional y la
formación de una Nueva Organización Internacional del Proletariado que sirva a
la lucha por colocar el maoísmo como mando y guía de la Revolución Mundial.
El
marxismo es opuesto a toda forma de chovinismo imperialista y nacionalismo
estrecho. El proletariado es una clase internacional única con intereses y
destino indisolublemente ligados, por lo que el único principio marxista para
el Movimiento Comunista Internacional es el Internacionalismo proletario. El
Presidente Mao Tsetung afirmó: "El internacionalismo es el espíritu del
comunismo."
Marx,
al señalar la importancia de la existencia de la Asociación Internacional de
los Trabajadores - AIT, afirmó que mientras el papel de vanguardia del
proletariado en las jornadas de 1848 tardó décadas en ser reconocido, cuando
ocurrió la Comuna de París, ésta fue inmediatamente reconocida y sus lecciones
incorporadas al movimiento del proletariado internacional.
Hoy,
el proletariado internacional en dura lucha por barrer al imperialismo y a toda
la reacción de la faz de la tierra, necesita un MCI y una Organización
Internacional que sirva a defender y difundir el maoísmo como tercera, nueva y
superior etapa de desarrollo del marxismo, que sirva al proletariado en la
constitución/reconstitución de Partidos Comunistas marxista-leninista-maoísta,
para tomar el Poder y defenderlo mediante la Guerra Popular en las revoluciones
democráticas y socialistas, así como para elevar la defensa, el apoyo y la
difusión de las Guerras Populares en curso, para organizar la solidaridad con
las luchas y rebeliones populares en todo el mundo.
El
revisionismo sigue siendo el peligro principal para la Revolución Mundial y el
Movimiento Comunista Internacional, como tal, no puede dar un paso incluso sin
combatirlo de modo implacable e inseparable del combate al imperialismo y a
toda la reacción. El presidente Mao afirmó que la "historia del movimiento
comunista internacional nos muestra que la unidad proletaria se consolida y se
desarrolla en lucha contra el oportunismo, el revisionismo y el
divisionismo". Por lo tanto sólo contando con unidad ideológica y política
el proletariado puede lograr cohesión de organización y unidad de acción.
Los
planes oportunistas por una amplia unidad, independientemente de la unidad
ideológica y política, deben ser rechazados. Como dijo Lenin, "Lo
importante no es el número, sino que expresen de un modo justo las ideas y la
política del proletariado verdaderamente revolucionario".
El
Movimiento Comunista necesita una nueva Organización Internacional, fuertemente
unida en torno al maoísmo y la Guerra Popular, que sirva a poner el maoísmo
como mando y guía de la revolución mundial, iniciando y desarrollando más
guerras populares.
La
unidad de los comunistas a nivel mundial exige por lo tanto 1) la defensa del
Maoísmo, como nueva, tercera y superior etapa del marxismo, contra todo tipo de
revisionismo, nuevo y viejo, tales como las Líneas Oportunistas de Derecha en
Perú, avakianismo y prachandismo, 2) la defensa de la Guerra Popular, como la
estrategia militar superior de la clase,
Línea Militar del Proletariado, centro de la Línea Política General para
el Movimiento Comunista Internacional, medio para realizar las revoluciones de
nueva democracia y socialistas, para derrotar a la Guerra Imperialista mundial
si ésta se impone, oponiéndole a ella la Guerra Popular Mundial.
La
realización de una Conferencia Internacional Maoísta Unificada debe basarse en
estos principios ideológicos y políticos para avanzar en la formulación de la
Línea General para el Movimiento Comunista Internacional y dar luz a una nueva
Organización Internacional del Proletariado capaz de cumplir estas tareas y
objetivos que la Revolución Proletaria Mundial demanda, sirviendo como un gran
paso adelante en la reunificación de los comunistas en todo el mundo.
El
Movimiento Comunista está resurgiendo con fuerza renovada, hoy la situación objetiva
y subjetiva para una Conferencia Internacional Maoísta Unificada y la formación
de una Organización Internacional del Proletariado son mucho mejores que
cuando la fundación del MRI, basta decir
que en su reunión de fundación en 1984, predominó la participación de partidos
y organizaciones que se oponían al maoísmo como nueva, tercera y superior etapa
de desarrollo del marxismo, adoptando apenas "pensamiento mao
tse-tung" y sólo mucho más tarde aceptaron el maoísmo, aun así, solo
formalmente.
Los
Partidos y Organizaciones marxistas-leninistas-maoístas nos reafirmamos y
elevamos nuestro compromiso de luchar por la reunificación de los comunistas a
nivel mundial, bajo la base y guía del marxismo-leninismo-maoísmo y de la
Guerra Popular, combatiendo implacablemente al revisionismo viejo y nuevo y
todo oportunismo, al servicio de la Revolución Proletaria Mundial.
A 200
años del nacimiento de nuestro fundador y a 170 años del nacimiento del
Movimiento Comunista Internacional nos reafirmamos en su magistral predicción
refiriéndose a la revolución comunista: "Los proletarios no tienen nada
que perder en ella, además de sus cadenas. ¡Tienen, en cambio, un mundo por
ganar! "
¡Viva
el marxismo-leninismo-maoísmo!
¡Abajo
el revisionismo de viejo y nuevo cuño!
¡Defender
a los presos políticos y prisioneros de guerra revolucionarios de todo el
mundo!
¡Por
una Conferencia Internacional Maoísta Unificada y la formación de una Nueva
Organización Internacional del Proletariado!
¡Defender
la vida y la salud del Presidente Gonzalo, con Guerra Popular!
¡Viva
la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial!
¡Abajo
la Guerra Imperialista! ¡Viva la invencibilidad de la Guerra Popular!
Firmas*:
Partido Comunista del Brasil (Fracción Roja)
Partido Comunista del Perú - PCP
Partido
Comunista de Ecuador - Sol Rojo
Fracción Roja del Partido Comunista de Chile
Organización Maoísta para la Reconstitución del Partido Comunista de Colombia
Núcleo
Revolucionario para la Reconstitución del Partido Comunista de México
Frente
Revolucionario del Pueblo de Bolivia MLM
Comité Bandera
Roja – Alemania