“Si me permitieran, les diría que
lo principal de las elecciones es boicotearlas y, si es posible, impedirlas
¿Qué va a ganar el pueblo? Nada, Nada va
a ganar con la renovación electoral Eso creo que es una cosa muy clara en la
historia del país” Presidente Gonzalo
Una
vez más nuestro pueblo es obligado a asistir a un purulento proceso
electoral cuyo contenido se ha convertido en un verdadero espejo que
refleja la forma como opera la vieja democracia burgués-terrateniente.
La
pugna entre la burguesía comparadora y la burguesía burocrática ha llegado a su
punto más álgido.
El
régimen de Alianza País vuelve a reeditar sus alianzas con los sectores del sindicalismo capitulador,
movimiento indígena y campesinado
domesticado; con ciertos partidos “revolucionarios” amaestrados, como el PCE
oportunista; socialistas, y hasta con algunos sectores de la burguesía
compradora que no ven con “malos ojos” la gestión gubernamental del régimen de
la cual se ha beneficiado.
Del
“otro lado”, dos frentes. Uno, la rancia burguesía compradora representada por
el banquero Lasso, la expresión más recalcitrante de la banca y los grandes
terratenientes. Paralelamente Cinthya Viteri, de Madera de Guerrero, otra
manifestación de la burguesía compradora entrelazada con los grandes
importadores, comerciantes y también con los terratenientes.
Como
posición del centro a la izquierda, la llamada Unidad De Las Izquierdas, una coalición ecléctica que procura
mostrarse como una “tercera vía”, algo así como el basurero de la izquierda
oportunista y revisionista que aúpa a “Unidad Popular” (extinto MPD), el
indigenismo ambiguo de Pachakutik, algunos sobrevivientes de la Izquierda
Democrática, los autodenominados “movimientos sociales” y los residuos corporativistas
de las FFAA liderados por el general retirado Paco Moncayo, candidato
presidencial. Esta “unidad” sumida en el más abyecto pragmatismo es lo que
dijera el Presidente Gonzalo, “una
verdadera coladera de contradicciones como
una colusión y pugna ¿Qué los une? La colusión, los afanes, seguir el camino
del cretinismo parlamentario”.
Las
contradicciones interburguesas expuestas en la actual campaña, ha estado
marcada por las mutuas acusaciones de corrupción presentadas en el manejo de concesiones petroleras
(Petroecuador), y desde luego, toda la podredumbre que gira en torno a la
constructora Oderbech que salpica a unos y a otros; el jaqueo de cuentas de los
correos electrónicos de algunos de los candidatos, y la presencia de candidatos
reciclados de los programas “basura” de la televisión nacional.
Tanta
degradación se presenta precisamente cuando las elecciones acaecen cruciales
para la reacción ante escenarios tan complejos como son los que se desarrollan
en la arena internacional, donde las
contradicciones inter imperialistas son dirimidas con violencia cruenta,
forzando una nueva repartija y con ella un nuevo realineamiento de las semi colonias,
particularmente dentro de los nuevos planes que tiene la superpotencia
imperialista de EEUU y la potencia imperialista rusa.
La
importancia que tienen estas elecciones también está marcada por el interés que
tiene la burguesía burocrática por profundizar la reforma estatal que ha tenido
serios tropiezos en su concreción ante la abrupta caída del precio del
petróleo, sin cuyos ingresos, la reforma, se ha constreñido, no permitiendo la
reactivación temporaria del capitalismo burocrático, que dicho sea de paso se
desmorona vertiginosamente.
La
profunda crisis que aqueja al viejo estado y que se expone de manera palmaria
en la mayor pauperización en los niveles de vida de nuestro pueblo, es aprovechada
por los candidatos de distinta laya para vomitar su mercado de ofertas electorales
viciadas del más aberrante e insano populismo. Está demás citar cuánto y qué
ofrece cada uno de los candidatos presidenciales, todos, traficando con la
voluntad de nuestro pueblo que de una u otra manera aún está alineado y transita el derrotero que marca la vieja democracia a
través de las elecciones.
El
viejo estado burgués-terrateniente, hoy como ayer, manifiesto como una
verdadera maquinaria burocrático-militar,
en las últimas semanas ha dejado ver su alto grado de descomposición, no
solo a nivel estructural, sino también en el orden de su organización política
y gubernamental. Las entrañas del actual
régimen fascista es espuria, se muestra como es: podrido, represivo,
desfoliador, demagogo, entreguista, deviene de los regímenes anteriores
acarreando consigo, además de represión, explotación y miseria, la subsistencia de un eje transversal propio
de las semicolonias semifeudales: la corrupción.
“Sólo
los canallas o los bobos pueden creer que el proletario debe primero conquistar
las mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la burguesía, bajo el
yugo de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe conquistar el poder.
Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la
lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo
poder...” Lenin
El
marxismo ha contribuido científicamente a definir claramente qué es la
democracia, a quién sirve y cómo opera en el campo de la superestructura. Pero
el marxismo-leninismo-maoísmo, también ha sabido delimitar cuáles son las tareas de los comunistas y del elemento consiente en
el seno del pueblo respecto de estos procesos demo burgueses.
Engels
sostenía que la democracia es la forma
lógica del dominio burgués; y el marxismo leninismo acuña una definición y
rol claro de las elecciones y del parlamentarismo burgués cuando identifica que
“cada
cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y
aplastar al pueblo en el Parlamento: ésta es la verdadera esencia del
parlamentarismo burgués”, aspecto que
ha sido plenamente notorio en la democracia burgués-terrateniente en el Ecuador
donde el pueblo enajenado y alienado ya sea por las relaciones de producción
como por el permanente trabajo que hace el viejo estado en el campo de la
conciencia, ante la falta de correcta dirección ideológica, recurrentemente se
ha movido bajo la sombra de la
democracia farisea creyendo que desde los procesos electorales puede elegir a
sus mandatarios que encaramados en la
presidencia o la asamblea, van a solucionar sus problemas, sus requerimientos.
Los comunistas estamos claros que “el parlamentarismo ha caducado históricamente” es la verdad, pero
eso lo sabemos nosotros, las masas no, aún se muestran permeables a los
procesos electorales, en esa medida nos corresponde “decirles la amarga verdad, de decirles que sus prejuicios
democrático-burgueses y parlamentarios son eso, prejuicios, pero al mismo
tiempo, debéis observar serenamente el estado real de conciencia y de
preparación de la clase entera (y no sólo de su vanguardia comunista), de toda
la masa trabajadora entera (y no sólo de sus individuos avanzados).” (Lenin); nos corresponde difundir cuál
es el rol de las elecciones, cómo éstas pretenden vendernos la idea de que al
votar somos “soberanos” y los “elegidos” nuestros legítimos representantes.
Nos corresponde decir
y demostrar en los hechos cómo esta democracia burguesa está al servicio de la
gran burguesía, grandes terratenientes y del imperialismo; que la única democracia
que le es útil a las masas explotadas en países como el nuestro: semicolonial y
semifeudal, es la que se refrenda o construye en la revolución de Nueva
Democracia, que es la expresión estructural y organizativa de la economía,
política, social, cultural del nuevo estado de dictadura conjunta,
obrero-campesina-pequeña burguesía, donde el rol ideológico del proletariado
es fundamental porque garantiza el
tránsito al socialismo. Que por fuera de ese sistema de estado, de dictadura
conjunta, no hay democracia que
responda a sus intereses.
El
Manifiesto Comunista también establece las condiciones en las que se debe transitar
el camino para la liberación de las
masas oprimidas de la opresión y explotación: “[Los comunistas] Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden
ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente.”
Y hay que entenderlo, ese viejo orden social existente y que oprime a las masas
jamás podrá ser demolido desde el voto, desde el ánfora, con blandas y esquivas
medidas o gobiernos reformistas, que para hacerlo, el pueblo con dirección
proletaria debe, necesaria e
inevitablemente, hacer su guerra, que es
guerra popular, que únicamente a través
de ella podrá enterrar no solo la vieja democracia, sino el viejo estado en su
conjunto, el viejo poder de la gran burguesía y de los grandes terratenientes e
infringirle una contundente derrota al imperialismo yanqui, fundamentalmente.
¡ELECCIONES NO!, ¡GUERRA POPULAR SI!
Este poderoso grito de guerra emitido por el
Partido Comunista del Perú resume cuáles
son las tareas estratégicas del proletariado. Imponer, con guerra popular, el
camino democrático ante el viejo camino de la reacción, el camino burocrático.
Si
bien es cierto, los actuales niveles de organización de las masas y de su
vanguardia, el proletariado, no nos permite confrontar las elecciones desde la
guerra popular, hoy debemos bregar por combatir el proceso electoral como un componente
sustancial del gran Plan Estratégico de construcción simultánea y concéntrica
de los tres instrumentos para la revolución: partido, frente y ejército popular.
Impulsar
el NO VOTAR nos permite desenmascarar el carácter de clase que tienen las
elecciones. No cabe el voto nulo, o el voto en blanco, pues de todas maneras se
vota, y al hacerlo avalamos el viejo instrumento de dominación con el que
cuenta la reacción para mantener a nuestro pueblo oprimido, alienado, aherrojado
por fuera de la lucha de clases y la guerra popular, es decir, por fuera del
camino democrático.
¿QUÉ HACER?
NO
VOTAR es una consigna y acción importante, pero es pasiva, consiguientemente
debe ir de la mano de acciones que expliquen a las masas del por qué no hacerlo.
NO
VOTAR es importante, desdeña de la vieja democracia y su camino burocrático,
pero a esa consigna hay que volverla mucho más combativa, que se complemente
con la acción directa de las masas, por lo tanto también hay que BOICOTEAR LAS ELECCIONES, y, como dice el
Presidente Gonzalo, de ser posible, HAY QUE IMPEDIRLAS.
BOICOTEAR
LAS ELECCIONES COMO APORTE A LA PREPARACIÓN DE LA GUERRA POPULAR EN EL PAÍS Y
EL DESARROLLO DE LA NUEVA DEMOCRACIA AL SERVICIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN
PROLETARIA MUNDIAL, es lo que debemos hacer.
·
Desenmascarar el carácter de clase que tienen las
elecciones, de cómo éstas sirven para vivificar la vieja democracia burgués
terrateniente, y que ésta, es incompatible con los requerimientos del
proletariado y demás clases explotadas.
·
Desenmascarar a la izquierda revisionista que desde el
discurso seudo revolucionario convoca a las masas a participar en las
elecciones. De igual manera al oportunismo, que cabalgando sobre las
organizaciones sindicales, campesinas y populares arrastran a las masas para
ponerlas a la cola de la burguesía en la caduca democracia electorera.
·
Desplegar una
masiva campaña por el NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES. Petardear los sueños
constitucionalistas de la gran burguesía, grandes terratenientes y sus
testaferros en el seno del pueblo: el revisionismo.
NO
VOTAR. BOICOTEAR LAS ELECCIONES, una tarea compleja pero necesaria. Sujetos de
nuestras capacidades y limitaciones coyunturales debemos hacerlo, no importa
cuánto avancemos en esa tarea, debemos desplegarla, ejecutarla, es nuestra
responsabilidad de frente a la lucha de clases, la revolución y la conquista
del poder. Hay que entender bien esto, boicotear las elecciones es también un
problema de principios, de guerra, ya Lenin lo sostenía: “El boicot es
una franca declaración de guerra al viejo poder, un ataque directo contra él”, eso hagamos, declaremos la guerra al viejo estado
burgués terrateniente boicoteando el símbolo más relevante de la vieja
democracia: las elecciones.
¡NO VOTAR. BOICOTEAR LAS ELECCIONES!
¡NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES, DE SER POSIBLE,
IMPEDIRLAS!
¡NO VOTAR, PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
¡A DESENMASCARAR AL REVISIONISMO Y SU OPORTUNISMO ELECTORERO!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!
¡A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL COMUNISMO!