El
gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios
comunes a toda la clase burguesa.” (El
Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels)
“Una clase oprimida que no aspirase a aprender
el manejo de las armas, a tener armas, esa clase oprimida solo merecería que se
la trate como a los esclavos”. Mao Tse -tung
El
Ecuador es un país semicolonial y
semifeudal. El imperialismo yanqui desde fines del siglo XIX e inicios del siglo XX
desenvuelve el capitalismo burocrático en el país, que es un capitalismo
atrasado, precario, íntimamente ligado a la semi feudalidad y sometido al imperialismo,
donde no se ha podido ni pretendido concretar la revolución democrático
burguesa, que entre otros: libere los medios de producción en el campo
(tierras), es decir, no se ha
solucionado el régimen de propiedad sobre la tierra, como decía Mariátegui, que
además de determinar el régimen político y administrativo de toda la nación
limita o dificulta el desarrollo de las instituciones demo liberales que aún
desde la misma perspectiva de la democracia burguesa son manoseadas, corruptas
y disfuncionales.
El
capitalismo burocrático constriñe también el desenvolvimiento de la burguesía
nacional y con ella el proceso de concreción de la nación. La mayor apertura a
la inversión extranjera y la consolidación de la opresión imperialista vía
inversión, activación de monopolios, deuda externa, etc., sigue agudizando la
brecha y las contradicciones entre los capitales monopolistas nacionales como
extranjeros con la pequeña y mediana producción nacional (burguesía).
Al
permeabilizar la presencia de grandes monopolios ligados al imperialismo y a los sectores más retardatarios de la gran
burguesía propicia la superexplotación del proletariado pauperizando cada vez
más sus condiciones de vida.
En
el campo de la conciencia perviven una serie de elementos políticos,
culturales, filosóficos, ideológicos que mantienen atada a las masas a formas
ideo espirituales añejas, feudales y semi feudales. El latifundismo es la base, se apoya en las
relaciones de producción semi feudales donde sus principales manifestaciones
hoy en día son el servilismo y el gamonalismo.
El
capitalismo burocrático ha tenido tres momentos en el siglo pasado. 1895-1926 apoyado
en la revolución alfarista vive su primera etapa de formación y “asentamiento”.
1945-1969, cuando refleja su primer aprieto fundamental cuya base es de
incidencia de la crisis económica de los EEUU, la Segunda Guerra Mundial y el desprendimiento
de la burguesía compradora-grandes terratenientes en la administración del
viejo estado. En esta etapa se fortalece el régimen feudal y se da inicio a la primera
reestructuración estatal.
El
tercer momento del capitalismo burocrático se presenta entre la segunda mitad de los 60´e inicios de
los 80´ del siglo pasado, apurados por las contradicciones del imperialismo
yanqui y el social imperialismo soviético, los “vientos revolucionarios” y la
aguda inestabilidad política en América Latina, cuando la burguesía burocrática
manifiesta en la corriente de las dictaduras militares: “democráticas”, “revolucionarias”, “nacionalistas” emprendieron con la
segunda reestructuración estatal de donde se desprende la “reforma agraria” y
un fracasado intento de industrialización que demandó la “afinación” del estado
burgués-terrateniente a los nuevos escenarios.
Hoy
el viejo Estado una vez más reordena y reformula sus estructuras
“democráticas”-administrativas. Se plantea la tercera reestructuración del
capitalismo burocrático y primera del presente siglo.
Más
allá del discurso modernizante que se supone apunta al desarrollo de las
fuerzas productivos y debilitar los ejes monopólicos de la producción se apoya en concepciones rancias
que levantó el reformismo burgués avalado por el revisionismo latinoamericano
en la década de los 50´y 60´del siglo pasado bajo el formato de la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina), cuya premisa era “meter en un mismo saco” a toda América
Latina bajo la estulta y oportunista caracterización de que nuestros países son dependientes y sub desarrollados soslayando deliberadamente la base feudal y semifeudal en las relaciones
de producción y así justificar la “entrega” a la burguesía de los cambios
“estructurales”. Obviamente fue un fracaso contundente. A la burguesía no le
interesa profundizar una revolución en ese sentido ya que bajo égida
imperialista han acondicionado el lastre feudal a su dinámica productiva.
El sistema de estado es de dictadura
conjunta de la gran burguesía burocrático-compradora y grandes terratenientes que detentan el poder
apoyados por el imperialismo y las fuerzas oscuras del revisionismo.
El sistema de gobierno es
democrático burgués, constitucionalista, electivo. Se apoya en el régimen
electoral para sostener las contradicciones inter burguesas y reproducir los
mecanismos de perfeccionamiento del viejo Estado. Hoy por hoy las elecciones
son el arma fundamental para reproducir su orden administrativo-represivo,
elemento “potenciado” por el régimen burocrático de turno, quienes además de
depurarlo han desplegado una campaña por operar en la conciencia de los jóvenes
menores a los 18 años para involucrarlos en las elecciones burguesas y así legitimarlas,
dinamizarlas y evolucionarlas respecto de los mecanismos de acción utilizados
hasta la fecha.
En
el campo de la superestructura siguen operando las fuerzas de izquierda
oportunista y revisionista que son las encargadas de “ponerle un colchón
político” a la crisis del viejo estado empujando a las masas a vivir el camino
de la ilusión constitucionalista y electorera.
El carácter de la revolución que
impulsamos los comunistas dada la caracterización y particularidades históricas
en el Ecuador es de Nueva Democracia, que en definitiva es una revolución
democrático burguesa de nuevo tipo en la medida de que su dirección está en
manos del proletariado que es garantía de que esta revolución se inscriba en el
contexto de la Gran Revolución Proletaria y su proceso democrático devenga en
socialismo manifiesto como dictadura del proletariado.
La
estrategia militar del proletariado para este tipo de revolución democrática es
la Guerra Popular, que es la guerra del Pueblo.
Las fuerzas de la revolución
son el proletariado como clase dirigente, el campesinado pobre como fuerza
principal, la pequeña, mediana burguesía
y sus expresiones nacionales los aliados.
Los blancos de la revolución
son las tres montañas que ejercitan explotación al campesinado pobre, clase obrera y a la pequeña y mediana
burguesía (burguesía nacional). Estas tres montañas son: el imperialismo, el
capitalismo burocrático y la semi feudalidad siendo el capitalismo burocrático
(como lo sostienen los camaradas del PCP) esa “montaña constante que actúa manteniendo la semi feudalidad y la
semicoloniedad al servicio del imperialismo”.
A
estas tres montañas hay que incorporarle de manera decidida otro blanco u
objetivo de la revolución de nuevo tipo: el revisionismo. Como dice el presidente
Mao, el revisionismo es el principal peligro de la revolución, no obstante
nosotros nos atrevemos a sostener que además es el principal obstáculo para que
ésta de desate.
Si
no combatimos y destruimos al revisionismo, nada habremos
hecho.
CARACTERIZACIÓN DEL GOBIERNO.
Lo
hemos dicho desde el inicio de su ejercicio: es burocrático, fascista y corporativista.
Los
rasgos de este fascismo operan como vehículo para poder impulsar la primera
reforma o reestructuración estatal del
presente siglo.
Las
crisis del imperialismo también se evidencian en la bancarrota del capitalismo
burocrático en los países semi coloniales y semi feudales. El país no estuvo desembarazado
de ese proceso que se palpó a fines del siglo pasado con la tremenda crisis
económica que lo arrastró a la dolarización y a la inestabilidad política forjando
condiciones objetivas muy afables para la revolución, pero que sin embargo
fueron sutilmente “neutralizadas” por la acción del viejo Estado al activar al
revisionismo y al oportunismo como actores de soporte del estado y régimen
actual, quienes reciclando el discurso
seudo revolucionario, seudo antiimperialista y “transformador” del revisionismo,
han podido establecer cierto ordenamiento político al interior de un importante
sector de las masas para conjurar la revolución y oxigenar al viejo estado que
se desenvuelve de crisis en crisis, revelando su incoherencia con el presente y
su incompatibilidad con las masas y la clase.
Criminalizar
la pobreza, destruir las organizaciones clasistas, campesinas, populares, que
ya por su propia naturaleza devenían en bancarrota por la presencia parasitaria
de la dirigencia revisionista. Dividirlas, neutralizarlas, caso contrario
generar otras con apoyo de partidos políticos como el Partido Comunista del
Ecuador (cabezón, revisionista), el Partido Socialista (sus remanentes),
determinadas fracciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), ex miembros de Alfaro Vive Carajo, y otros quienes le han
dado o posibilitado su “acumulado” de masas como soporte a proceso de neutralización
de organizaciones populares no afables al proceso restaurador.
Persecución,
cárcel y condena con severas condenas por subversión o terrorismo a quienes
realicen huelgas, paros o movilizaciones discordantes con el proceso.
Disponer
de la Secretaría de Transparencia, manejada en buen parte de su tramo por Edwin
Jarrín, hermano del ex comandante de
AVC: Ricardo Jarrín, quién con un comportamiento fascista y pesquisable
instrumentó equipos de espías que operan al interior de las instituciones públicas para
vigilar a los trabajadores y sobre todo a los dirigentes sindicales.
Control
de la educación con una reforma que se supone deber estimular la formación universitaria
para cualificar o elitizar la educación superior y formar investigadores y
dirigentes, además de excitar la educación tecnológica para dar sustento
técnico a la industria que se supone va a vivir un importante impulso con la
reforma. Esta medida además de ir en desmedro de las más elementales libertades
de la educación popular y laica que ha sido severamente golpeada por el régimen
no es coherente con la realidad objetiva del país.
Represión
brutal y violenta a los pequeños y medianos mineros –artesanales- para
aperturar espacios de reproducción a las grandes mineras, especialmente chinas.
La innovación del fascismo: dinamitar las instalaciones y maquinarias de los
mineros.
Militarización
del país; plan de recompensas que no es
otra cosa que pagar por la solidaridad de las masas en temas de seguridad,
etc., es decir, una serie de medidas que
han permitido la corporativización de las masas que cada vez se ve más atadas o
contrarrestadas en sus reacciones y/o pronunciamientos.
Control de la prensa.
Si
bien es cierto ha “combatido” a ciertos monopolios privados de los medios de
prensa escrita y televisada, han sido en estos espacios donde ha encontrado el mayor foco de oposición
–dentro de las contradicciones inter burguesas-. ¿La alternativa que se
plantearon?, fortalecer monopolización de la prensa estatal esgrimiendo la
tesis de que la radio y televisión pública es “imparcial”, que le pertenece “a
todos”, como queriendo descarnar el carácter de clase que tiene el estado, “lo
público”.
La
figura de individuos como Orlando Pérez, ex miembro de los autos eliminados
Montoneras Patria Libre ha sido fundamental en el proceso ya que aún con “bajo
perfil” ha jugado la suerte de un verdadero Goebbels de la estrategia
informativa de la reestructuración. De igual manera, el enquistamiento en los
medios de prensa de ex actores o militantes de organizaciones seudo
revolucionarias y otros elementos de la izquierda revisionista que han
encontrado en estos espacios los mecanismos para reproducir su verborrea
lacerante contra los objetivos fundamentales que tiene la clase y el pueblo,
además de ser el sustento esencial que maneja el régimen para operar en el
campo de la conciencia de los trabajadores explotados en el país.
En el campo persiste alta concentración de la
tierra, relaciones de producción semi feudales. Perviven añejas relaciones de
producción como el “arrimazgo” o “arrimados” que son los campesinos pobres que
viven en las medianas y grandes haciendas y por concepto de “arriendo” pagan
una determinada cantidad con dinero, productos o trabajo.
El
otro sistema generalizado es el conocido como “a partir”, en este caso el
terrateniente pone la tierra y el campesino el trabajo e insumos: fungicidas,
semilla, etc. El momento de la recolección el partidero debe entregar al
terrateniente la mitad de la cosecha. Obvio, el terrateniente nunca pierde.
Este sistema se lo practica en todo el país.
Es
importante aclarar que este sistema de explotación se desenvuelve en todos los
estamentos productivos en el campo. Es decir, no es patrimonio de los grandes
terratenientes, también se establecen este tipo de relaciones entre campesinos
pobres y medianos, constituyéndose en un
elemento que opera sustentado en el campo de la conciencia a nivel de lo cultural.
Subsiste
y desarrolla también un entrelazamiento de relaciones de producción capitalista
y feudal donde el régimen salarial convive con el pago en especies o la
posibilidad de ocupar espacios de terrenos circunstancialmente como parte del
estipendio. Además estas relaciones se entrelazan con el servilismo sin
desestimar que hay escenarios donde el régimen salarial es inexistente en
bastas zonas de las provincias del
Carchi, Esmeraldas, Zamora, Napo y Loja; o escenarios donde el terrateniente compra
la fuerza de trabajo del campesino pobre, del peón o trabajador por un
jornal (diario, sin ningún beneficio de ley), pero también se apodera de parte
de su fuerza de trabajo y un excedente de su tiempo para otros menesteres
serviles no remunerados.
La
producción en el campo no es industrializada y perviven aperos e instrumentos
rudimentarios como la yunta, el machete, el pico, la pala y el azadón que aún
reemplazan a los mecanizados.
Otra
de las evidencias más abyectas de la feudalidad se refleja en la recurrente utilización
y apropiación de la mano de obra de las masas bajo la figura de la minga. El
Estado “utiliza” la mano de obra NO REMUNERADA de las masas bajo eufemismos
como la “participación ciudadana”, la “cooperación”, etc. Aspectos que son
replicados también en las barriadas pobres de las ciudades.
Los
gobiernos locales, municipalidades, tenencias políticas, cabildos, inducen a
que las masas “aporten con una contraparte” a cualquier obra de infraestructura
que el estado desarrolla como condición para que el complemento pueda ser suplido
por la institucionalidad estatal.
La
infraestructura acuífera (donde hay), carreteros de segundo y tercer orden,
casas comunales, etc., son construidas (mano de obra) por los campesinos, el
Estado suministra los materiales y la dirección técnica. Esta figura se transcribe
a lo largo y ancho del país y fundamentalmente opera en el campo y en las
barriadas pobres de la ciudad.
La
minga comunitaria o colectiva es aprovechada por el estado que utilizando
eufemismos como ”trabajo comunitario”, “minguería”, “participación
comunitaria”, “participación ciudadana” se apoderan de la fuerza de trabajo no
remunerada de los campesinos, comunidades y barriadas pobres. Típica expresión
de los remanentes feudales que existen en el país.
No
obstante este proceso gubernamental ha impulsado también un mamotreto de “reforma agraria” que no es otra cosa
que la persistencia de arrastrar a las masas campesinas pobres a seguir
transitando el camino burocrático y terrateniente que establece las condiciones parta desplegar la semifeudalidad.
Este
armatoste no ha pasado de ser una compra –por parte del estado- de tierras de
mala calidad a los grandes terratenientes para venderlas a los campesinos pobres
bajo la creación de formas asociativas,
empujando a los campesinos a la formación de cooperativas utilizando el crédito hipotecario como elemento corporativo. Es por
esta vía que se estimula el parcelamiento ante la ineficiencia de las
cooperativas que al disgregarse -como viene sucediendo de manera desastrosa- se
atomizan las tierras que son nuevamente vendidas y se refuerza el mecanismo
cíclico de concentración de la tierra.
Esta
reforma ha fallado contundentemente: primero por su naturaleza
burguesa-terrateniente ya que la única figura viable es la expropiación de tierras sin
indemnización a los grandes terratenientes y la entrega a quienes verdaderamente la trabajan. Aún así
este proceso resulta infecundo sin una profunda revolución democrática (con
Guerra Popular) dirigida por el proletariado y su partido.
Segundo, por la imposibilidad de los campesinos de pagar
las deudas al banco, situación que se muestra
en el Banco Nacional de Fomento que tiene una cartera bruta de 926 millones y con
muchísima dificultad de cobrar al sector campesino que ha adquirido tierras,
principalmente en las provincias de Guayas, Manabí, Santo Domingo, Chimborazo,
Esmeraldas, Los Ríos e Imbabura, fortaleciendo una vez más al Estado como el
nuevo terrateniente o la venta fragmentada de las tierras estimulando la
parcelación, los minifundios y darle la vuelta una vez más a las expresiones
semifeudales de donde resurgen nuevo terratenientes de mediana y gran escala.
La
mala calidad de tierra es otro aspecto a resaltar. La tierra que es “entregada” (vía venta hipotecaria) a
los campesinos no permite su uso correcto e imprimir el impulso que se suponen
pretende dar a la producción agrícola. Tierras saturadas, desforestadas,
áridas, ubicadas en lugares de difícil acceso, etc., es decir el lastre de la
gran propiedad terrateniente.
La falta de agua es otro elemento importante a
considerar ya que la ley de aguas no ha podido ni ha querido solucionar este
problema que va de la mano al de la tenencia y calidad de tierras, no obstante
la contradicción principal sigue siendo
la tenencia de la tierra y con ella el carácter que tomen las relaciones de
producción.
Pero
la reestructuración del viejo estado ha abordado muchos más aspectos. La
reprimización de la economía, estimulando y potenciando la producción extractiva
con políticas agresivas y entreguistas.
Si
bien es cierto de contra mano el régimen ha construido carreteras, mejorado
algunas obras de infraestructura pública no lo ha hecho precisamente porque su
idea es esa, servir a las masas, sino buscar los mecanismo para ampliar
el mercado nacional y estimular el mercado internacional. La
carretera Manta-Manaos busca eso, crear mecanismos o vías ágiles y de bajo
costo para el productor para el intercambio comercial a partir de insistir en
el desarrollo del sector primario de la economía al que vive atado.
A
las masas campesinas relativamente les da igual si la carretera es una pica, un
trillo, un sendero una autopista, si de todas maneras no pueden producir y lo
poco que producen es golpeado por bajos precios en el mercado, intermediarios,
etc.
Pero
hay que estar claros, no es que el régimen cumple en vialidad y otros así no
más, sin pedir nada a cambio, no, eso no existe, de contra peso ha implementado
una alevosa y agresiva política fiscal multiplicando los impuestos. Como lo
dice Rosa Luxemburgo, con una mano da, pero con la otra le quita, es la
naturaleza del reformismo burgués.
El
discurso gubernamental va atado a las viajas concepciones reformistas de la
CEPAL de los años 50´del siglo pasado que planteaba la sustitución de
importaciones de productos de consumo, sobre todo de élite y en el sector de
maquinaria.
Con
mayor vehemencia se le escucha al régimen hablar del modelo sustitutivo que
sustenta, desde una visión keynesiana: mayor control estatal de la economía, mayor
política impositiva, crecimiento económico, ventaja comparativa, el desarrollo
de una economía industrial de capital nacional e internacional que reemplace al
modelo primario-exportador e importador, que tiene la capacidad de recrear los
monopolios internacionales y el sometimiento del país por pate del imperialismo,
etc. La piedra de tope para el régimen es la dolarización porque no puede
operar en el control de la inflación vía régimen monetario, devaluación, etc.
El gobierno a pesar de señalar la importancia de revertir la dolarización no se
atreve, sabe que le cuesta la presidencia.
A
pesar de ser una propuesta que no satura los requerimientos nacionales desde todas
las ópticas no se compadece con la
realidad y el comportamiento pragmático de Correa tiende a caer en
contradicciones de manera reiterada cuando declama la necesidad de recurrir al capital
extranjero, estimular la inversión de éste en el país en sectores como hidrocarburos,
minería (economía primaria) porque el “Estado” no cuenta con los recursos
necesarios para su propuesta de cambio en el modelo y pretende que los
inversionistas extranjeros no repatríen capital y utilidades y sean ellos
quienes financien o subsidien el desarrollo industrial en el país. Al final del
camino solo fortalece la semicoloniedad.
El
desarrollo de las fuerzas productivas e industrialización demandan muchos
recursos. Una de los caminos o mecanismos que se plantea el régimen es la “importación”
de capital fijo para potenciar o mejorar el capital constante, lo que determina
como contrapartida entregar más y más los recursos naturales a las transnacionales.
Este
entrampamiento de los modelos sustitutivos ya se vivió en los años 60´ y
transitaron el contundente fracaso en Latinoamérica incluidos los tibios
intentos emprendidos por las dictaduras militares en el Ecuador y que
oportunamente fueron apoyados por la
izquierda domesticada del país.
Pero
los desatinos del régimen no quedan ahí, Alianza País manifiesta una política de alianzas con el campesinado y los
sectores “indígenas” e igual choca con ellos. Los golpea, atenta contra el
mandato constitucional que Alianza País y la izquierda hoy aupada en
“Montecristi Vive” elaboraron en la Constitución de Montecristi al enunciar el “respeto a las tierras ancestrales”. Toda
esa demagogia barata se le viene abajo porque automáticamente mete en esos
escenarios la minería a gran escala de “cielo abierto” propiciando más las contradicciones con las comunidades y ante las
cuales el régimen responde violentamente sobre la manifiesta debilidad ideológica-estructural
de las organizaciones campesino-indígenas hoy manejadas por el revisionismo
izquierdista de oposición al régimen.
La
vulnerabilidad social también es abordada por organizaciones delincuenciales
que traspasan las fronteras para operar en el seno de las masas, golpearlas,
explotarlas y colocándolas en una condición de entrampamiento con el estado.
Por
ejemplo, en el Oriente ecuatoriano y en particular en la provincia de
Esmeraldas se ha generalizado la activación de la minería artesanal que por un
lado es combatida, perseguida y agredida por el régimen fascista-corporativista
de Alianza País; por otro también es abordada por grupos de delincuentes
ligados al paramilitarismo de Colombia quienes estimulan la pequeña y mediana producción
artesanal bajo la figura del crédito para explotación (usura) y la posterior
compra del “producido” –oro- a bajos costos. La exigencia del pago de capital e
intereses entrampa a los pequeños productores que viven “una suerte” de
explotación multilateral, desastrosa y muchas veces cruenta en la medida que la
respuesta a la mora es castigada con la muerte.
Y
ese es otro aspecto del gobierno, la reestructuración y crisis del capitalismo
burocrático. Ya sea en las ciudades de mano de la gran burguesía o en el campo
por parte de los grandes terratenientes, éstos y su régimen de explotación
generan un lastre: la delincuencia, y se
la botan a las masas, al pueblo, quienes además tienen que cargar a cuestas con
el sicariato, micro y macro tráfico de estupefacientes, violencia, violaciones,
crímenes, etc., etc. Elemento que ha servido al régimen para criminalizar la pobreza
y combatirla en el seno de las masas sin discriminar absolutamente nada.
En cuanto a la clase obrera y
demás masas de trabajadores explotados la situación se vuelve igual de
dramática. La tendencia que se va consolidando producto de la crisis
imperialista, la crisis del viejo estado y su régimen es la súper explotación del proletariado manifiesta en la mayor
pauperización, bajo nivel de vida, salario básico bajo e incapaz de reproducir
la fuerza de trabajo, desarticulación de las organizaciones clasistas y control
policíaco de las mismas.
La
incidencia que ha tenido la “apertura” de las fronteras incorporando al mercado
laboral nacional un contingente laboral desplazado por las burguesías
extranjeras dispuesto a vender su fuerza de trabajo por un salario abajo del
mínimo vital y que ha generado un fenómeno de “competencia” entre la mano de obra local y extranjera por “venderse”
sin considerar todos los aspectos de ley y conquistas de la clase obrera (salario
básico, sobre sueldos, vacaciones, seguridad social, etc.) con tal de tener un
ingreso mínimo que le permita elementalmente la supervivencia y la posibilidad
de reproducir su fuerza de trabajo -el
valor de la fuerza de trabajo se determina por el tiempo indispensable para el
sustento del obrero y su familia- (Contradicción N.12 Revista MLM).
Desde
luego, esto beneficia a la burguesía corrupta y sobre todo a los grandes
terratenientes que contratan en el sur del país trabajadores del campo que
provienen del Perú por 6-7 dólares al día sin ningún otro soporte legal. Igual
situación se presenta en la frontera norte con Colombia donde el fenómeno se
reproduce de manera más dramática por la presencia de actores violentos de
Colombia: narcotráfico, desplazados, paramilitares, etc...
Este
fenómeno no solo se ha quedado en las provincias fronterizas, sino también en
las ciudades metropolitanas de Guayaquil y Quito, lugares donde la presencia de
inmigrantes cubanos alteran el mercado laboral al ofertar sus servicios (muchos
de ellos cualificados, profesionales) en
iguales condiciones que en las fronteras con la diferencia de que esa mano de
obra es más calificada y es aprovechada
por la burguesía para aliviar la carga del capital variable y obtener mejores
ganancias.
Lo
que procura el régimen es mantener el salario mínimo vital por debajo del valor
de la fuerza de trabajo y ajustarlo de acuerdo a los niveles de inflación sin
considerar que ésta refleja la incidencia en el precio de las mercancías y no
la lucha inter burguesa por el reparto de la plusvalía.
¿Cuál
es la estrategia del régimen a favor o beneficio de la gran burguesía?, operar con los subsidios dándoles importantes
márgenes a los productores, cargando a las masas ese subsidio bajo política
fiscal agresiva. Aliviar el capital variable con salarios mínimos que no se
compadecen con la plusvalía y rentabilidad de las empresas. Y claro, el
gobierno considera que la canasta básica puede ser cubierta ya no solo
trabajando el obrero sino incorporando a toda la familia, como dice la misma
revista Contradicción, “repartir el valor
de la fuerza de trabajo del obrero entre varios miembros de la familia obrera”,
de ahí que el gobierno sostenga que al trabajar dos o tres miembros de la
familia con un salario de 292 dólares, al multiplicarlos solo por dos (cónyuges
o padre y madre) puede cumplirse con el requerimiento que demanda la canasta
básica que está en el orden, según cifras oficiales es de 571 dólares (precio
de la canasta que no se compadece con los índices de inflación ya que su precio
real a octubre la canasta cerró en 618, 25 dólares) satisfaciendo el requerimiento familiar.
Mejora el ingreso cuando los hijos también se incorporan al régimen productivo,
a decir del régimen, desde luego.
El
régimen contradiciendo el mandato constitucional reproduce un sistema de
explotación tremendo y enervante al seguir sosteniendo la figura de las
tercerizadoras. Hospitales públicos, ministerios y demás aparatos burocráticos
contratan empresas que manejan personal que da servicio de limpieza,
alimentación, mensajería, seguridad, etc. Irrebatiblemente los trabajadores de
estas empresas son doblemente explotadas ya sea por los contratistas como por
aquellos a los que dan su servicio.
“La compra obligatoria de las renuncias”,
otra vía a la “limpieza sindical “al
interior del sector público. Bajo esta estrategia se “compra” la “renuncia
obligatoria” a los trabajadores que se suponen están bajo evaluación y
observación. Muchísimos dirigentes han sido separados de las instituciones
públicas bajo esta figura.
Otro
elemento crítico de la clase obrera es la dispersión organizativa. El régimen
fiel a su política fascista-corporativista a neutralizado los sindicatos y con
ellos la organización base de los obreros. Claro, la neutralización ha sido
un proceso prácticamente pasivo ya que
el acumulado político e ideológico del revisionismo en estas organizaciones
facilitó el proceso corporativizador.
EL REVISIONISMO
Vive
su momento. Es en estos procesos de reestructuración donde la gran burguesía,
grandes terratenientes y el imperialismo cosechan el trabajo estratégico de
esta “izquierda”.
Poco
o nada habría hecho el régimen de Alianza País sin el apoyo de la izquierda
oportunista y revisionista.
Y
el problema en el país no es que la izquierda sea “ingenua” y se crea el discurso populista del régimen con aquello
del antiimperialismo, o la revolución, los cánticos revolucionarios, la cansina
perorata del “Hasta siempre comandante”
o de la revolución ciudadana. Para nada. La izquierda asiste convicta de esas ideas, está consciente de
cada paso que da en apoyo al legalismo y constitucionalismo burgués. Todos
estos años han trabajado para esto, arrastrar a las masas a vivir la idea de
una falsa revolución y apoyar al viejo estado, a la dictadura burgués
terrateniente en su momento de mayor crisis, precisamente cuando se desmoronaba
por la efervescencia en las luchas de
las masas y por la inconsistencia e imposibilidad de seguirse manteniendo a
flote.
Del
otro lado están los revisionistas de “oposición” que inicialmente apoyaron al
régimen: MPD, Pachakutik, “Montecristi Vive” y otros son los iniciadores de la
reforma burguesa, escinden de la alianza con el régimen porque éste no les
apertura los suficientes espacios políticos para que se enquisten en el aparato
burocrático del estado donde argumentan su reproducción económica y política.
Ahora deambulan en la oposición pero de todas maneras siguen con su discurso
electorero, burocrático. No tienen diferencia sustancial con el “otro
revisionismo”, el que parasita ahora del gobierno. Quieren o pretenden afinar
la democracia burguesa para perpetuar la dictadura burgués-terrateniente.
Como
expresiones políticas del revisionismo y
oportunismo, aliados estratégicos del viejo estado tienen contradicciones, pero
al final del camino coluden contra la clase y las masas. Apoyan y remozan el
viejo estado, se esmeran en retocarlo y
hacerlo funcional ante la nueva dinámica internacional. Insistimos, sin ellos
el actual proceso habría tenido otra vía, posiblemente violenta y eso al estado
no le convenía en absoluto.
Precisamente
nuestro Partido: PCE-SR ha planteado la necesidad de insistir y profundizar la
lucha contra el revisionismo y el oportunismo. Plantearse ir más allá de la
lucha ideológica, de su desenmascaramiento, combatirlos y aniquilar su
presencia en los espacios donde el Partido ejercita su trabajo. No darles
tregua, no conciliar. ¡Arrancarles los símbolos del proletariado!
¿Cómo
no hacerlo ante el rol estratégico que le abonan al viejo estado y su dictadura
conjunta de grandes obreros y grandes terratenientes?
Desde
que este régimen emprende con la reestructuración estatal quienes han manejado
la Inteligencia política (control civil de los aparatos de inteligencia del
Estado) han sido precisamente los socialistas como Ricardo Patiño, hermano del
actual Canciller, la subsecretaría de defensa en manos de Lourdes Rodríguez, ex
dirigente de los MPL y otros que operan desde las subsecretarías de defensa y
seguridad pública. El revisionismo ha controlado el Ministerio del Interior y
en el campo de organización y control de las masas tienen la Subsecretaría de
asuntos Políticos, la Sub Secretaría de
los Pueblos y participación Ciudadana en manos de Mireya Cárdenas y su combo alfarista
que deambulan entre las organizaciones de masas para estabularlas en la
“revolución ciudadana”, es decir una cobertura total de las masas que va desde
lo represivo hasta fundirse con la organización.
Política internacional del régimen.
Ha
abierto y fortalecido relaciones internacionales (económicas y políticas) sobre
todo con la China revisionista quiénes han invertido aproximadamente 7 mil
millones en hidrocarburos, minería, proyectos hidroeléctricos –entre otros-. A
esto debe sumarse los puentes de control e intromisión estructural que ejercita
China vía régimen crediticio, instrumento de dominación de las potencias.
No
diferente es con Rusia, Bielorrusia, India y en alguna medida con Irán.
No
obstante y a pesar de que hace un año rompieron relaciones diplomáticas con los
EEUU (en la actualidad ya desesperadamente aperturadas por el régimen), los
EEUU siguen siendo los operadores fundamentales, esenciales de las vida
económica del país. Nutren a la gran burguesía independientemente de su facción:
compradora o burocrática y a los grandes terratenientes en desmedro del país,
los obreros, masas campesinas y pequeño y mediana burguesía.
El
imperialismo yanqui sigue siendo la súper potencia hegemónica única, eso hay
que tener claro, siguen siendo el garrote del capitalismo en el mundo, el
gendarme contrarrevolucionario mundial. China no maneja todavía las relaciones
con los países sobre los que opera con ese vigor con el que manejan los EEUU,
aún están lejos de tener supremacía en ese sentido.
La
presencia del capital chino no debe hacernos perder la perspectiva de las
tareas que debemos cumplir. Definir la contradicción principal es fundamental y
los comunistas tenemos claro, el principal enemigo de los pueblos es el
imperialismo, principalmente yanqui. El régimen lo sabe y se retractó cuando le
“alzó la voz”, a las pocas semanas
sintieron el peso y salieron a postrarse de rodillas por que nombren nuevo
embajador. De su parte el gobierno nominó a Nathaly Cely, una pro imperialista
de linaje.
China
puede ser neutralizada circunstancialmente sino por el régimen reformista por
cualquier otro régimen en el país, los EEUU no, ellos están aquí, perviven en
las entrañas del estado, han levantado
la estructura económica del país por más de un siglo y tienen relativa pero
importante incidencia política. Manejan a la gran burguesía y grandes
terratenientes, la dictadura opera por ellos y para ellos, es la base material
de nuestra condición de semicolonia.
Si
en el país se desata la revolución de Nueva Democracia, la Guerra Popular no
dudemos que China colabora con el viejo Estado. Ahora sucede de esa manera en
el Nepal. Posiblemente no lo haga de manera cruenta, sin embargo el imperialismo entrará en la
contienda directamente. No hay duda alguna de ello. Ya sucedió en El Salvador,
Nicaragua, Colombia y sobre todo en el Perú. Fortalecerá como lo viene haciendo
a los aparatos represivos, intervendrá directamente en la medida de las
necesidades de la dictadura de la gran burguesía y grandes terratenientes.
No
hay bipolaridad en el mundo, no hay social imperialismo Chino, hay imperialismo
chino en ascenso pero lejos está de convertirse en el blanco fundamental del
proletariado porque lo central son los EEUU, el imperialismo yanqui. Claro, eso
no quiere decir que no hay que combatirlo, sí, pero ubicarlo y analizarlo
en su verdadera dimensión.
LA SITUACIÓN REVOLUCIONARIA.
Hay
una situación revolucionaria estacionaria. Es decir, las condiciones objetivas
están dadas, se mantienen. Las relaciones de producción, la dificultad de
sostener el rumbo del estado es evidente. Sin embargo los niveles de organización
de las masas, de su vanguardia es limitada, y el estado de ánimo de las masas
que ahora tienen otro opio manifiesto en la falsa revolución ciudadana, el
socialismo del siglo XXI y las elecciones hacen que el camino se torno difícil
para poder politizarlas en la necesidad de la organización de clase, de la
alianza y sus objetivos y sobre todo de la revolución de Nueva Democracia.
La
situación de los sindicatos es crítica a pesar de haber incrementado presencia
y dirección comunista en algunos de los más importantes y numerosos del país.
Igual sucede en el movimiento estudiantil consiente que ha sido apabullado por
el régimen con el presidente de la FEUE a la cabeza; Carlos Torres y el lastre
que dejó el PCMLE plagado de corrupción y perdida de objetivos en la juventud
universitaria.
En
el campo es diferente, es ahí donde todavía hay efervescencia, pero hay
que hay que potenciarla porque el
revisionismo se ha replegado a él a buscar un acumulado para sus planes
electoreros y revisionistas.
Ir
donde no donde el estado es ausente en todos los sentidos ha sido la estrategia
fundamental. Aprovecharse de la debilidad que manifiestan en sus pugnas inter
burguesas-terratenientes, entre gran minería y pequeña minería, entre grandes
madereros y pequeños madereros, entre grandes campesinos y pequeños campesinos,
latifundio-minifundio, es decir donde las contradicciones se agudizan y claman
dirección. Este es la parte débil del proceso reformista y consiguientemente en
el escenario de fortaleza para la revolución de Nueva Democracia y que debe ser
atizado y potenciado.
El
campo es el estadio de las principales contradicciones y donde el proyecto
restaurador y el estado no tienen la suficiente fuerza para solucionarlo o
neutralizarlo. Ahí contienden también las diversas expresiones del revisionismo y el oportunismo, además quienes están por dinamizar las fuerzas
productivas con quienes viven atados al pasado y reproducen semi feudalidad.
De
todas maneras el maoísmo como mando y guía de la Revolución Democrática de
Nuevo Tipo: Nueva Democracia gana espacios. Saludamos fraternalmente los
alcances que vienen desarrollando y conquistando el Comité de Reconstrucción del Partido Comunista del Ecuador y otras
organizaciones que se van aproximando al maoísmo dentro de férrea lucha de
líneas.
No
dudamos que entre estas expresiones existen contradicciones de forma, que
pueden y deben ser llevadas dentro del contexto de la lucha de líneas, sin
embargo tenemos claro que la unidad solo y únicamente puede darse en términos
ideológicos. Las puertas están abiertas, hay que trabajar más en eso no
obstante entender que el discurso y la propuesta deben estar refrendados por la
práctica y el compromiso por construir los instrumentos de la revolución
democrática de nuevo tipo.
LAS ELECCIONES.
“Sólo los
canallas o los bobos pueden creer que el proletario debe primero conquistar las
mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la burguesía, bajo el yugo
de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe conquistar el poder. Esto
es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la lucha de
clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo
poder...
Lo
decimos en párrafos anteriores, el nuevo opio del pueblo son las elecciones.
En
el Ecuador se presentan en momentos cruciales sujetos de un contexto
internacional que evidencia en la reelección de Obama en
EEUU la continuidad de una política
corporativista, expansionista, terrorista y desesperada por retomar y ampliar
sus espacios de incidencia en el mundo. La bancarrota del capitalismo en Europa
que atiza el descontento del proletariado. La crisis en Medio Oriente donde las
rebeliones se desatan pero con ausencia de dirección proletaria.
Democracia
y elecciones que hoy son fortalecidas con el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela, Dilma Rousseff en
Brasil, Mujica en Uruguay, etc. bajo argumento del proyecto reformista burgués del socialismo del
siglo XXI, Bolivarianismo, Alba, etc.
Los
procesos de claudicación y pacificación del revisionismo armado (Colombia) que
es presentado –lucha armada- como caduca, fuera de contexto histórico,
allanando el camino de la vía constitucional, electoral, parlamentaria.
En
el país el régimen ha vendido la idea de que se asistirá a un proceso electoral
depurado, más “confiable” y perfeccionado. El gobierno a través del Consejo
Nacional Electoral sancionó a los partidos que falsificaron firma de adeptos,
inscripción, etc.
Contrario
a la virulencia electoral manifiesta en otras ocasiones, las elecciones en el país no tienen ese
carácter incendiario y beligerante que reflejaba las contradicciones inter
burguesas, sobre todo aquellas que adelantaban entre la burguesía compradora y
la burguesía burocrática en la medida de que el proceso de reestructuración ha definido
una política de consenso.
No
hay mayor oposición de la burguesía compradora al régimen y su programa bajo la
matriz de la burguesía burocrática porque ella se ha visto sumamente
beneficiada por el régimen. Ya decíamos, el régimen reconstruye el país desde
la planificación y la burocracia. Las grandes empresas constructoras, transnacionales,
banca, etc., son las que ejecutan, las que se llevan los recursos fiscales en hombros
para satisfacer el requerimiento que no es solo de la burguesía burocrática
(régimen y burgueses adeptos) sino del conjunto de la burguesía, de toda la
gran burguesía, es decir del Estado.
Pero
desde luego que hay focos de contradicción, cierto sector banquero que se aúna
en torno a Lasso, otro, empresarial, en torno a Noboa y los remanentes del populismo
de derecha de Gutiérrez pero no pasan de ser intermitencias que “adornan” el
escenario electoral y desde luego, confunden y causan mayor dispersión en las
masas.
“Del
otro lado” la “unidad de las izquierdas” (como que si las izquierdas son muchas
y de varios matices) que no chocan fundamentalmente con el régimen sino en la
forma, a la final predican la misma perorata restauradora. Es precisamente aquí
donde se ha gestado la lucha o las
contradicciones interburguesas, al interior de las facciones adscritas a la
burguesía burocrática donde se ha generado la lucha por asumir la
responsabilidad, desde el gobierno, de profundizar la reestructuración del
viejo estado y perfeccionar la democracia burguesa. Lucha que ahora ha sido
llevada al plano electoral arrastrando una vez más a las masas a la confusión,
dispersión y distorsionando sus verdaderos objetivos de cara a la revolución
democrática.
Las
masas, inciertas, muchas de ellas alineadas con el proyecto gubernamental.
Estadísticamente si hoy fueran las elecciones el régimen sería electo con el 52%
de votos. Igual, las masas pierden.
Pero
el régimen es hábil, utilizando al INFA, Secretaría de los Pueblos, “movimientos sociales” y a las organizaciones
estudiantiles cooptadas lograron imprimir cambios en la constitución y se
determinó que tanto miembros de los aparatos represivos (FFAA y Policía),
además de los menores cuyas edades estén entre los 16 años y menores de 18
puedan ejercitar su voto de manera optativa con la consigna de “educarlos en la democracia”. Igual
determinaron el voto no obligatorio de los mayores adultos o personas de la
tercera edad (mayores a 65 años) que suman aproximadamente un millón de
electores.
¿POR QUÉ NO VOTAR?
Porque
por principios los comunistas debemos manejar la tesis de combatir todas los sistemas
de dominación y alienación de las masas.
Engels
con mucha objetividad define al sufragio universal como un arma de dominación de la burguesía, y
esa es la verdad. Como en todo conflicto o guerra y más aún en la lucha de
clases que en verdad es una guerra a muerte, tanto ellos: las fuerzas de la
reacción y nosotros: las fuerzas de la revolución, bregamos por todos los
medios por destruir los elementos de apoyo que
sustentan los propósitos. En esa medida, es nuestra obligación destruir
su armas fundamentales, es una necesidad inevitable, en esa medida combatir y
destruir sus órganos de dominación debe ser una tarea que debe ser emprendida
desde el momento, desde luego ceñida a las proporciones que facultan los grados
de organización y desarrollo del nivel consciente en las masas de trabajadores
explotados y en el pueblo en general.
Coincidimos
con la tesis de que convocar al NO VOTAR sin Guerra Popular no tiene mayor sentido
pues es evidente que el desenvolvimiento de la Guerra Popular es la única
garantía de que dicho proceso más allá de ser impedido es neutralizado,
destruido y remplazado por nuevas forma de organización, electivas, etc., pero si vemos las cosas desde esa óptica algo
unidireccional tampoco tendría sentido estimular y apoyar las toma de tierras, brega
reivindicativa de la clase obrera, popular, etc., porque no podemos
sustentarlos o defenderlo con violencia revolucionaria al no existir Partido
ligado a Frente y Ejército Popular que
con la Guerra Popular puedan levantar
esas conquistas sobre la destrucción objetiva de todo lo viejo.
Es
decir, visto desde esa perspectiva si luchamos en y junto a la clase y las
masas terminaríamos por perfeccionar las tareas democráticas que el Estado
retrasa o no quiere solucionar, en pocas palabras por perfeccionar la
democracia. Sin embargo no es así, el PCE-SR considera importante levantarse,
construirse al igual que los otros instrumentos de la Revolución de Nueva
Democracia en el contexto de las luchas populares que es donde se fragua, se
consolida, se depura, de donde extrae su programa revolucionario, es decir
templarse al calor del fuego, más en la medida de que cada paso, cada lucha, cada
construcción, cada relativa destrucción tienen un solo norte, desatar la
tormenta obrero-campesina como Guerra Popular.
Nuestro
partido al respecto considera que hay mecanismos consientes de estimular al
ausentismo, claro, no será posible (como aspiramos) en las ciudades o en la
periferia de las ciudades, pero sí donde hay poca presencia del estado, allá
donde los campesinos son indiferentes si tienen o no el certificado electoral,
de haber participado en las elecciones, allá donde se supone estamos contrayendo
partido, fuerza política. No importa si por ahora cuantitativamente es bajo el
número de elementos consientes, pero ellos son el punto de partida.
Por
otro lado nosotros siempre planteamos la construcción de Partido ligada al
quehacer conspirativo, clandestino y sujeto de desarrollar violencia
revolucionaria en la medida de la justa proporción a nuestros niveles de adelanto
y con justa medida de nuestros propósitos estratégicos. Es decir adscritos a lo
que nos ha enseñado el Presiden Gonzalo: la construcción concéntrica de los
tres instrumentos fundamentales de la revolución democrática (Nueva Democracia)
Partido, Frente y Ejército. La militarización de estos instrumentos, tanto del
Partido como del Frente y obviamente del
Ejército Popular. Es decir, construir los tres instrumentos a la vez y centralizarlos
bajo la dirección del Partido. Hacerlo
es fundamental y es lo que hemos venido haciendo.
Las
zonas de incidencia del PCE-SR son importantes, sobre todo en el campo, y si
esa incidencia se reproduce como debe ser y ajustados al trabajo consciente
levantado durante todos estos años no dudamos en absoluto que con correcta
campaña de propaganda y movilización lograremos fomentar no solo el ausentismo
a las elecciones sino el cuestionamiento y combate a ellas. Obviamente proceso
que será inscrito dentro de las limitaciones operativas pero que reflejarán sin
lugar a dudas el andar inscrito dentro de los parámetros de movilidad política
e ideológica que determina la clase en la conducción de la alianza
obrero-campesina-burguesía consciente (pequeña, mediana y/o burguesía nacional).
Si
la campaña del NO VOTAR tiene oídos receptores en unos pocos centenares de campesinos
pobres, obreros, estudiantes conscientes, masas progresistas pues bien, vamos
dando pasos firmes porque estamos sentando las basas de aquella pradera que con
correcta y oportuna chispa puede ser encendida. Esto hay que entenderlo bien y
ubicarlo dentro del correcto contexto de la lucha de clases y los objetivos del
trabajo político en las masas.
Hemos
luchado por la tierra, por su defensa, y no ha sido precisamente tirando flores
o discursos. Combatimos al revisionismo, y lo apretamos, lo intimidamos y
eventualmente lo golpeamos. Hemos generado “vacíos de Poder” en esta etapa y
que nuevamente es sobre puesto por el Estado, no obstante ya marcamos la pauta
del camino. Es cómo entendemos nosotros el proceso de militarización del
partido sin que eso quiera decir que nos desbocamos por el “infantilismo de izquierda” y pretendamos
alejarnos de las masas para desatar violencia con rasgos pequeño burgueses o
aventureristas.
¿Qué hacer? De las elecciones y la
convocatoria al NO VOTAR, de las
tomas y defensas de la tierra, de las reivindicaciones de las masas, de la
lucha estudiantil, de la lucha obrera, de las derrotas parciales al
revisionismo y al viejo Estado UN EJERCICIO DE LA REVOLUCIÓN DE NUEVA
DEMOCRACIA, un preparativo activo y consciente de que todo el trabajo que se
ejercita en el seno de las organizaciones de la clase, de los campesinos
pobres, de los jóvenes estudiantes conscientes, de las masas explotadas en
general PREPARAR LA GUERRA POPULAR, DE QUE TODO EL TRABAJO TIENE ESE NORTE, e insistimos,
al momento no cuenta el aspecto cuantitativo más sí cualitativo.
“si
las luchas, movilizaciones y organización campesina sirven a preparar la guerra
popular para iniciarla, a iniciarla para desarrollarla o a desarrollarla para
construir la conquista del poder en todo el país, se habrá comprendido la tesis
del capitalismo burocrático: de lo contrario, no se habrá comprendido”
Precisamente
hace algunos días el Consejo Nacional
Electoral (CNE) cerró el padrón para las elecciones de febrero del 2013
con 11’558. 237 ecuatorianos quienes podrán sufragar. Esta
cifra comprende a, militares y mayores de 16 años y menores de 18. De este
total de votantes 5’763.812 hombres y 5’794.425 son mujeres. En la
consulta popular del 2011 el padrón fue de 11,1 millones de votantes. Por otro
lado los adultos mayores que corresponden el 4 % de la población también pueden
hacer del voto un hecho facultativo.
Pero bueno, centrémonos en los jóvenes cuyas edades están
entre los 16 años a 17, 11 meses (menores de 18), suman aproximadamente 500
mil. ¿Debemos dejarlos que sean devorados por las ínfulas gubernamentales y
estatales que quieren hacer en ellos ejercicios de participación electorera con
la campaña “acolita con el voto”?
¿Debemos dejar que el estado siga embruteciendo a las masas
con las elecciones sin plantear antes la alternativa de NO VOTAR porque ese
camino burocrático en nada favorece al futuro de esos jóvenes y mucho menos a
la clase y masas explotadas del país?
No, en absoluto, de frente a esos hechos, a la ideología y
sobre todo a la dinámica del trabajo de los comunistas es una responsabilidad
de clase convocar al NO VOTAR y estimular todo tipo de actividades,
movilizaciones, etc., que posibiliten ser un obstáculo para que las elecciones
no se den en las condiciones que la dictadura burgués-terrateniente propugnan a
través del corporativismo gubernamental.
El NO VOTAR convoca a la inflexibilidad estratégica en los
principios. La flexibilidad táctica se manifiesta en todas las medidas que
podamos utilizar para hacer del proceso electoral un ejercicio de
conspiratividad que cada vez debe tomar mayores y mejores formas de combate.
A
COMBATIR LA FALSA ILUSIÓN CONSTITUCIONALISTA DE LAS ELECCIONES
PROLETARIADO
Y PUEBLO DEL ECUADOR: ¡NO VOTAR!
PREPARAR Y DESARROLLAR LA GUERRA POPULAR
VIVA
EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO
SI
NO DESTRUIMOS AL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO
SALVO
EL PODER TODO ES ILUSIÓN
VIVA
LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA, FILIPINAS, TURQUÍA Y EL PERÚ
A
CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL COMUNISMO