Páginas

miércoles, 6 de junio de 2012

¡TRABAJADORES, NACIONES Y PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO, UNÍOS! ¡NO A LA AGRESIÓN IMPERIALISTA, SIONISTA Y REACCIONARIA CONTRA SIRIA Y CONTRA TODA NUESTRA NACIÓN ÁRABE!




Heroica nación árabe,

En estos días la agresión imperialista, sionista y reaccionaria contra nuestra nación árabe se ha intensificado. En los últimos años, los imperialistas y sus marionetas emplearon sus ejércitos, sus armas y sus bombas; no obstante, hoy en día, junto a todos sus arsenales, se nos presentan con una nueva máscara: blandiendo el eslogan de la “democratización”, los llamamientos al “cambio pacífico”, a la “libertad política” y el “pluralismo”, a la “vía parlamentaria” y al siniestro mangoneo electoral que jamás cambiarán la situación política y económica sino que conducirán únicamente a la intensificación de la opresión, a la esclavitud y la fragmentación que se vive en nuestra nación árabe. Tras esa máscara falsa y esos eslóganes, los imperialistas mueven a día de hoy en el mundo árabe a sus marionetas locales, oscurantistas y oportunistas, para que pongan en marcha sus sucios planes.

De nuevo suenan los tambores de guerra y de agresión militar: después de la ocupación de Iraq en 2003 y de Libia en 2011, aquí están de nuevo los imperialistas con sus herramientas –los sionistas y las clases reaccionarias locales- dispuestos a intensificar su campaña, reclutando a sus mercenarios para lanzar una guerra de agresión contra Siria.

El imperialismo mundial, en medio de una crisis económica estructural, está tratando de superar esta situación arrojando las consecuencias de la crisis sobre las naciones y los pueblos oprimidos. Nuestra nación árabe es una de esas naciones y pueblos oprimidos cuya esperanza de liberación nacional y de emancipación social radical se ve sometida a todo tipo de agresiones, ora por medios militares y políticos, ora mediante planes de sometimiento económico y de desinformación… La imposición de la capitulación nacional y de clase es su vía de entrada para perpetuar nuestra opresión, la persecución y fragmentación de nuestra nación y la ocupación de nuestra tierra.

El nivel de vida de nuestro pueblo en las ciudades y las zonas rurales alcanzó un grado de miseria tal que provocó una inevitable explosión de levantamientos tanto en las zonas rurales como en las ciudades. Las masas se levantaron espontáneamente contra el hambre, el desempleo y la injusticia social… Se levantaron para dar rienda suelta a su ira reconcentrada que las auténticas fuerzas revolucionarias no pudieron ni canalizar ni influir –debido a su ausencia o debilidad- mediante la educación de las masas en las verdaderas causas y orígenes de su miseria ligados a la realidad de la opresión imperialistas impuesta a nuestra nación árabe por la intervención colonial y la fragmentación de nuestra tierra; realidades ambas a las que es necesario enfrentarse y combatir para dar inicio a la emancipación social de los oprimidos mediante la toma de todo el poder político en favor de la alianza de las clases oprimidas y esto por el único medio para la victoria: la Guerra Popular Prolongada.

La crisis económica mundial no es resultado de estos últimos días o meses ni de la lucha entre los propios imperialistas ni de su opresión contra los pueblos y naciones del mundo, cuya lucha nunca se ha detenido. Por ello, los imperialistas y sus marionetas han estado preparando planes y tácticas para seguir oprimiéndonos y aplastar a cualesquiera fuerzas revolucionarias se levantaran contra ellos y movilizaran a las masas para combatir sus proyectos. Así, en ausencia de claridad ideológica y política y ante la debilidad de las armas organizativas revolucionarias para dirigir al pueblo y luchar contra nuestros enemigos, el imperialismo mundial (principalmente de Estados Unidos) y sus herramientas, los sionistas y títeres árabes locales, lanzaron la llamada “Primavera Árabe”, que representa el eslogan práctico del plan colonial reaccionario e imperialista para perpetuar la opresión y explotación feudal.

El proyecto imperialista (principalmente de Estados Unidos) de “Nuevo Oriente Medio” es el plan reaccionario preparado para someter aún más a nuestro pueblo y a todas nuestras auténticas fuerzas revolucionarias.

Aquello de lo que nuestra nación árabe está siendo testigo en eso que llaman “La Primavera Árabe” es justo lo contrario de la Revolución Democrática Nacional Árabe, verdadera solución radical hacia la emancipación nacional y de clase. Es un plan imperialista de agresión contra nuestra nación y contra todas sus fuerzas revolucionarias en lucha contra el imperialismo y sus lacayos (el sionismo y los títeres locales árabes). Es una agresión cuyo objetivo es cortar el camino de la auténtica revolución popular radical, derrotar a todas las fuerzas revolucionarias que no están dispuestas a capitular, para seguir fragmentando nuestra tierra sobre bases étnicas y sectarias, y para perpetuar igualmente su hegemonía sobre nuestros recursos naturales y estratégicos.

Nuestra principal tarea ahora es mantenernos firmes contra la agresión imperialista, sionista y reaccionaria, poniendo en evidencia a todas sus viejas y “nuevas” marionetas reaccionarias locales. Esta agresión se muestra ahora con todo detalle y crudeza en sus planes de ataques contra nuestro pueblo en Siria.

Masas árabes oprimidas,

El objetivo de esta agresión es toda la nación árabe, todas sus clases revolucionarias oprimidas, todas sus fuerzas revolucionarias de resistencia y no sólo en Siria.

Esta guerra de agresión no sólo tiene como objetivo a Siria por ser un bastión firme contra la capitulación y una incubadora de todos los movimientos de resistencia: se trata de un intento de imponer un nuevo proyecto de fragmentación sobre nuestra nación árabe: “Un acuerdo Sykes-Picot del siglo XXI”, un plan para lograr una mayor fragmentación de nuestra tierra sobre bases sectarias y étnicas, para hundir a nuestro pueblo en conflictos civiles reaccionarios cuyos efectos se pueden contemplar en lo ocurrido y lo que sigue ocurriendo en Iraq, Sudán, Libia, Egipto, Líbano, en las prácticas obscurantistas de las bandas en Siria y en otras regiones de nuestra patria árabe.

Quienes abogan por derrocar el régimen sirio, quienes invocan “el paraguas internacional” y la “intervención internacional”, cuyos efectos nos son de sobra conocidos por toda la sangre árabe derramada en Palestina, Iraq, Libia, Somalia y Líbano… y por toda una larga historia de lucha, no representan ningún proyecto revolucionario ni son fuerzas revolucionarias. Quienes llegaron montados en los tanques imperialistas o abogan por la intervención de los imperialistas, esos que detentan el poder político en diversas áreas árabes gracias al teatro electoral y a la vía parlamentaria en coexistencia con todos los enemigos de clase –lo que está sucediendo en Túnez, Marruecos, Libia y Egipto- sólo pueden ser marionetas de los imperialistas y renovados lacayos al servicio de sus intereses cuya función es garantizar su hegemonía sobre nuestro pueblo árabe: sólo pueden ser enemigos de las ambiciones revolucionarias de nuestro pueblo oprimido; nunca serán un aliado de las causas de nuestro pueblo ni defensores de nuestra tierra ocupada ni abogados de la heroica resistencia nacional armada.

Pueblo árabe trabajador,

Los planes de ataque contra Siria representan hoy el asalto contra la resistencia árabe y sus fuerzas inquebrantables; se trata, estratégicamente, de un ataque contra nuestra única opción de lograr una emancipación nacional y de clase real: La Guerra Popular Prolongada en el mundo árabe. Una agresión en el curso de la cual se han movilizar todos los esfuerzos para combatirla. Los planes de ataque contra Siria sirven hoy principalmente al imperialismo mundial y a sus herramientas sionistas y reaccionarias locales.

De este modo, estar al lado de Siria hoy significa ceñirse a nuestros principios revolucionarios y a la vía revolucionaria; significa alinearse con nuestro pueblo. En definitiva, es defender la opción de la resistencia armada, de sus fuerzas y su programa.

Levantarse contra la agresión imperialista, sionista y reaccionaria en todas sus formas, contra la fragmentación y los planes de agresión contra las fuerzas y los programas revolucionarios significa estar en la misma trinchera de los que luchan contra los planes imperialistas de intervención y fragmentación, e implica estar con quienes resisten y se sacrifican incluso hasta la muerte.

Levantarse contra la agresión imperialista, sionista y reaccionaria implica rechazar todo tipo de ilusiones pacíficas hacia nuestros enemigos, implica oponerse a todos aquellos que apoyan la intervención imperialista y la división de nuestra nación (ya sea teorizando, justificando, luchando o incluso adoptando actitudes neutrales).

La lucha contra estos planes imperialistas y reaccionarios implica también la movilización de nuestro pueblo para que se oponga a la agresión imperialista, sionista y reaccionaria, implica apoyar al régimen nacional sirio y a su ejército de resistencia en la batalla que actualmente se desarrolla contra la OTAN, los sionistas y sus marionetas locales: los medios de comunicación  que defienden los intereses de la burguesía compradora, los regímenes feudales y el sionismo (los canales Aljazeera, Al-Arabia…); la lucha contra estos planes implica desvelar la realidad del proyecto imperialista de “Nuevo Oriente Medio” en todos sus aspectos (políticos, económicos, culturales y militares...) y echar por tierra su eslogan práctico “La Primavera Árabe”.

Las auténticas fuerzas revolucionarias deben perseverar y movilizar todos sus esfuerzos para dotarse de las “Tres Armas Mágicas” de que habló Mao, único modo de salvar a nuestro pueblo, de liberar y unir nuestra tierra y recursos, nuestra única garantía de victoria.

Nos encontramos en el vórtice de una batalla decisiva de toda la nación árabe en la que no caben medias tintas o neutralidades; las trincheras están claras y cada bala a disparar tiene su trayectoria concreta... En esta batalla cada cual tiene que elegir su trinchera: o con nuestra nación, con los oprimidos y con las fuerzas de resistencia revolucionaria o con la agresión imperialista, sionista y reaccionaria de todos los oportunistas. No hay terceras trincheras.

¡Viva el marxismo leninismo maoísmo, principalmente maoísmo!
¡Viva las heroicas masas árabes y sus fuerzas revolucionarias en lucha contra los imperialistas y sus marionetas!
¡No a la guerra de agresión imperialista, sionista y reaccionaria contra Siria y contra toda nuestra nación árabe!
¡Los imperialistas y sus marionetas son tigres de papel!
¡Preparemos el terreno para la guerra popular árabe, único camino para la liberación nacional y la emancipación social!
  

Maoístas Árabes
29 de mayo de 2012